Nací en un ambiente rural donde
cada quien tenía una parcelita de subsistencia que había que arrancarle a la
tierra con duras fatigas. En el común de los días, aunque muy esforzados, no
era imposible sacar las tareas adelante con los medios familiares, pero llegado
el momento de las extraordinarias como la siembra o la recolección, faltaban
brazos, sobre todo en aquellas familias no numerosas, por lo que se recurría a
la estrategia del tornapeón, un
recurso que consistía en trabajar gratis para el amigo o el vecino a cambio de
que él te ayudaría a ti cuando te encontrases en una situación equivalente.
El presente de esta sociedad que
nos está tocando vivir, de la que se dice que nos está mandando a la situación
de 50 años atrás, ha echado mano de la memoria y anda arbitrando medidas
similares a aquellas del ámbito rural del trueque de medios y trabajos, lo que
se está dando a conocer como moneda
alternativa: uno hace al otro alguna tarea para la que no está cualificado
y el otro le recompensa con otro trabajo con el que se sienten ambos
satisfechos. Por ejemplo, el niño que necesita apoyo escolar y su madre no
puede pagarle una clase particular, y la maestra que con los recortes no puede
permitirse que venga una señora a ayudarle a la limpieza de su casa.
Antes de que entráramos en el
tiempo del usar y tirar, una de las tareas del hogar consistía en repasar la
ropa. Una vez lavada, antes de la plancha, aquellas prendas tantas veces usadas
y de inferior calidad de las actuales, necesitaban de zurcidos y pequeños
arreglos. Mi madre pagó con ese trabajo las clases de corte y confección de mi
hermana, con lo que ella se ganó la vida con una profesión que con los medios
familiares no hubiera sido posible. Y como los tiempos son cíclicos, por mucho
que nos empeñemos en no reconocerlo, hoy volvemos a ese intercambio de trabajos
conocidos como moneda alternativa,
sólo que ahora contamos con otras herramientas y son ya muchas las plataformas
que dan vía a este recurso por medio de internet, haciendo posible el
intercambio con personas que están fuera de nuestro área de conocidos.
Vuelven los que se llamaban "trabajos de buena vecindad". Ojalá que vuelva también la buena vencindad. Un abrazo cacereño
ResponderEliminarMantengo la tesis de que todo cuanto ocurre sucede para nuestro bien. Con todo lo mal que está la situación presente y lo peor que se adivina el futuro inmediato, es sin lugar a dudas para bien que aprendamos las muchas cosas con las que tenemos que terminar, como la corrupción y con el usar y tirar de los últimos tiempos. Si la tierra es limitada, el crecimiento no puede ser infinito, necesitamos un mucho de moderación y un bastante de compartir.
EliminarQue usted disfrute de su descendencia cacereña. Un abrazo.
Pues yo creo que lo del trueque va a ser la forma en que mucha gente se va a tener que ganar la vida de ahora en adelante, nos estan llevando a esa situacion y luego cuando no tengan de donde recaudar que van a hacer?
ResponderEliminarLa cosa está complicada.
un abrazo amigo
El trueque no puede ser más que una emergencia para sobrevivir. Ya teníamos una economía sumergida que no quieren o no saben sacar a flote y eso es un grano gordo para el sistema contributivo. Nos está tocando vivir una época de cambio, pero todavía no se ven las medidas con las que practicarlos ni el horizonte donde aterrizaremos.
EliminarUn abrazo
En sociedades donde el trueque y el intercambio son habituales, no suele haber grandes problemas, tampoco grandes necesidades, se vive bien. En nuestra sociedad occidental y superavanzada, no es fácil aplicar estos sistemas económicos simples, el propio sistema te lo dificulta, con todo ello, están surgiendo iniciativas de diversa índole en pueblos y barrios de España, es un modo de sortear la crisis y que la solidaridad de nuevo salga a flote.
ResponderEliminarSaludos
He leído algo sobre esas iniciativas de la que hablas, pero no quise más que apuntar algo de lo que sucede sin entrar de lleno en todas las posibilidades. De todos modos, como ya he dicho, creo que el trueque es sólo supervivencia y no un modo de vida. El Estado debe adelgazar, pero no empezando por recortar los beneficios a los usuarios, sino por la maquinaria. De nuestro presente o ya pasado inmediato, la salud y la educación deben ser inamovibles porque son los puntales que garantizan la igualdad de oportunidades. Yo no pude estudiar en su momento, mis hijos sí, pero ¿y mis nietos?
EliminarUn abrazo
Esos intercambios de trabajo ya se venían intentando en algunas partes no por necesidad sino como filosofía de vida, como una forma de vivir más humana y sociable, pues con ellos las personas se conocen y se relacionan.
ResponderEliminarAsí es, y dentro del lote también por ideología están el comercio justo y la banca ética, dos movimientos que crecen, pero no de forma exponencial.
EliminarUn abrazo
No es mala forma de ayudarse unos a otros, además quizás así se aprendería a valorar más el trabajo.
ResponderEliminarBuen día
Sin dudas que se aprende a valorar lo que hace el otro, así como a no mitificar ciertos trabajos en detrimento de otros.
EliminarUn abrazo
Hoy, en nuestra sociedad pisoteada por los grandes tiburones financieros y el despotismo de nuestros políticos. La solidaridad entre los ciudadanos se hace más grande. Todos ponemos un granito de arena arrimando nuestro codo donde se necesita, quizá sin necesidad aún, de recibir ayuda a cambio, pero sí con la certeza de que pronto o tarde, no podremos evitar vernos como muchos de nuestros vecinos, conocidos, incluso familiares y amigos están ya.
ResponderEliminarY utilizamos la moneda de intercambio. Yo te doy, y tú me das. Cada vez son más populares los mercadillos vecindarios, donde los vecinos exponen aquello de lo que se pueden desprender a cambio de unas pocas monedas o, a cambio de aquello otro que su vecino se desprende. Ya no tiramos nada que no usemos, ni lo echamos al contenedor de ropa y accesorios usados. Pensamos en que quizá pueda servir a alguien más necesitado que nosotros y más cercano, menos anónimo.
Y no solo ropa o calzado, también miramos en nuestra despensa y compartimos un litro de aceite, unas latas de conserva, una barra de pan...cosas simples y absolutamente necesarias que alguno de nuestros vecinos necesitan urgente. Y si, para que no se sientan mal, para que su orgullo no quede dañado, utilizamos lo que ellos ofrecen a cambio: unas clases de inglés, de informática básica...o arreglar la lavadora que se para, la llave de luz que se rompe; pintar la habitación que hace tiempo necesitaba una mano de pintura...cualquier cosa es válida.
Estamos en la era del trueque. Los humanos siempre estaremos en un bucle histórico del que no terminaremos aprendiendo mientras no sepamos mirar con los ojos de ver y encontrar.
Besos
El trueque que ahora vuelve a hacerse presente, creo que es algo circunstancial y reducido a momentos como los actuales. Para mí lo más importante es la conciencia de solidaridad que crea, y no tanto en que se convierta en un sistema genérico en sustitución de lo comercial. Necesitamos innovar, crear nuevos sistemas para salir de este atolladero.
EliminarBesos
La historia es cíclica primo!!!! todo vuelve y todo se repite.... quizá en distintos entornos políticos e históricos... pero como dice el refrán.... el pasado siempre vuelve.
ResponderEliminarÓjala que la tradición vuelva pero no por estos motivos... debemos hacernos mejor personas... ahí está el "quiz" de la evolución. Besos cariñosos.
Algunas cosas son como de ida y vuelta; ahora vuelve a incrementarse el consumo de legumbres que habías dejado de lado y practicamos algunos trueques muy interesantes, pero ¿cómo será el futuro? ¿Hacia adónde vamos?
EliminarEstoy perdido, prima.
Besos
Posiblemente tengamos todos que volver de una o de otra manera a los tiempos del trueque. En casa, entre padres, hijos y nueras, ya hemos empezado a intercambiar algunos servicios sin mediación de gente de fuera. Es el principio.
ResponderEliminarUn saludo.
Es que en los círculos cercanos es más fácil.
EliminarUn abrazo
Entre nuestros licenciados ya funciona esto, si tienes un amigo informático te echa un cable en el ordenador, sabe que cuando surja, el también contará con ayuda profesional correspondiente a la preparación del amigo.
ResponderEliminarUn beso
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
En verdad, pequeños trueques se han producido siempre, pero lo de este momento está cubriendo una necesidad. Por cierto, por si no ha quedado clara mi postura hasta ahora, creo que este no es más que un camino circunstancial y no la panacea que resuelva la situación del empleo y la economía, sino todo lo contrario.
EliminarEl trueque me parece perfecto en según qué situaciones, tú me pelas en la peluquería y yo te paso unos huevos de mis gallinas, pero no creo que me operes de estómago por una docena de huevos.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Está claro, Elena, esto es algo así como las cataplasmas o los parches "Sor Virginia", una medicina alternativa para pequeños enfriamientos y no para esta epidemia.
EliminarHay que ingeniárselas para sobrevivir. No es mala idea, aunque no sea la mejor de las soluciones.
ResponderEliminarLos tiempos cambian, pero el ingenio y la creatividad aumentan.
Besos
Los malos tiempos agudizan el ingenio, sin dudas; pero es un trámite de supervivencia.
EliminarBesos
Estoy de acuerdo plenamente de que todo es cíclico y las personas en épocas de crisis agudizamos el ingenio.
ResponderEliminarBss
Está claro, Katy, y no me extiendo para no repetirme demasiado.
EliminarBesos
Estoy de acuerdo con lo expuesto por ti y por lo comentado por todos tus amigos, y me quedo también con la puntualización de Elena.
ResponderEliminarTiempos difíciles, amigo, muy difíciles, y que hace un año ni lo imaginábamos!
No quiero ni pensar en cómo estaremos dentro de otros doce meses.
Miedo me da!
De todas formas... un abrazo y un beso solidario y al trueque!
;)
Gracias, Edurne por tu apoyo.
EliminarBesos
Muy bien, monsieur, ya hemos llegado a la moneda alternativa otra vez. Me pregunto si lo siguiente del ciclo serán directamente las cavernas, o si acaso habrá algún pequeño eslabón intermedio.
ResponderEliminarBuenas noches
Bisous
Procuremos, Madame, vivir sólo en el presente, porque lo que vemos hacia el futuro es todavía más negro. No suframos por mañana, sino por el hoy.
EliminarBisous
ResponderEliminarHola Paco, muy buena la entrada.
Sería lo mejor que no andará el dinero rodando, ya que éste es el culpable de la avaricia de los banqueros y los poderosos. Y la desgracia y penas de los más necesitados y desahuciados. Antaño en los pueblos era el trueque el que funcionaba y según mi padre no iba mal la cosa. Cambiaban alimentos que daba la tierra por otros servicios. Conejos que cazaban por tejas y mano de obra para hacer las casas. Se hacían favores a cambio de otros favores y las personas Vivian.
Saludos y besos para ti y tu esposa
Ese trueque es posible en el mundo de proximidad, en el medio rural, pero en las ciudades es muy difícil. Lo más interesante es que cale la necesidad de cambiar este mundo tal y como lo conocemos por otro más justo y de mayor cooperación.
EliminarBesos
Actualmente en los pueblos se sigue practicando el tornapeón.
ResponderEliminarSaludos
Tú lo dices bien, en los pueblos.
EliminarUn abrazo
Aunque sea una ayuda puntual.. no puede ser más que eso.. puesto que hoy hay impuestos que pagar que ningún ayuntamiento va a "cambiar" por nada ..
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu entrada ..
Un abrazo
Es cierto lo que dices y coincidimos en ello, por eso he dicho que es más fácil en el medio rural.
EliminarUn abrazo