En el el cine aprendí
que es fácil escapar, poner distancia
surcar los caminos y las sendas,
subir al monte o atravesar
una reseca y desértica duna;
vadear un río,
cruzar a nado una frontera
o alimentarse de ilusión
y de lo que la naturaleza va ofreciendo,
no siempre suculento.
Es fácil bajar la escalera
con pasos mullidos
y perdernos por las calles
en medio del gentío.
Lo difícil, lo verdaderamente complejo
e incluso imposible,
es escapar de uno mismo
y tomarle el pulso
a la verdadera libertad.