14 julio 2025

SUBSUELO

 




Sed. Me relamo los labios

con el áspero tacto de una escofina

y el dolor es ahora superior a la sed

sin haber encontrado el menor alivio.


Ni el agua me sacia,

tampoco los recuerdos hacen noche

y me invitan a soñar.

Una palabra. Tan solo una señal

que abra la puerta a tanta tiniebla

y empuje a esta maldita bruma

que hace posada como ave furtiva

y se adueña de todas mis entrañas.


Alguien ha debido dictar

una consigna secreta de silencio,

un aislamiento que mortifica,

y está acabando con mis reservas

de soliviantada esperanza:

en instantes así es cuando descubro

que el subsuelo me abre sus brazos.

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