Pasa el tiempo deshojando
el calendario, tiñendo su mácula
con ese hacer romo que se encallece,
según va impregnando su sin vivir
a cada momento gozoso de la vida.
Y tú, que solo miras de soslayo,
pero enjuicias y sentencias, me respondes:
“A mal tiempo, buena cara”.
El corazón sangrando de dolor,
el gesto contrariado de miedo
y sin encontrar consuelo;
y tú, con media sonrisa desdibujada
y hasta con cierta sorna, me respondes:
“El tiempo lo cura todo”.
Miro al cielo y me muerdo la lengua,
en el reloj se han corrido las aguas
como en un suspiro,
sin aportar el menor alivio;
entonces me doy cuenta
que verdaderamente:
“El tiempo es oro”.
Y lo más grave es asumir que
“el tiempo vuela”.
Así que no me queda otra que
“Dar tiempo al tiempo”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario