Hoy me detengo en un leve
ejercicio de memoria, pues si bien la vida es un incesante caminar hacia el
mañana, de vez en cuando, como quien para a repostar, uno vuelve la vista atrás
para contemplar el paisaje de lo vivido y no sepultado. Todavía no era la primavera
de 1968 cuando llegué a Madrid y aquella gran urbe vino a ser como un fogonazo
panorámico para este entonces joven pueblerino al que todo le parecía
sobredimensionado. En la Complutense, los de mi edad corrían delante de los
grises (policía), pero yo estaba uncido al trabajo y ni sabía ni entendía aquellas
carreras ni que se cocía en el París simbólico y revolucionario. Venía de la
doctrina del acatamiento, algo que no deja de ser contra natura de la persona
que alcanza la mayoría de edad.
En mis momentos de asueto me
recorría la ciudad con esa urgencia que tiene la juventud por familiarizarse
con todo lo desconocido. El cine, el teatro y la lectura eran mi asidua compañía
en la ciudad donde Dámaso Alonso describió con singular maestría poética su caminar
entre un millón de muertos. Yo caminaba como un sonámbulo y no llegué a
quedarme muerto, pero sí patidifuso cuando leí en la prensa que Egipto había
regalado un templo y que, desmontado piedra a piedra y debidamente sus piezas
etiquetadas, sería instalado en el viejo emplazamiento del desaparecido Cuartel
de la Montaña.
No pasó mucho tiempo en que
comenzaran las obras. En el mismo lugar donde 30 años antes no había quedado
piedra sobre piedra de aquel viejo cuartel del no pasarán, ahora se reconstruía
un templo egipcio de unos 2.200 años de antigüedad para salvarlo no de las
aguas del olvido, sino de las aguas físicas de la presa de Asuán sobre el Nilo.
La Unesco había hecho un llamamiento internacional mediante el que salvar el
patrimonio egipcio que iba a ser sepultado por las aguas de la nueva presa y en
recompensa de la ayuda española aquel cargamento de piedras como si de un puzle
pétreo se tratara. Así que del lejano Egipto, vino el templo de Debod a estar
en vecindad con el Parque del Oeste y la Rosaleda, el Paseo pintor Rosales y la
mismísima Plaza de España, donde También Miguel de Cervantes está petrificado y
sus hijos Don Quijote y Sancho en bronce esculpidos, a la vista del edificio
entonces más alto, la Torre de Madrid: una singular mezcolanza que para nada
pasa desapercibida.
Madrid, ¡Claro que sí!
ResponderEliminar¡¿qué no encontrarás aquí?!, en esta metrópolis intercultural donde la diversidad puede llegar a ser tan fructífera que encontrar de repente, mientras paseas por uno de sus parques un templo egipcio milenario...es sólo una de las pequeñas cosas que te puede regalar Madrid.
Hay quien se siente agobiado por esta gran ciudad. Pero yo les digo: "esto es porque tú, entraste en Madrid, pero Madrid, nunca entró en tí"...si. Creeme, la villa de Madrid, elige a sus ciudadanos. Si escuchas a alguien hablar en negativo de Madrid, es porque nuestra villa rechaza a ése intruso sin capacidad para amarla.
Madrid nos acoge a todos y nos hospeda como una gran anfitriona, da igual nuestro credo o color piel. No importa a quien amamos ni a quien odiamos. Es como una madre deseosa de acoger a sus hijos en el regazo...aunque la mayoría de ellos, seamos hijos en adopción.
Pero a veces, al igual que las vacas, las personas no son de donde nacen, sino de donde pacen...
Un tercio de mi vida lo he pasado en Madrid; llegué soltero y allí formé mi familia, nacieron mis hijos y creí que ya no e movería de la capital; pero la vida da vueltas y llevo casi ese mismo tiempo en Sevilla. Allí conservo amigos, familia y grandes recuerdos; allí podría haber vivido toda mi vida con balance gozoso. Ahora hay muchas cosas que desconozco, pero llegué a estar muy familiarizado con una ciudad donde a los ciudadanos no se les pregunta su procedencia, donde todos, vengan de donde vengan, tienen igualdad de oportunidades. Ya lo he hecho en alguna otra ocasión y seguiré escribiendo sobre Madrid.
EliminarBesos
Podríamos decir,que en Madrid habita el mundo,que se crea y recrea constantemente en esta ciudad...Y después,una vez conocida,sentida y amada,sólo nos queda decir...De Madrid al cielo...sonrío.
ResponderEliminarEl templo de Debod es feliz,sin duda,en Madrid
Mi felicitación por tu variedad y calidad de posts.
Mi abrazo grande y feliz noche,amigo.
M.Jesús
Me halaga lo que me dices, Mª Jesús. No tengo un blog temático sino heterogéneo como la vida misma: a veces sal, otras azúcar, algunas picante...
EliminarUn fuerte abrazo.
Acabo de llegar del Foro hace una hora y media o poco menos.
ResponderEliminarTú no descansas, eh? Todos los días nos regalas algo y nos sorprendes. Muchas gracias?
Besos castizos!
;)
Mi descanso, Edurne, es este, mantenerme activo durante todo el tiempo que me sea dada capacidad para ello. Tú sabes mucho del Foro, al menos estás más al día que yo.
EliminarBesos
Muchas gracias! Nada de preguntar!!!
ResponderEliminarJeje!
Es lo que tiene escribir con el teclado del móvil, que los deditos invaden terrenos de todas las teclas!
;)
Yo tengo dedos porretas y tengo el mismo problema. Hoy me ha hecho ¡pluf! mi ordenador y necesito comprarme otro; de momento me apaño con el de mi mujer, pero hay cosas que se perderán.
EliminarBesos
Hola, Francisco:
ResponderEliminarMuy bien que hayan salvado el templo y que ese legado haya quedado en buenas manos, allá en Madrid, como testimonio de la cultura Egipcia.
Cuenta la historia que en 1.933 mi pueblo natal fue destruido por un deslizamiento y reconstruido en otro lugar, la nueva iglesia se hizo con las mismas piedras de la derrumbada.
Un abrazo.
Se salvaron muchos templos; algunos quedaron allí mismo en Egipto y salieron cuatro: Nueva York, Holanda, Madrid... no recuerdo el cuarto, lo siento.
EliminarAquí hay algunos pequeños pueblos que quedaron sepultado por la creación de pantano. Este año es abundante en lluvia y los pantanos están desaguando, pero en tiempos de sequía se ha podido ver resto de esas poblaciones.
Un abrazo
Interesante este relato que nos compartes, dicen que todos los dias se aprende algo nuevo, gracias por aumentar mis conocimientos con tus vivencias.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte y feliz semana.
Este es un lugar de compartir; yo también recibo más de lo que doy y entre todos nos vamos alimentando. Gracias por llegar a mi casa.
EliminarUn abrazo
No conocía la historia de este templo, pero me parece una idea genial no dejar que algo de tanto valor se perdiese. Siempre hay un lugar donde ubicar una construcción de estas características.
ResponderEliminarQue tengas un buen día. Besos
Es curioso el templo, pero todavía es más curiosa, desde mi punto de vista, la ubicación en pleno centro de Madrid, en confrontación con edificios modernos de la vecindad. Gracias, Mª Carmen.
EliminarQuizás mis lectores no sepan que te quiero, pero creo que es momento de decirlo a los cuatro vientos. Queridos lectores, esta es la Mª Carmen que conocí junto a Fernando frente a un plato de torrijas. Un encanto de persona tan sevillana y esbelta como la Giralda.
Besos
Hola hace años que no he vuelto a pasear por el Tamplo de Debod aunque paso muchas veces a su lado con el coche.
ResponderEliminarHiciste bien en recordar su historia.
un abrazo
Es que además de compartir los sabores hay que compartir los recuerdos. Jajaja. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo
Que bello es recordar. Frecuento bastante el sitio y el entorno y de hecho tengo algun post dedicado a esta maravilla regalo de Egipto.
ResponderEliminarAl atardecer parece que está en un Oasis y las vistas sobre Madrid son muy hermosas.
Bss
Es cierto, el atardecer es un momento ideal. El sol poniéndose por la Casa de Campo y dando sus reflejos en el agua y la sombra del Hotel Plaza y la Torre de Madrid.
EliminarBesos
Es cierto, se aúnan ahí etapas,seres y culturas en un cóctel aparentemente imposible y sin embargo real,tangible en su frialdad impersonal,pero que sin lugar a dudas evocan pasados históricos que nos golpean suavemente la memoria.
ResponderEliminarComo todos los recuerdos,los de aquí adentro de cada cual al mirar esto o aquello e incluso a veces,muchas,sin ni siquiera "mirar"sólo posando la mirada dejando ir su profundidad...
Besos.
Siempre me pareció muy curiosa esa conjunción de historias tan distintas en el mismo lugar y tan distantes en el tiempo. No sé si buscaron borrar el recuerdo del viejo Cuartel de la Montaña, pero es un hecho que ahora es casi desconocido.
EliminarBesos
La primera vez que lo vi pensé que era una broma de cartón piedra, como si estuvieran haciendo una película. Después me enteré que era el templo de Debod y que tenía más años que Matusalén. Todavía me sorprendo cuando lo veo. Lo del transporte de monumentos piedra sobre piedra es algo que lo hicieron mucho los de Estados Unidos. Este claustro de Palencia está en Nueva York
ResponderEliminarUn abrazo Francisco
Un decorado de Samuel Bronston sacado de sus estudios madrileño. Pues ya ves que no es así, que son piedras auténticas y milenarias.
EliminarEn mi humilde opinión, los americanos tienen muchas cosas que criticar: arrasaron con los autóctonos y al no tener tradición más que de colonos de 200 años, son capaces de arramplar con los vestigios culturales de cualquier rincón de la tierra. Uno de los mejores fondos de las letras hispánicas la tienen ellos,Hispanic Society of America.
Un abrazo
¡¡Ozu Paco, que mayor eres!!, en esa primavera del 68 tenía 15 añitos, casi no había salido del cascarón y Madrid no sabía ni donde estaba, luego, vaya si lo aprendí. Nunca ha sido Madrid una ciudad que me guste, aunque hay que reconocer que entre museos, buenos bares, paseos y una cafetería con magnífico "café irlandés", no lo pasé mal del todo.
ResponderEliminarUn saludo
Ya sé, Emilio, aunque parezco más joven que tu, soy más viejo. Jajaja. A mí me encanta como ciudad. Es verdad que después de vivir en Sevilla y en el centro, no es fácil adaptarse a un ritmo más trepidante y exigente, pero lo pasé muy bien y lo sigo pasando muy bien cada vez que voy.
EliminarUn abrazo
Y fue en ese año que mi padre dejaba en mi madre una semillita que resultaría ser yo...qué bonito los acontecimientos que ocurren en nombre del amor, el 68 con el pasado milenario ubicado entre Rosales, Quijotes,Sanchos y la mismísima plaza España, el 69 aterrizando en la luna....Pasado y Futuro, Presente.
ResponderEliminarPrecioso recuerdo Francisco
Abrazo milenario
Merche
La primera foto mía en Madrid,como buen paleto, me la hicieron cuando te estabas gestando en la puerta del Retiro junto a la Puerta de Alcalá. Era uno de esos fotógrafos de bata y trípode que mandé de inmediato a mi novia al pueblo. ¡Cuantos paseos y lecturas en el Retiro! Algún día tendré que hablar de ello.
EliminarUn beso, Merche.
Para muchos de los que nos consideramos "madrileños de adopción", éste sigue siendo un lugar de paseo, muy tranquilo y agradable. Debe ser porque el espíritu de los que pulularon por el templo andan por él sueltos y libres y nos contagian de esa paz antigua que poseen las piedras milenarias.
ResponderEliminarUn saludo.
Eso es así, Cayetano. En Madrid no es fácil encontrar a un madrileño de tercera generación, que los hay, pero todos son del Foro. Me encantaba ir al cine a la Gran Vía a la sesión de noche, antes un café y el Informaciones; luego andando hasta Ventas.
EliminarUn abrazo
Un lugar precioso que precisamente conocí a través de un blog.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
Un día vamos a quedar en Madrid con María y Katy, así de paso nos invitan a comer y comprobamos la calidad y el servicio, ¿te parece? Jajaja.
EliminarUn abrazo
Menuda cara:-) jajaja. Me encanta que os acordéis de mi aunque sea a través del un templo egipcio:-)
EliminarNada de cara, Katy. Yo creo que nos lo merecemos, sino consulta con María.
EliminarUn beso
Cuando se conmemoraban los 30 años del 68, una amiga un poco despistada me preguntó: ¿Que ocurrió ese año? Y yo le contesté: Todo. Muchas cosas importantes ocurrieron ese año, pero olvidaba lo del templo.
ResponderEliminarAquello fue un motor de cambio que es lo mismo que estamos necesitando ahora, no sé si también "la imaginación al poder". Pero sé que es urgente.
EliminarUn abrazo
En el puente de Andalucía estuve en Madrid y visité el Parque del Oeste y, claro, el Templo de Debod. Impresiona el monumento al recuerdo donde estuvo el Cuartel de la Montaña durante la Guerra Civil. Un poco más adelante fue donde se produjo el levantamiento de los españoles contra los franceses en la Guerra de la Independencia, que inmortalizó Goya en "los fusilamientos del tres de mayo". Bonito recuerdo has tenido, Francisco. Abrazos.
ResponderEliminarY justo en la ladera de esa colina es donde está la Ermita de San Antonio de la Florida, con unos impresionantes frescos de Goya. Gracias, Paco.
EliminarUn abrazo
Llegué a Madrid más tarde, aún había carreras y grises, pero por poco tiempo, luego vino el viejo profesor y otros aires. También me sorprendió que en esa ciudad se levantara un templo egipcio.
ResponderEliminarAHora regreso a madrid con cierta asiduidad, y rara es la ocasión que no aparezco por Rosales y contemplo el Templo de Debod, para proseguir con ese contraste maravilloso que sigue siendo esa ciudad-crisol.
Muy buena tu entrada y tu blog!.
Saludos!
Una confidencia, pero sólo para ti por tu llegada hoy a mi blog. Con ocasión de la muerte de D. Enrique Tierno, escribí un artículo con el que gané como premio un cheque regalo de El Corte Inglés: me compré una máquina de escribir eléctrica y una mini cadena; la primera creo que sigue en el trastero, la segunda feneció agotada.
EliminarBienvenido, José. Un abrazo.
¿Sabes Francisco ? los que conocen, los que tienen la suerte de viajar dicen que BUENOS AIRES se parece mucho a MADRID o viceversa.
ResponderEliminarSiguiendo atentamente tu texto hoy he viajado por ese MADRID hermoso que has pintado.
Un abrazo gigante.
¡Qué cosa más linda me dices, María del Carmen! La ilusión de todo escritor es que su texto tome vida y tú acabas de otorgármela.
EliminarUn fuerte abrazo.
Es una de mis muchas asignaturas pendientes.... cuando viaje a Madrid quiero ir a visitar este templo. Tiene mucha historia y Egipto... su cultura, me encanta. Un besote muy fuerte desde Cáceres primo.
ResponderEliminarMaravilloso y bellísimo el Templo de Debod , lo he visitado cada vez que iba a Madrid y cada vez que iba descubría cosas nuevas . Madrid es una Ciudad de la cual estoy profundamente enamorada , allí me siento como en casa y disfruto muchísimo paseando por sus calles , visitando Museos , asistiendo a los Conciertos que puedo ...
EliminarTengo muy buenos recuerdos de Madrid y sobre todo porque allí vivía mi pareja ( murió hace dos años) y desde entonces no he querido volver , aún no tengo fuerzas para volver .
Un abrazo
Prima querida, no dejes de verlo al atardecer, quizás sea su mejor momento.
EliminarBesos
Yo amo a Madrid y 22 años después me despierto a veces soñando que estoy allí. Hace un par de años estuvimos varios días y fuimos recorriendo nuestro antiguo barrio, Aluche, saludando a los muchos que todavía nos conocían, tomando fotografías para mostrárselas a nuestros hijos... una delicia.
EliminarUn fuerte abrazo, Charo.
Llegué a Madrid dos años antes, pero tarde muchos en saber apreciar la Gran Ciudad que es Madrid. Hoy valoro y disfruto cada paseo, hacerlo por el Templo de Debod y presenciar un atardecer es un espectáculo precioso.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo lo he disfrutado a tope. El gran hallazgo de Madrid para mí fue el teatro. De soltero viví por algún tiempo detrás del teatro Calderón y tenía todo a mano. Los domingos llevaba a mis hijos al teatro de la Villa, a las sesiones infantiles. Los teatros, el Retiro, la Casa de Campo, la calle de los Libreros, la Corrala en verano, los cines de Bilbao y Gran Vía, los de sesión continua y programa doble, el Campo del Gas, Las Ventas, el Atlético de Madrid... mis hijos siguen siendo colchoneros. En fin, que no me enrollo más.
EliminarUn abrazo
Hola Francisco, muy buena la entrada.
ResponderEliminarConocí este templo hará como 10 años. Mi compañero y yo pasamos una tarde caminando y conociendo el lugar. Sinceramente se respira una paz inmensa, supongo que las personas que cayeron allí aun anda su espíritu libre haciendo a los que visitan el lugar, un día formidable.
Un poco de historia nos viene bien. Graciassssssssss por este regalo.
Saludos y besos
Bueno, además de Madrid, también amo al Real de San Vicente, Talavera, Toledo... Gracias, Isa, por tu fidelidad.
EliminarBesos
La primera vez que visité este templo, creo que tenía 17 años, me sorprendió gratamente. Hace unos años, durante un viaje a Egipto, nos recordaron en Abú Simbel que Egipto había regalado a España el templo de Debod en agradecimiento a su contribución en el traslado de esos templos. Personalmente, me encanta Madrid. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarPrecisamente Abú Simbel, si mal no recuerdo, es uno de los templos salvado de las aguas de los que se quedaron allí. Compartimos el gusto por Madrid.
EliminarUn fuerte abrazo.
Andaaaaa, pues fíjate que yo soy de Madrid, y no he ido a visitarlo, que maaaaaaalllll, lo se, regáñame, tengo que ir a verlo, por cierto que yo hice una entrada de una de las leyendas de ese templo...
ResponderEliminarCuenta la leyenda, que desde que el templo fue trasladado a Madrid, por las noches aparece en sus alrededores un gato negro, que podría ser una representación del dios Amón.
Para las personas supersticiosas, este gato, simboliza, la mala suerte. Cuidado y no te cruces con él.
Un besazo.