¿Cuántos pasos, cuántas sandalias,
cuántos pensamientos entremezclados
mientras se hacía por encontrar
el camino cuadrangular entre oraciones?
El claustro es el respiradero al mundo
de un convento de clausura,
un lugar donde los suspiros
van al aire y se elevan helicoidales
hasta las celestiales alturas,
donde llegan en el celofán de lo imaginado;
cada vuelta un misterio, cada misterio
diez avemarías, con su padrenuestro y su gloria,
hasta completar el ciclo del día de la semana,
como cantinela cansina que se repite y se repite.
Siglos; generaciones de hábitos pardos
esclavinas, rosarios y pasos desgastados,
precariedad y dulzura, estabilidad y dudas
de noche oscura como desasosiego de la fe
que a veces quiere jugar a ocultarse en la prueba.
Ahora es un centro municipal de la cultura;
antaño el encierro de un buen número de clarisas
quienes se supone que tenían muy claro
que se encontraban en el lugar de su apetencia,
al encuentro del más allá desde el más acá.
Los claustro tienen algo mágico. Y tienen paz escondida. Y belleza.
ResponderEliminarSi no existieran, habría que inventarlos! Soy adicta a ellos. Me gustan de todo tipo y estilo. Con los claustros soy de muy buen conformar...
Con una amiga nos traemos una medio broma con que de mayores nos vamos a meter clarisas, y nos llamamos sor entre nosotras! Cualquiera sabe lo que nos tiene preparado la vida!
Felices sueños, caballero! Y gracias por el paseo claustral!
Besos
;)
Esa magia de lugar silentemente vivido es la que me ha llevado a traerlo aquí. Vivo junto a este antiguo lugar de oración que sigue invitando al recogimiento.
EliminarBesos.
Si, he trabajado mucho sobre monasterios y lo que más me ha impresionado es saber que dejas de ser tu para ser un se comunitario, que vives encerrado para alcanzar un objetivo Dios, y que te puedes preguntar y si después de sacrificar todo no hay nada. Si has reflejado muy bien en tu poema el claustro es el lugar emblemático de los monasterios. Allis se realiza la máxima comunicación con Dios. Precioso poema
EliminarGracias, Marisa, por entrar en mi blog y comentar. La certeza sólo la da la fe, pero incluso ésta está plagada de noches oscuras (recuerda el poema de San Juan de la Cruz, Noche Oscura). Y la duda es el combate de la fe, de aquellos que la tienen. Gracias por tu calificativo.
EliminarUn beso.
Hola, Francisco:
ResponderEliminarUn poema muy bonito el que les dedicas. Aquí en Tunja tenemos por lo menos doce claustros de la época colonial, que hoy en día son Colegios, universidades, museos y algunos aún son conventos. El ministerio de cultura los ha conservado muy bien, para disfrute de propios y extraños.
Un abrazo.
No conozco ningún claustro. Donde vivo no los hay, pero como me crié pupila con las monjitas Franciscanas de Gante, puedo imaginar cómo son.Deben tener encerrada uns energía muy particular, mucho de misterio y mucho silencio. Pura imaginación, no los he conocido.Igual me encanta tu entrada., no puedo olvidar siete años de mi vida rozada por el mundo de la fe, la devoción... tampoco quiero olvidar.Todo lo que soy es obra de mis amadas monjitas.
EliminarBesos de luz. ¡Buen inicio de semana !!
Cada día son menos los centros de oración que se siguen manteniendo fieles para aquello a lo que fueron creados, por eso muchos de ellos se han convertido, como el de este ejemplo, Rafael, en espacio de cultura. No obstante, siguen en sus claustros y capilla el espíritu de silencio y devoción para el que fueron creados.
EliminarUn abrazo.
Pues en este caso, María del Carmen, vas a tener que recurrir a la fe para imaginarlos. Físicamente es un pasillo cuadrangular que circula alrededor de un patio abierto, una columnata de cuatro lados iguales y en el centro un pequeño jardín o algunos árboles, el espacio semiabierto por donde se han derramado centenares de oraciones y pensamientos, siempre silenciosos.
EliminarTe agradezco mucho el buen recibimiento que haces cada día en tus comentarios a mi blog. Yo te brindo a cambio mi amistad sincera y mis ruegos.
Un abrazo silente.
El silencio de los claustros se podia comparar con el que oyes en lo alto de una montaña, algo espectacular, solo que las segundas aún permanecen libres de coronaciones politicas,
ResponderEliminarun abrazo
No estaría yo tan seguro de que haya espacio libres de contaminación política.
EliminarUn abrazo.
Un sitio ideal para el reposo y la meditación.
ResponderEliminarTú has captado su esencia última en tu poema.
Un abrazo Francisco.
Sin dudas, ese espacio que vuelve sobre sí mismo, invita al recogimiento, a la meditación, a lo trascendente. Gracias, Elena, por tu opinión diaria.
EliminarBesos.
Me parece que estás ,muy espiritual. Este finde nos hemos unas cuantas ermitas:-) Adoro visitar monasterios. Silencio y paz.
ResponderEliminarBss
Ojalá fuera cierto que estuviera un poco espiritual. La meditación y el recogimiento es un ejercicio que no sólo alimenta o expresa la fe, sino que ayuda a conocernos a nosotros mismos, y estos espacios, como bien dices, lo son de silencio y paz, de armonía y recogimiento: un gran desintoxicante para los tiempos actuales.
EliminarBesos
La vida monacal siempre me ha atraído... pero NOOOOOOOOOOOO. no pienses que tengo vocación, noooo, es que la paz, la tranquilad, la manera de vivir, los valores, la vida espiritual y el conocerse más profundamente, siempre me ha gustado. De hecho, me gustan los sitios silenciosos, en donde se puede charlar y conocer a los demás sin ruidos que molestan. Besos primo.
ResponderEliminarCreo que estamos en el mismo caso y tampoco me he sentido atraído por la vida consagrada, pero vivimos en medio de tanto ruido que visitar estos espacios por un buen rato nos devuelve un poco de paz.
EliminarBesos, prima.
Qué descansada vida la del que huye del mundanal ruido...
ResponderEliminarUna manera de reencontrarse con uno mismo y de hallar la paz y el sosiego, lejos de tanto ruido.
Un saludo.
Hay algunos de estos lugares que, siendo de vida religiosa, acogen personas en cierto momento del año que quieren vivir un retiro, aunque no siempre sea tan espiritual, pero en el que les permiten algún tipo de convivencia, además del interiorismo al que invita.
EliminarUn abrazo.
Igualmente, María del Carmen, un abrazo profundo para ti.
ResponderEliminarUn acogedor lugar donde encontrarse con uno mismo. Qué pena que cada día queden menos lugares como el que nos presenta tu poema.
ResponderEliminarUn saludo.
Lo cierto es que no son muchos los que han desaparecido físicamente, pero aquellos que ya no se dedican a la vida monacal, como es este caso, ha sido restaurado por entidades civiles y están abiertos como salas de exposiciones y otras manifestaciones culturales.
EliminarUn abrazo.
Siempre que visito algún o de estos lugares se apodera de mi espíritu un "no sé qué" que me hace sentir bien.
ResponderEliminarCreo que sus piedras han quedado impregnadas con las oraciones de quienes allí moraron y, cuando caminas entre sus muros, esos deseos rebotan en ellos y entran directo a tu corazón.
Me ha encantado pasear a tu lado y relajarme con tus versos.
Me voy unos días.
Podré leerte, pero no comentarte.
Un fuerte abrazo.
Eso que dices es algo común a todas las personas que visitan estos lugares, aunque lo hagan como turistas; es parte del misterio.
EliminarTe agradezco que me leas a diario, aunque no puedas comentar, pero es un aliciente saber que escribo para ti.
Besos
Un lugar plácido, donde reina la paz, la armonía, el silencio para reflexionar y alimentar el alma, Francisco, un sitio acogedor y envuelto en sosiego.
ResponderEliminarUn beso.
Siempre que entro a este lugar a ver alguna exposición, luego me salgo al claustro y trato de empaparme de esos residuos místicos que quedan entres sus piedras y sus losas.
EliminarUn beso.
Hermoso claustro donde se respira paz y tranquilidad.
ResponderEliminarMe gusta visitar estos lugares.
Me ha encantado esta bella poesía.
Esta noche, de pescaito frito en la feria, no?...Que lo pases bien!!!
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Gracias por tu comentario. Esta noche a las 12 en punto se enciende la Feria y aparecerá mi visión de la misma. Espero que te guste como te ha gustado mi entrada de hoy. Gracias por comentar.
EliminarUn abrazo
Hermoso lugar para descansar y reflexionar, tranquilizarse de esta vida que llevamos y aislarse del mundo, que a veces nos hace falta y no sabemos como hacerlo, este lugar sería ideal para ello.
ResponderEliminarMe dices en tu comentario que el amor no es cosa de certeza, es verdad, dices que mi perdida habrá sido imborrable, no es mi caso el de la poesía, solo es cosa de mi imaginación.
Un abrazo, hasta pronto querido amigo
Me alegro que te haya gustado, Demófila. Ojalá que puedas descansar y reflexionar aislada del ruido externo como te apetece.
EliminarUn fuerte abrazo.
¿De dónde es este claustro? Yo estuve una vez en uno, y ffff, se me ponían los pelos de punta de pensar la historia que tenía. Un besazo.
ResponderEliminarSe trata del viejo Convento de Santa Clara, en la calle del mismo nombre, de Sevilla. Estuvo ocupado por las monjas desde 1289 hasta 1992; ahora está siendo restaurado por el Ayuntamiento de Sevilla y en sus dependencias (las que ya están restauradas) se celebran conciertos de música clásica y exposiciones temporales de diverso tipo.
ResponderEliminarBesos
Hola Francisco, los monasterios antiguos, son quizás los que mantienen algo más el silencio exterior(el de la calle) por el grosor de sus muros. El problema está en el silencio interior que se ha perdido en gran medida, dando en consecuencia dispersión y poco recogimiento.
ResponderEliminarLos monasterios de clausura han cambiado mucho en estos últimos años, el mundo entra dentro y nos invade de lo bueno y menos bueno que hay en nuestra sociedad.
Hoy, no tenemos vocaciones y se están cerrando monasterios para refundirse en otros, pero la verdad es que nos estamos muriendo en el número de miembros y quedan monasterios con 3 o 5 monjas muy ancianas y enfermas, que ya no pueden seguir la vida conventual.
Francisco, no es la misma realidad para los que viven dentro de un monasterio a los que sólo van de visita o pasar unos días de retiro.
Se ha perdido el gusto del silencio y en muchos monasterios la tele es más apetecible que estar recogidas orando. Por supuesto que no generalizo, pero es la tendencia.
Me ha gustado su poema.
Gracias
Con ternura le dejo un beso.
Sor.Cecilia
No son demasiadas buenas noticias las que nos contáis, Sor Cecilia. Nada es igual que antaño y me consta que en los conventos de clausura también se está al tanto de lo que sucede fuera y que la vida intramuros no debe ser nada fácil. Este convento de clarisas cerró cuando quedaban 4 monjas ancianas, pero muy cerca de mi casa hay otros dos conventos de clausura y lo que está sucediendo es que son mayor el número de hermanas llegadas desde los países de hispanoamérica que las españolas.
EliminarLe deseo a usted y a todas las personas que optan por la vida religiosa paz en sus corazones.
Preciosas tus palabras .. un bello homenaje sin duda a esas mujeres en esa vida de recogimiento ..
ResponderEliminarCada día cierran más conventos .. o los dedican a otras cosas ..
A veces.. también se encuentra la paz fuera de esos muros .. llega cuando menos lo esperas.. de la mano de alguien cuya fe es inquebrantable ... Y a pesar del ruido exterior .. esa paz te inunda el alma ..
Un dulce abrazo ..
La paz no está en ningún lugar concreto, Aris, sino en nuestro corazón. En cierta ocasión le reprocharon a Jesucristo: ¿por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?, a lo que él respondió: "nada hay fuera del hombre que, entrando en él, pueda contaminarle; sino lo que sale del hombre, eso es lo que contamina al hombre".
EliminarLa paz, por tanto, está en el deseo de nuestro corazón. También dice el refrán: "dos no pelean si uno no quiere". Pero si invertimos tanto en armamento, eso no es construir la paz, sino prepararse para defenderse o peor aún, para atacar. Fíjate si no en los acontecimientos ayer de Bostón y en lo que está pasando una vez más entre las dos Corea.
Un abrazo muy dulce.
Hola Francisco, no soy muy de claustros pero respeto a quienes están en ellos porque supongo lo hacen libremente. En el internado donde estuve, enfrente había uno y íbamos a por los recortes de las ostias que estaban muy ricos. Nunca comprendí por qué se metían ahí las monjas y no se las podía ver. Asocio estos lugares a cárceles, con todo mi respeto para las personas que lo eligen. Tal vez tenga una mente sucia y por eso pienso así.
ResponderEliminarCreo más en los misioneros/as que están en contacto y ayudan a que las personas cultiven la tierra proporcionando semillas y material adecuado. Los eduquen, y a que sean personas que tengan más derechos de los que tienen si ellos no estuvieran allí. Creo más en los misioneros/as que dan su vida por salvar a los niños de las calles, del hambre y la maldad de los hombres.
Aun así muy bella tu entrada como todas las que haces.
Deseo que lo pases muy bien en la Feria de Sevilla. Baila alguna sevillana con tu esposa.
Saludos y besos
Si nos remontamos a siglos pasados, tantos los claustros como las armas eran los refugios de las personas que querían escapar del medio rural, pero eso hace mucho que pasó. Con demasiada frecuencia no entendemos lo que hacen los otros, pero que no te quepa dudas que es mucho a lo que renuncian. Ni siquiera voy a intentar convencerte de nada, pero sí explicarte algo. Nos cuesta poco entender aquello que vemos, por ejemplo lo de los misioneros, pero no entendemos los caminos de Dios y verdaderamente que son complejos. Pues verás, la patrona de los misioneros es Santa Teresita del Niño Jesús o Teresa de Lisieux, quien murió a los 24 años y nunca salió del convento, sino que se dedicó a rezar por aquellos misioneros que daban su vida por los más desfavorecidos. No entendemos los caminos de Dios.
EliminarPor la forma abierta y también cerrada, por haber sido creados para la vida monacal, lo cierto que todas las personas que lo visitan, aunque ahora se dediquen a otras funciones bien distintas, se siente un cierto recogimiento.
Gracias por tus buenos deseos, Isa, y recuerda: tú no tienes la mente sucia. Tú preguntas con sinceridad por aquello que no entiende o comparte, pero eso no es tener la mente sucia, y yo así te quiero.
Besos.
Bueno,si puedo decir que he visto varios claustros en mi vida...De pequeña con las monjas del pueblo y de mayor en Salamanca,en el convento de las Adoratrices...Ahora cerrado y dedicado a exposiciones culturales...Los claustros tienen "la presencia espiritual"...Esa presencia,que nos envuelve,nos acaricia y nos eleva...Todos los veranos celebramos en el pueblo un recital de poesía en un claustro de la Salle muy querido...Y a veces cuando me siento triste me traslado mentalmente a algún monasterio...¡¡Es pura medicina para el alma,Francisco...!!
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo grande,compañero y amigo.
M.Jesús
Yo he tenido ocasión de ver algunos ocupados por monjas y hasta asistir a algún culto con ellas. Recuerdo las bodas de plata de unos amigos que las celebramos en un convento de clausura de las carmelitas como un acontecimiento muy especial; pero lo común y más frecuente es lo que aquí cuento ahora convertido en sala de exposiciones.
EliminarComo dices, ese reducto espiritual permanece de algún modo e invita al recogimiento. Gracias una vez más por tu presencia, María Jesús.
Besos