Casi nunca sé de qué voy a
escribir cuando me enfrento a la página (pantalla) en blanco, por la misma razón que comenta mi amiga Mª Carmen
Rueda cómo es imprevisible que lo que soñamos coincida con aquello agradable que
nos apetecería soñar, sino más bien al contrario con lo que detestamos. De
repente, me ha venido un runrún a la mente y aquí comienzo a hablar de esta
conífera que tiene su componente de maldito y bendito; o sea, como la vida
misma, donde las personas somos tan ángeles como demonios.
Lo primero que se nos viene a la
mente al hablar del ciprés es el cementerio, olvidándonos que no es ésta su
única ubicación y que distintas culturas, a lo largo de la historia le han
asignado tanto el símbolo de la muerte como el de la vida. Se trata de un árbol
enhiesto que llega a alcanzar los 20 m de altura, hojas perennes y un grosor de
unos 60 cm. Tiene forma piramidal y figura mayestática, solemne; es un árbol
longevo: vive durante 300 años. Romanos y griegos lo relacionaron con las
divinidades del infierno, ligado al culto a Plutón; por otro lado, también fue
consagrado a Esculapio, dios de la medicina, y de hecho sus frutos, antes de
que estén completamente maduros, se emplea en la curación de diversas
dolencias, especialmente de las vías respiratorias. Su madera, dura e
incorruptible, desprende un suavísimo y agradable aroma; su forma estilizada se
eleva sin dudas hacia el cielo, con lo que en la simbología cristiana se
interpreta también como alegoría de la inmortalidad y la mansedumbre, como si
hubiera elevado sus brazos y uniendo las palmas de las manos estuviera
invocando a Dios. Para algunos, parece un dedo ciclópeo señalando al cielo.
Como vemos en la imagen y hemos
podido comprobar con nuestros ojos, no tiene un uso ornamental exclusivo en los
cementerios, sino que es muy usado también en jardinería. Otro uso muy
frecuente, a la par que peculiar, es el señalamiento de los bordes de un
camino, en especial en casas solariegas o cortijos aislados, desde el mismo
borde de la carretera hasta el rellano donde su asienta la casa. Y ahora para
ir terminando, una curiosidad: dicen que la interpretación que debe dar el
caminante cuando a la puerta de una casa hay plantado un ciprés, significa que
en ese lugar hay agua; cuando son dos los cipreses plantados, que además de
agua hay un plato de comida para el caminante; si son tres o más, que además de
agua y comida hay un lugar para el reposo. Es posible que estemos hablando de
viejas simbología, de tiempos pretéritos en el que la acogida era más abierta
al caminante que estos de ahora de blindajes y alarmas conectadas a un servicio
de seguridad, pero así reza la tradición y así os la he contado.
Y muy bien contada ... y la foto es preciosa ..
ResponderEliminarY te dejo un cálido abrazo y un dulce y sonoro beso
Muchas gracias, Aris, un beso.
EliminarHola Francisco !! A mí me encanta el ciprés pero el pobre tiene mala prensa.
ResponderEliminarAhora se lo empieza a ver en algunas quintas de fin de semana. Poco a poco va ganando su lugar. Se lo merece.
Besos de luz.
Precisamente esa mala prensa es la que me empujó a hablar de él, para que no todo sea negativo.
EliminarBesos
Hace tiempo realicé una entrada sobre el simbolismo funerario y traté sobre el Ciprés, decía que es el árbol más importante de la botánica funeraria y está presente en cualquier cementerio que se precie, simboliza la unión entre Cielo y Tierra. En ciertos jardines podemos encontrarlo acompañado por pinos y cedros, para lograr así un efecto de grandiosidad. La tradición en cuanto a su uso fúnebre señala el tiempo de duelo. Sus características, longevidad (puede vivir más de 1000 años), altura, robustez, la peculiar forma cónica o piramidal (que parece señalar al cielo) y las hojas negruzcas (pero a la vez siempre verdes) representan el triunfo de la vida sobre la muerte y la serenidad, la seriedad, la grandeza y el reposo. En la cultura mediterránea era considerado como un árbol capaz de repeler hechizos malignos, por ello se usaba para cercar villas y caseríos.
ResponderEliminarUn saludo
Pues eso, que sí, que no sólo es un árbol fúnebre sino más bien al contrario.
EliminarUn abrazo
No sé qué tiene que infunde paz y tranquilidad, quizás esa verticalidad que le imprime un carácter de espiritualidad. Tal vez por eso se use tanto en zonas de reposo final. Y eso que, como toda conífera, es una especie que da mucho trabajo si se quiere cuidar.
ResponderEliminarUn saludo.
Esa tranquilidad y esa paz vienen precisamente de esa verticalidad, de esa elevación sobre lo que todos suponemos la espiritualidad.
EliminarUn abrazo
En Granada el ciprés no es exclusivo del cementerio, sino que está muy presente en su paisaje. En el cementerio hay también, pero yo diría que mitad y mitad con las yucas, a las que se les llama árbol de la vida.
ResponderEliminarLos árabes lo usaron como árbol ornamental y en Granada quedó más patente que en otros lugares de Al Andalus.
EliminarUn abrazo.
Ignoraba esa simbología,pero creo que tienes razón en que debe ceñirse a tiempos pretéritos ya que ahora, caminantes,que en realidad y según yo siento somos todos,no hay muchos y los pocos que nos encontramos a las puertas de nuestras casas,nos hacen desconfiar.
ResponderEliminarEn la casita de la montaña, bordea la verja, un ejército de cipreses marcando una línea divisoria entre el acá dentro y el afuera. Los siento yo como el horizonte del mar,algo así como un marcador de distancias entre lo íntimo y lo foráneo.
Prefiero verlos asociados a eso que a ese otro terreno donde se desvisten las almas...
Ah!
Hay que escribir de lo que a uno le apetezca,le invada en ese instante ulterior al desalojo verbal,lo importante es poner el corazón.
:)
Besos.
Desde que el hombre se motorizó, se ha perdido bastante la hospitalidad, algo que en otros tiempos y en culturas rurales tardó más en desaparecer. Gracias, Marinel.
EliminarBesos
Por mi tierra normalmente los cipreses estaban en los cementerios por eso se les solía asociar con esos lugares y curiosamente fue durante un viaje a Grecia en donde los vi en abundancia y en todos los lugares que nada tenían que ver con un cementerio y fue cuando me di cuenta de como son en realidad, unos bellos y elegantes árboles.
ResponderEliminarAsí es, en la cultura meditarránea era un árbol ornamental no relacionado con los enterramientos.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola Francisco interesante post. Gracias por compartir.
ResponderEliminarEl cipres es simbiolo de paz y descanso.
Tierra y cielo... une raíz y cielo con sus raices y copas nos dan paz para el alma.
Un abrazo y feliz día.
Esa es la sensación, de paz y descanso, seguramente por esto fuera elegido como símbolo de los camposantos.
EliminarAbrazos.
Dicen que no es símbolo fúnebre sino todo lo contrario, de alegría, y por eso lo ponen en un sitio tan triste como un cementerio.
ResponderEliminarA mí me gusta.
Un abrazo Fco.
Muy buen apunte el tuyo, Elena: añadir valor positivo al negativo para contrarrestar.
EliminarBesos.
Querido primo, has roto una lanza sobre la maldición del ciprés. Un besazo.
ResponderEliminarExacto, prima Liova, esa ha sido mi pretensión, buscarle el lado bueno a lo que por normal general todo el mundo desdeña.
EliminarBesos.
Lo primero que me ha venido a la cabeza es el libro de José María Gironella "Los cipreses creen en Dios, y la de mis múltiples fotos de cipreses tomadas en los claustros de los Monasterios. Me parece un árbol bello y para nada triste. De de hecho el patio de nuestra comunidad tenemos uno y ya va por el 9º piso. Y claro que hay agua, está el río bien cerca.
ResponderEliminarBss
Yo también había pensado en esa otra visión, pero no quise extenderme. Tu patio debe ser bien hermoso y tan cercano al Manzanares no tendrá problemas de sequía.
EliminarBesos
Aquí podemos ver muchos cipreses en el Albaicín sin que resulten nada tristes.
ResponderEliminarYa he comentado ese hecho anteriormente, cómo en granada es un árbol ornamental sin otros complejos.
EliminarAbrazos.
Es un árbol que me encanta. Es espectacular con ese porte altivo, inmutable y para nada triste.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pues tú lo afirmas, Belén, y yo lo corroboro.
EliminarUn abrazo.
Me gusta el ciprés...Es un árbol muy especial,seguro,sereno,bello y derecho al cielo...Nos deja su lección y su ejemplo.Todo un maestro de la naturaleza,sin duda.
ResponderEliminarMi gratitud y mi abrazo,Francisco.
M.Jesús
"Seguro y derecho al cielo", ojalá yo pudiera gozar también para mí de esa certeza. Descubro en ti día a día, María Jesús, un encanto de persona.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco, como bien has dicho siempre asociamos el ciprés a los cementerios, yo particularmente también lo tengo en una casita solariega que tiene la familia para separar distintos espacios y queda muy bonito:), desconocía todo lo que nos has contado de el y me ha gustado ya que así aprendemos mas cosas, lo que si me ha gustado mucho es la curiosidad que cuentas de lo que significaba antes el numero que se tenia de cipreses en la puerta plantados, hoy en día seria imposible como bien dices o se mediría por la cantidad de alarmas puestas:)
ResponderEliminarBesos.
Pues aplícate el cuento: si es sólo uno, no niegues al agua a quien te la pida; si son más, ya conoces las reglas.
EliminarUn fuerte abrazo, Piruja.
Yo siempre lo he visto como un árbol elegante, de muy buen porte; no sé esa manía de asociarlo siempre con los cementerios, como la flor del crisantemo. Muy interesante tu artículo. Que tengas un gran fin de semana.
ResponderEliminarGracias, Paco, tu opinión sobre lo bello, sobre lo estético es cátedra, así que no discrepo.
EliminarUn abrazo.
Mil gracias querido amigo por siempre ilustrarnos con la sabiduría y belleza de tus letras.
ResponderEliminarMuchos besinos de esta amiga con inmenso cariño.
Gracias, Ozna, por esa sabiduría que me asignas, ¿o no era a mí sino al texto? Jajaja. Gracias, amiga.
EliminarBesinos.
Una entrada muy interesante. Desconocía la simbología atribuida a éste árbol.
ResponderEliminarUn abrazo.
Aquí vamos aprendiendo todos de todos, lo cual nos enriquece.Muchas gracias, Jorge.
EliminarUn abrazo.
El discurrir de las palabras hecho un arte. Narrativa para disfrutarla, lo tiene todo
ResponderEliminarimaginación, apuntes históricos, en fin, que cuando las cosas se escriben
con el ánimo de entretener cualquier tema es una delicia.
Un fuerte abrazo.
No exageres, poeta, que los líricos tienden al exceso. Gracias, Paco.
EliminarUn abrazo.
Es cierto, Francisco , siempre que oímos la palabra ciprés lo acoplamos a la palabra " cementerio" y no siempre es así , para mi lo cipreses son unos árboles muy bonitos y que no solo están en los cementerios . son altos , esbeltos , elegantes ... y parece como si nos quisieran acercar al Cielo , siempre me han impresionado mucho y me gustan , nunca me ha parecido un árbol triste , para nada.
ResponderEliminarGracias por tus aportaciones, Francisco.
Un abrazo
Muchas gracias, Charo, me da una alegría inmensa ver esos ojos saltones y observadores cada día en mi pantalla.
EliminarUn beso.
Vaya Francisco, me voy sabiendo cositas que desconocía por completo, sobre todo lo del significado según el número de cipreses plantados. Siempre me han gustado las leyendas en las que aparecen árboles y el cipré afortunadamente tiene un montón. Un abrazo.
ResponderEliminarNo hay dudas que todos aprendemos de todos, hasta el grande (tú) del chico (yo).
EliminarUn abrazo
Justamente acabo de sembrar un cipres en mi jardín. Gracias a este post acabo de aprender algo de su simbología! Saludos desde Venezuela Sr Francisco.
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