La primera mirada de la mañana, desde el apartamento. |
¡Доброе утро, Москва! Un desplazamiento
tan largo en tan solo unas horas implica la adaptación al clima, a la hora y
sobre todo a la luz. En Moscú, en esta época, amanece antes de las 6 de la
mañana y anochece a las 9; luego vendrá otro tiempo más oscuro en el que el día
dará comienzo a las 10 de la mañana y se despedirá a las 4 de la tarde. Me
despertó la luz de la mañana; aún no había cambiado la hora en mi reloj y con
sus dos de diferencia me informaba de la madrugada española. Desde la ventana de
este sexto piso todo era apacible y se anunciaba un día luminoso del que quise
contagiar mi ánimo. Ordené en mi mente las ideas y tracé el plan prioritario de
necesidades: cambiar euros por rublos y comprar la muleta ortopédica sin la que
no podría callejear.
Estación de metro |
Mi hijo Carlos se marchó al
trabajo y nos hizo algunas indicaciones para que pudiéramos ubicarnos en la
zona. Cerca del apartamento que ocupa, se encuentra el hotel donde estuvo
durante meses alojado y allí nos recomendó que hiciésemos el cambio de moneda.
Cuando estuvimos ante la máquina en la que hacer el cambio, se nos acercó el
portero del hotel, elegantemente uniformado y con un excelente inglés, quien
nos fue indicando cómo hacerlo, ya que las opciones están escritas en cirílico;
luego nos presentamos a la recepcionista identificándonos como los padres de
Carlos y estuvo muy amable y afectuosa con nosotros; ella nos señaló sobre un
plano de la ciudad la farmacia más cercana y muy pronto estuve provisto de los
elementos que me ayudarían a caminar incluso más de lo que esperaba.
Interior de la estación de metro |
Nos encontramos a tan solo una
parada de metro de la Plaza Roja, el centro neurálgico de la ciudad y el
principal atractivo turístico. El idioma es una barrera infranqueable, sobre
todo cuando ni siquiera es uno capaz de reconocer las letras, entre las que
algunas están escritas como en la mirada de un espejo y con aparente escasa
presencia de vocales. A la dificultad de no conocer el idioma, el contratiempo
añadido de no conocer el alfabeto y el conflicto para identificarlo es la misma
sensación que debe sentir el analfabeto, sin posibilidades de dar sonido ni
significación a lo que ven sus ojos. ¡ Доброе утро, Москва! ¡Buenos días,
Moscú!
No podemos llegar a conocer el
alma de esta ciudad con sus diez millones de habitantes, cuatro aeropuertos y
una red impresionante de metro, muchas de cuyas estaciones van más allá de lo
utilitario del transporte para convertirse en espectaculares museos, pero he
apreciado el mismo trajín bullanguero que en cualquier gran ciudad y prisas
similares. Por el vestido, podríamos decir que la ciudadanía se divide en dos
grandes apartados: el modo informal de vaqueros (jeans), cazadora y calzado deportivo, y las personas elegantemente
vestidas y muy cuidadas. Comenté entre nosotros: “Las mujeres rusas son muy
guapas y elegantes”, a lo que me respondieron: “pero, ¿te has fijado en ellos?”.
Lo que deja al descubierto la subjetividad del que escribe, quien no cuenta la
verdad, toda la verdad, sino acaso su punto de vista. ¡ Доброе утро, Москва!
¡Buenos días, Moscú!
Veo que has llegado pronto y sin ayuda a las galerias GUN, la plaza roja, San Basilio, la catedral de Kazán y el museo histórico. Como me has hecho recordar mi viaje de hace algo más de dos años. Dobre utro Paco. Un abrazo desde mi mejana
ResponderEliminarEspero que te adaptes pronto al clima y a la luz, la ciudad se ve preciosa.
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Muy bueno tu reportaje, es un gusto conocer la ciudad por medio de tus palabras y fotos. Que lo sigas pasando tan bien.
ResponderEliminarUn abrazo.
Ya te veo hecho un moscovita y echándole la vista a las mozas, con lo bellas que son las cúpulas de la iglesias ortodoxas, en especial la de San Basilio:-)
ResponderEliminarSeguimos pendientes de tus reportajes.
Bss
Buenos días Paco!!!Me parece a mi... que este viaje tan maravilloso no lo váis a olvidar nunca.
ResponderEliminarNo dejes de compartir tus momentos en Moscú... merecen la pena, a que sí??? Besos primo desde España.
¡ Доброе утро, Paco !
ResponderEliminarHola Paco. Graciasssssssss por compartir tu viaje con nosotros. Me alegro que hayas podido solucionar lo de la muleta. Y veo que tus pasos son rapidos y firmes por las fotos tan bonitas que has subido. Los edificios son preciosos. Graciasssssssss. Que disfruten del viaje
ResponderEliminarSaludos y un abrazo
Paco, estuvimos por allí hace 10 años y tengo todo bastante olvidado, espero recordarlo contigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Las maravillas del mundo...Ayyy que sensación debes estar sintiendo...y es que uno no termina de recibir regalos de la vida que hagan que los ojos se den un banquete....Disfruta todo lo que puedas este viaje amigo, Francisco..la vida sigue siendo tu mejor amiga...bss
ResponderEliminarQué maravilla de viaje,con o sin muletas,sentirse parte de esa millonada de gente,pasear por esos lugares de película admirándolo todo...
ResponderEliminar¡Qué envidia me das!
Disfrútadlo al máximo.
Besos.
Buena colección de fotos/ postales para el recuerdo.
ResponderEliminarSer testigo en directo y parte del paisaje humano moscovita.
Una maravilla. ¡Qué suerte tienen algunos!
Un saludo.
Precioso reportaje Francisco. No conozco Moscú, así que tu blog me sirve para turistear un ratito. Te deseo que lo pases muy bien por allí, tiene que ser precioso. Un fuerte abrazo desde el blog de la Tertulia Cofrade Cruz Arbórea.
ResponderEliminarhttp://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
¡Qué suerte visitar Moscú y que te ayuden en el hotel y que te indiquen dónde están los monumentos más relevantes ...y ¡¡estar con tu hijo!! Francisco.
ResponderEliminarNo he podido regenerar todas las imágenes, ¿hay alguna de personas paseando? ...noooo, sólo para comprobar la belleza de esas mujeres moscovitas. ;)
Un abrazo y feliz regreso!!!.
Con un poco de retraso (he dejado el ordenador durante este mes) inicio todavia hoy el reportaje estupendo de tu estancia en Moscú, y he retrocedido desde el final del viaje para iniciarlo aquí y seguirlo paso a paso pues yo estuve en Moscú y en San Petersburgo pero antes del incio de la Perestroika y verdaderamente no tiene nada que ver con la URSS actual. Por las estupendas fotos que nos muestras veo todo remozado, embellecido, y con posibilidades de ser visitado y bien conocido. Entonces las salidas del hotel y las visitas a los monumentos estaban totalmente controladas. Todo se veia decadente, pobre, sobrio, desprovisto de cualquier huella de consumismo, aunque a pesar de ello me impresionó la belleza monumental de las dos ciudades, sobre todo de San Petersburgo.
ResponderEliminarPaso a otra página. Un abrazo.