Hotel Moscú |
Aunque a
primera vista parece un edificio simétrico, basta con que nos fijemos un poco
para darnos cuenta que consta de un cuerpo central y sendos cuerpos laterales
bien distintos cada uno de ellos. Cuando
a Stalin le presentaron el proyecto del primer gran hotel de construcción
soviética, estampó su firma sin darse cuenta de que había dos versiones distintas
de la fachada, con la opción de que él decidiera cómo debería construirse. Firmó
el proyecto con ambas versiones y nadie se atrevió a molestarle de nuevo, con
lo que la mitad del Hotel Moscú se hizo conforme al primer proyecto y la otra
mitad conforme al segundo. El Hotel Moscú se construyó en 1931, siguiendo el
proyecto de un grupo de arquitectos de estética constructivista, y fue acabado
en 1935. Podemos decir que este singular edifico sigue simbolizando hoy lo
absurdo de aquella época de inquietante obediencia ciega.
Cualquiera rechistaba al dictador.
ResponderEliminarSaludos Francisco.
Querido Sr. Espada, conocía esta historia de anécdotas que circulan por mi gremio, y que Carlos me confirmó después de su primera visita a Moscú. Lo que estáis visitando es una muestra incomparable de la demencia de las relaciones entre arquitectura, urbanismo y poder. Tratándose de cuestiones llamativas, creo que sigue pendiente hacer lo mismo en nuestro país; esto es, analizar cuál ha sido el modelo de arquitectura, de ciudad, de calles, de viviendas, que se ha impuesto en los últimos años al hilo de una manera bastante única y particular de entender el poder económico y político en España. El resultado de ese estudio, intuyo, no desmerecería de historias tan alucinantes como la del Hotel Moscú.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Y de las mentiras y falsedades. Me imagino que ahí no habrá llegado las desclasificación de unos documentos que acusan a Rusia de una matanza masiva de ciudadanos polacos y que estos culpabilizaron a los nazis, en tanto que los USA que lo sabían, callaron; en aquella época eran aliados.
ResponderEliminarUn abrazo.
No creas, Paco, que aquí también pasa mucho eso de atar la burra donde mande el amo, aunque se ahorque. Sigue, sigue, no pares, que hay mucho para ver. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarAgridulces tus curiosidades 'moscovitas'.
ResponderEliminarEmotivo el "Minuetos" de Nereidas de André de Ártabro.
Preciosa mirada a través del objetivo de José Tamayo (no lo dije en tiempo pero lo digo ahora).
Todo son curiosidades pero hay que ponerse en esa época y en ese momento histórico para comprender mejor las cosas y saber porqué se actuaba así. De todas formas, a simple vista me parece bonito. Besos desde España primo!!!!
ResponderEliminarPues tiene gracia, en cualquier caso es un edificio singular.
ResponderEliminarCosas de la política. No había recalificaciones de terrenos para construir, ni crisis del ladrillo. Habría otras cosas.
Un abrazo
Es lo que ocurre con el arte cuando se supedita no a la libertad ni a la creatividad sino a los intereses propagandísticos u organizadores del poder absoluto.
ResponderEliminarUn saludo.
Buena observación, ya a simple vista me llamó la atención, pero veo que en aquellos tiempos dictatoriales, cualquiera se atrevía a rechistar.
ResponderEliminarDe todas formas, ese hotel es emblemático, y único. A veces la estupidez humana deja su huella y resulta bien saber admirar lo absurdo.
Sí Francisco, no suelo dar catequesis en mi blog, pero sí reflexiones para que seamos mejores personas.
En cambio, por mi correo de apostolado, allí sí que hago una buena doctrina de la Iglesia, pero son los seguidores los que lo solicitan.
Con ternura
Sor.Cecilia
Había oido hablar del metro de Moscú, pero nunca había visto imágenes de él, me parecen una pasada, hay un lujo desbordado, teniendo en cuenta, que en esa época había muchas personas en la Union Soviética que pasaban mucha hambre, hambre de todo, de comida, de libertad de expresión, de ideales religiosos o políticoa que no podían volar sin ser sancionadas.
ResponderEliminarLos hombres morimos, pero las obras realizadas en un momento histórico, siempre quedan, y según los que tengan el poder, son aplaudidas o sancionadas... aunque eso no le reste belleza a ese metro, que estaxia y queda para poder apreciar su belleza.
Un abrazo.
Qué curioso, aún así para la época en que fue construído está muy bueno y muy bien conservado. Interesante historia. Saludos.
ResponderEliminar