Creo estar en lo cierto al afirmar que las creencias y las dudas viajan en el mismo compartimento. Mis dudas o tal vez mis creencias me llevaron ayer a orar a la capilla del Cristo del Amor.
Estaba todo a oscuras y me situé en un extremo hasta donde había llegado en sumo recogimiento, casi de puntillas; en el primer banco, alguien que no se había percatado de mi presencia y cercanía hacía confesión de sus culpas, a media voz, ante la imagen imitando el gesto con sus brazos en cruz. Tal vez absorto por el peso de su culpa no reparó en mi presencia y le rogaba con lágrimas de desespero:
“...y tras desvalijar la casa, al ser sorprendido, le di con un jarrón en la cabeza con el deseo irrefrenable de no dejar testigos que... Perdóname, Santísimo Cristo del Amor, tú que eres misericordia infinita...”
Ahora es cuando mis dudas se acentúan. ¿Debo delatarlo a la autoridad competente para que lo entreguen a la justicia? ¿No estaría desvelando un secreto de confesión? ¿Soy yo acaso el guardián de mi hermano?
Cómo vas a delatarle, hombre. No hablaba contigo.
ResponderEliminarAhora que esta religión es muy cómoda para algunos. Cometo una fechoría y luego me confieso. Me recuerda a esos dictadores de comunión diaria que firmaban penas de muerte y hacían desaparecer gente sin problema alguno. A Dios rogando...
Y si se estaba echando un farol y se había percatado de tu presencia?.
ResponderEliminarEs mayorcito y además no tiene por qué ser verdad.
Te mando un beso
PRUDENCIA AMIGO, ES SECRETO DE CONFESION ANTE EL ALTISIMO. PASE A VISITAR TU BLOG SIENDO UN HONOR. DESDE MI JAEN PLATEADO BUEN FIN DE SEMANA
ResponderEliminarNo puedes hacer nada porque la confección fue en la casa de dios.
ResponderEliminarPero que difícil seria cargar a la vez con el cargo de conciencia de algo que se sabe.
Que difícil es la vida
Pues yo creo que a menos que usted sea sacerdote, no es secreto de confesión. Nosotros no estamos obligados a guardar esos secretos. Es más, no le vayan a procesar a usted por encubridor aplicándole el artículo 451 del código penal!
ResponderEliminarFeliz domingo, monsieur
Bisous
Suscribo el comentario de Cayetano.
ResponderEliminarAdemás, tú no eres sacerdote, no violarías ningún secreto de confesión.
Un abrazo.
Quien sabe si el hombre era un loco que desvariaba, no creo que alguien que haya cometido esa falta lo declare en voz alta ni siquiera delante de Dios.
ResponderEliminarSe me ocurre una pregunta: ¿Conocías al hombre?
No se si este relato es verdad o ficción, pero es muy bueno para reflexionar un rato.
Un abrazo.
hijole, qué difícil decisión... haz lo que te haga sentir más tranquilo, pero toma en cuenta que el hombre ya se estaba arrepintiendo de corazón
ResponderEliminarYo no lo delataría: es una oración y estas son sagradas. En fin, la duda siempre hace estragos. Buen domingo, Francisco.
ResponderEliminar¡Uf! menudo dilema, yo creo que el mismo o ella ya tiene el castigo arraigado con la culpa y saber que hizo mal, de todas formas Francisco, el escuchar una parte no da el total significado del texto, con ello cuidado, el no saber correctamente da oportunidad al error, a veces tremendo error. Pero que te voy a decir yo, si eres una persona sabia y seguro que sabes que es lo que debes hacer.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana.
Nadie absolutamente nadie salvo tú, debes decidir en conciencia que hacer. Si fuera un crimen yo no lo dudaría, iría a la policía derechito. Pero digo lo de Candi, mtal vez sea un farol o el tipo no andaba bien de la cheveta.
ResponderEliminarUn beso
En mi opinión lo mejor es la callada por respuesta. Si eres creyente por lo del secreto de confesión. Si no lo eres porque al fin y al cabo si lo denunciaras sería tu palabra contra la suya y te podrías ver envuelto en un buen lío ya que además no sabes si realmente era cierto. Es la postura más sensata y más cómoda. Saludos
ResponderEliminarOh! querido Francisco. En que pensaderos nos pusiste con tu confidencial post. Si es verídico, te compadezco por el dilema que tienes para resover y si es ficticio, te felicito por lo ingenioso, empezando por el título.
ResponderEliminarYa me lo comentarás.
Con aprecio un saludo: juliana.
P/D. aquí en Argentina hoy se celebra el día del padre; nose si cincide en españa pero igual te envó un beso de FELICITACIÖN.
Queridos, me hacéis feliz. No busco polemizar, pero creo que acierto cuando arranco diversidad de opiniones en torno a un tema. ¿Quién no ha dudado alguna vez? Yo muy frecuentemente.
ResponderEliminarNo se trata de un caso real, pero es muy ilustrativo las distintas visiones de cada lector. En todo caso, lo mejor será que no se nos presente un caso similar en el que tengamos que tomar una decisión tan peliaguda.
Gracias una vez más y siempre por visitarme y comentar. Abrazos.