A sus 68 años, Amadeo Pellicer, era un hombre jovial que disfrutaba todo el día deambulando las calles de su ciudad. A veces, se le veía marchar a paso atlético, otras incluso llegaba a correr y saltar por entre los obstáculos y los embotellamientos del tráfico.
Su sonrisa traslucía júbilo y salud plena; aunque, a veces, se frenaba en seco y perdía la mirada en el infinito sin mover tan siquiera uno solo de sus músculos, como si hubiera entrado en éxtasis; un parón del que no sabía cómo salir ni qué hacer: no tenía metas, había arrinconado su despertador, confundía la madrugada con el día y se aburría viendo trabajar a otros; no tenía nada que hacer, era jubilado.
Una triste realidad que se podría resolver con las aficiones, lo malo es cuando no se tienen.
ResponderEliminarUn abrazo.
Desgraciadamente hay personas que solamente saben trabajar, no tienen ningún otro aliciente. Cuando se jubilan tienen verdaderos problemas de adaptación. A otros sin embargo no nos llegan las horas del día para cumplir nuestros objetivos. Un abrazo
ResponderEliminarPero creo que hay que mirar la jubilacion desde otro punto de vista, no es no tener metas, es tener otras metas, distintas, diferentes, pero acaso disfrutar de la familia, de los amigos, viajar las 24 horas del día no es una meta.
ResponderEliminarAprovecho, Francisco, para desearte un buen verano; dentro de nada me despido del mundanal ruido yo tambien en Matalascañas, sobre todo sin internet. Que disfrutes del verano. Un saludo.
Coincido con Paco...es verdad que muchas personas ven en la jubilación el paso a un estado en que ya no se sienten necesarios...donde van a ser considerados como un estorbo..una carga..Por Dios!! Ya dieron bastante..ahora deberian decir..Me levanto a la hora que quiero..no mas madrugadas..no mas tráfico ni colas al trabajo..llegó el disfrutar de los nietos..de la esposa, de ir y venir a sus anchas..y si se tiene como...viajar!!
ResponderEliminarAunque la verdad nunca logramos ese estado perfecto de independecia (porque los hijos crecen es verdad...pero hijos grandes problemas grandes decía mi papá..)
Y bueno...me gustó leer esta historia de Pellicer al levantarme, me recuerda que yo ahora estoy en la etapa en que tengo mas tiempo para mi..
Besitos..
No tenía nada que hacer que no le gustase, pero ahora puede llenar su tiempo con las cosas que siempre le han agradado y nunca podía hacer por estar encadenado a un trabajo y una rutina. Ahora puede construir sus días :)
ResponderEliminarFeliz tarde, monsieur
Bisous
Veo a diario hombres jubilados sentados todo el dia en el banco de un parque, hablando con otros jubilados, pero la mayoría de las veces solos con la unica compañia de las palomas,y la mirada perdida en la calle, ¡por Dios!, es que no son capaces siquiera de comprarse un perro,o adoptarlo en la perrera municipal, para cuidarle, quererle y tener así un compañero para pasear, caminar y recorrer caminos y hasta un dia trazarlos?.
ResponderEliminarUn beso
Nerim
http://www.cajonsecreto.es
Pues ahora es cuando tiene ese tiempo para dedicarlo a lo que nunca pudo hacer.
ResponderEliminarUn saludo.
El ser jubilado es una bendición cuando se ha cultivado el interior y el exterior.
ResponderEliminarHay muchas cosas que hacer, porque solo un jubilado puede ser generoso con el tiempo del que dispone.
Me cuelo a leer los comentarios que te dejan por que son muy optimistas..y eso llena de cargas positivas..
ResponderEliminarPor aqui andamos..saludos..
Cuando trabajamos queremos dejar de hacerlo y cuando estamos ociosos queremos trabajar. La jubilación y el paro se nos impone al igual que el trabajo. Sin embargo, seamos sinceros, no se puede vivir sin hacer nada de nada. Nos volveríamos locos... o al menos esto me pasaría a mí. En Béjar cuando llega la jubilación es típico que la gente emplee su experiencia ayudando de manera altruista en las diversas instituciones que existen, por ejemplo la residencia de mayores "El Buen Pastor" (la Junta y los voluntarios lo hacen sin esperar nada a cambio) o el Casino Obrero.
ResponderEliminarSaludos
A mí me sucede lo que a Felipe, que no tengo tiempo suficiente para cumplir con el programa. Ahora me pregunto qué hacía cuando trabajaba. Es obvio que no podemos ser todos iguales, pero el barco de los gustos atracó repleto de sabores y hay para todos. Por mi experiencia, darse un poco a los demás es muy satisfactorio, y de paso se confirma aquello de que es más gratificante dar que recibir, así como que dando también se recibe. En fin, amigos, que viva la vida ociosa del mayor, cuando esta se sabe administrar. Un abrazo generalizado.
ResponderEliminarHola Francisco, hoy nos plantea un realidad bastante frecuente. creo que si durante el tiempo laboral uno se va creando aficiones, en la jubilación lo podrá disfrutar mejor.
ResponderEliminarPersonalmente, antes de ser monja , pensaba que cuando me jubilase, viajaría a esos países que no había visitado aún, que me apuntaría a clases de danza, haría teatro,y escribiría hasta en las paredes,escribiría vería buenas películas y escucharía buena música, y haría más amistades para compartir mis aficiones, le hablo de 25 años atrás. Pero no haré nada de eso, haré la misma vida que hago ahora si mis miembros están aún útiles.
Gracias por su espacio
ooooook... ya me dio miedo
ResponderEliminarHola, buen texto para reflexionar. Hay muchas personas como Amadeo que logran encontrar en que ocupar su tiempo libre, ideas sobran, pero es necesario querer levarlas a cabo. Te dejo un beso, cuidate. Fue un placer leerte.
ResponderEliminarTodo depende de si el trabajo que se hace es vocacional o simplemente una forma de ganarse la vida, porque si es una vocación no debería dejarse hasta la muerte, como dice la Monja de Clausura.
ResponderEliminardicen las estadísticas que eso le suele pasar más a los hombres que a las mujeres. Sea porque las mujeres están acostumbradas a las tareas de la casa más las de su trabajo fuera de ella que cuando se jubilan igual pueden encontrar en qué ocuparse...será?
ResponderEliminareso y una manera de ser, porque a ver, el temperamento cuenta mucho
besos
una buena oportunidad para hacer tantas cosas que antes no se podían hacer. Siempre hay formas de proseguir totalmente sugerentes, entretenidas y buenas. Frenar no, pensar en que cosas nos llenan, nos dan felicidad, armonía y hacerlas.
ResponderEliminarHay personas que cuando llegan a este estadio se quedan así, parados sin saber que hacer, ni con que llenar su tiempo, pero hay tantas...
Un abrazo, corto pero con un mensaje sugerente.