Así dice el poema de Rafael Alberti, hecha canción años más tarde por Juan Manuel Serrat y cantada y grabada a su vez por varios intérpretes. Se equivocaba; en vez de al norte fue al sur, se equivocaba y coronó con sus patas la cabeza de la bella Nereida, figura central de la fuente que ocupa el centro de la plaza en la Puerta de Jerez, cuando tuve ocasión de tomar esta fotografía.
Tradicionalmente ha sido un entretenimiento de parques y plazas alimentar a las palomas y familiarizar a los niños con este acercamiento a las columbas, de la mano de padres o abuelos; pero la reproducción tan prolífica de estos animales y lo corrosivo de sus excrementos han llevado a nuestros ediles a dictar la prohibición de alimentarlos. Lo lamento por los niños y de paso por esas personas, generalmente mayores, que suelen vender las bolsitas de alimento en los parques con lo que aliviar sus penurias y la hambruna de estos animalitos siempre insatisfechos.
Como lo verdaderamente insatisfecho son las arcas municipales, la prohibición acarrea ser multados hasta con 300€, así que es como para pensárselo. Una cosa es dar de comer al hambriento, otra la diversión e instrucción de los niños y otra muy distinta dejarnos cazar por la hambruna recaudatoria.
Y como si estuvieran conectados por redes sociales, ahora veo que no hablamos de exclusividad del Ayuntamiento de Sevilla, sino que también los de otras muchas ciudades han puesto en práctica esta prohibición y, como siempre, con un castigo económico similar. En ello están Madrid, Zaragoza, Málaga… Por cierto, en esta última ciudad, una sentencia dictada por el Juzgado de Primera Instancia de Málaga ha obligado a una mujer a abandonar su casa durante un año y medio por dar de comer a las palomas. Es posible que no se equivocara la paloma, pero lo que es muy cierto es que, llegados a este punto, nos equivocamos si les damos de comer.
Ví esa noticia en un informativo local, la denuncia procedía de los vecinos del inmueble, quienes veían echo un asco todo por culpa de la ingente cantidad de aves.
ResponderEliminarEl ayuntamiento podía dedicarse a cazar unos cientos con redes y así aliviar el problema. Lo fácil es tirar del bloc de multas.
Un abrazo y cuídate de la calor.
El tener un problema con las palomas y no saber arreglarlo es síntoma de la enfermedad que tenemos con la naturaleza. Hacen daño si, a monumentos, coches y tal, pero multar a quienes les dan de comer no solucionará, al menos, casi nada.
ResponderEliminarEstoy dividida, vivir rodeada de palomas que te inundan es muy desagradable y sé que multar no soluciona el problema. Podrían los ayuntamientos buscar otra solución que no fuese la de aprovechar y recoger dinero para sus arcas , pero cual ?
ResponderEliminarUn abrazo
Mi relación con los animales es nula, me dan miedo absolutamente todos.
ResponderEliminarEn cuanto a las palomas, creo que unas poquitas está bien, el exceso de ellas provoca desperfectos en los edificios e incluso enfermedades en los humanos.
Lo de las multas es otro cantar, estos políticos se han propuesto vivir de nuestro esfuerzo y no saben más que recaudar.
Un abrazo.
No sé si se equivocó la paloma o es que tiene mala uva. No me gustaría acabar siendo una estatua cagada y meada por todo tipo de bichos con alas. Triste destino el de las esculturas en la calle.
ResponderEliminarUn saludo.
Entre cigüeñas, palomas, estorninos y otros animales que no nombro por no ser políticamente incorrecto, nos llenan las ciudades de mierda. Con lo de políticamente incorrecto no me refería a los perros sino a sus dueños. Un saludo
ResponderEliminarLa paloma se equivocó de tiempo y de lugar, porque en otras épocas era tan bello ver correr a los niños tras las palomas en las plazas.
ResponderEliminarSe habrán preguntado los que imponen prohibiciones que habrá hecho el hombre para alterar el ecosistema natural de las palomas.
Poco a poco desaparecerán como la paz que representaban.
Un saludo.
Aquí no hay multas, pero creo que están controlando la población de palomas para que no sean demasiadas. Lo que no se (ni quiero saberlo) es el método que emplean para ese control. La realidad es que hacen mucho daño y también transmiten enfermedades.
ResponderEliminarno me gustan las palomas, ya sé lo que pensás, pero es la verdad. Será que vivo cerca de un señor que las cría y entonces hay palomas por todos los sitios y me veo afectada por la suciedad que dejan...será
ResponderEliminarahora eso de las multas y todo lo que contaste en tu historia me va menos que lo de las palomas...no será que las autoridades deberían limpiar mas seguido las estatuas y fuentes asi como yo lo hago con mi patio y mi terraza?, esa es la solución, no la otra
Considero a las palomas: ratas que vuelan, hay otros que sin volar podrían ser igualmente considerados, solo que estos tienen dos piernas y suelen ir acompañados de otros animales seguramente mejores que quienes les acompaña.
ResponderEliminarSaludos
La palomina es enemiga de los monumentos de piedra.
ResponderEliminarSaludos
Os entregué la paloma equivocada esta mañana y me vine a Marbella de fin de semana semanal, con boda incluida. Para que no me echéis en falta (qué iluso), he dejado abastecida de temas la página para los días sucesivos, pero no quiero faltar a la verdad de mi presencia-ausencia.
ResponderEliminarPor cierto, a las palomas de la ciudad, aquí se suman las gaviotas, pero éstas hablan de otros horizontes más salinos.
Un abrazo a todos
Yo nunca había visto palomas hambrientas hasta que fui a España con mis padres, mi mamá compró una de esas bolsitas de alimento y las palomas se le fueron encima, jamás había visto cosa semejante!! fue divertido ver a mi mamá cubierta de palomas, pero me dio tristeza pensar en el hambre que tendrían. Ahora qué pasará con ellas? morirán?
ResponderEliminarMe estoy acordando ahora mismo de la cantidad de palomas que se dan en el Parque de María Luisa, cerca del Museo Arqueológico. Imagino que allí habrá un guardia urbano, libreta en mano, para multar a los que den de comer a estos animalejos.
ResponderEliminarSaludos
La palomas siempre me han gustado. Tengo una foto con mis hijos ya mayores en Trafalgar Square dando de comer a los animalitos, con bolsas que vendía ahi mismo en la plaza.
ResponderEliminarQue disfrutes de la boda y de las gaviotas.