31 diciembre 2024

TREINTA Y UNO DE DICIEMBRE

 



Sentado al borde del calendario,

aguardo la llegada de la noche

para romper los hábitos

y echar las buenas costumbres por la borda:

cenar un banquete, tomar doce uvas

en lugar de un hermoso racimo

y brindar con cava que no me gusta.


Un amuleto, una norma social

dice que es hora de divertirse,

de trasnochar y contagiarse

con lo programado en la televisión:

bostezos, destemplanza, tedio,

somnolencia de noche infinita.


Mañana, quizás resacoso,

comenzará el incumplimiento

de todas las promesas de cambio

que acaban en el vertedero del olvido.


Barajo hacer fila en un coleccionable,

castigar el cuerpo con dietas severas,

militar en una agrupación de pilates,

para acabar enero tropezando en la piedra

del obstinado incumplimiento.


Las ostentosas luces que anunciaban la Navidad

inundan las calles con su despilfarro

hasta que termine el cortejo de los Reyes Magos,

y nosotros en la magia

de esta pompa de jabón de luces y colores,

una perversión que en nada recuerda

al humilde nacimiento redentor.

30 diciembre 2024

SIN DARLE ALCANCE

 



El tiempo, un batallón de fracciones

en el mascarón de proa de los días

que marcha marcando el paso

al ritmo de tic-tac, tic-tac, tic-tac…

Siempre de frente,

como quien ni siente ni padece.

Pasa altanero y tan impasible

que no le tiembla el pulso

ni le afecta los compungidos

que van quedando al margen.

Jamás se orilla,

ni le conmueve la lluvia

ni la niebla le produce afonía,

ni el frío acorta su regular secuencia.

Impertérrito hacia una desembocadura

que ni va a la mar,

ni es el morir,

porque su estela es sutil e inacabada

y su porvenir infinito

persiguiéndose a sí mismo

sin darse alcance.

29 diciembre 2024

REALIDAD MÍNIMA

 




Ciprés, el dedo índice,

que desde la tierra señala al cielo

como itinerario idílico

invitando a la reflexión.

Un cono atractivo y fiel,

siempre verde, gigantesco y longevo,

que atesora las miradas y las eleva

en silentes encomiendas

de las almas que fueron heridas,

y se consuelan ante la infinitud

celestial e inconmensurable.

Chimenea por donde suben las súplicas

como vaharadas incorpóreas de incienso

que escala los peldaños inaccesibles

hasta los aposentos divinos.

La materialidad de lo eterno

que sobrecoge y consuela desde su esbeltez

y nos acota en nuestra realidad mínima.

28 diciembre 2024

ACABAR CON LA SEMILLA

 




Han pasado veinte siglo,

Herodes ha cambiado de nombre,

pero la hiel fermentada y putrefacta,

siempre está sedienta,

siempre aderezada con nuevo aliños y alianzas,

siempre vil en sus vilezas,

cual alimaña.

Se nutre de la ternura de la infancia,

donde adoba su mala inquina

y el desprecio más absoluto

por el género humano.

Han debido pensar que está en Gaza

el Divino Niño

y la fórmula inequívoca es el exterminio.

Ni siquiera mirar de soslayo

a los habitante de los escombros,

sino interrupción definitiva

que nunca jamás puedan germinar.

Han pasado veinte siglos,

pero el longevo Herodes tiene su sangre envenenada

y el genocidio lo asume

como mal menor,

como un viejo remedio.

Ayer como hoy, otros nombres,

distintas circunstancias, pero el mismo ideal,

idéntica obstinación:

acabar con la semilla para siempre.

27 diciembre 2024

TU MIRADA

 





Tu mirada, en la espuma acrisolada del aire

que rodea mi cuerpo, lo abriga y lo mima.

Esa ojeada, esa lectura posicional de pastoreo

que cuida de mi identidad sin perturbarla,

y también de mi ocio y mi descanso,

el panorama cercano y distante de mi horizonte.

Tu mirada, la fortificación en la que me amparo

y resguardo de toda racha indigna que me azota,

la placidez ociosa del esparcimiento lúdico

integrado en la naturaleza con la sutilidad

de un brote más de hierba desapercibida e incógnita

en la distancia agrimensora, cercana y distante.

Tu mirada: mi confort, mi aliento, mi guía.

26 diciembre 2024

TUS HUELLAS

 



Tus huellas por la arena,

por el cuenco entre dos olas,

por el camino polvoriento

que acaba en la trinchera de un seto,

donde se despeña

mi mirada persiguiéndote

entre la aridez sin contraste

del duro adoquinado.

Tus huellas, en el deshilachado

de mi corazón maltrecho.

25 diciembre 2024

MUSGO

 



Verde intenso. Mullido y compacto,

como un puzzle de recortes seleccionados

encajados ordenadamente en el suelo.

Un alto grado de humedad,

como esas mañanas de rocío

que invitan a volver a la chimenea.

Minuciosamente expandido. Virginal

e inmaculado de pisadas

por los aledaños del portal.

Esta madrugada a dado a luz María.

Al alba, con el gozo en su mirada

y un extraño vacío en sus entrañas,

siente la caricia en sus pies desnudos

absorbiendo el verdor

como tranquilizante que sube

por sus cavidades venosas.

El niño duerme, el esposo fue a buscar leña.

De la improvisada cuna sale un fulgor

muy luminoso,

como la cola de un cometa,

que tiene todo por decir en su momento

y ahora es silencio profundo.

María mira al cielo y se abraza el vientre,

ahora hueco.

La escena es rural y celeste,

el silencio sobrecoge

como cascada de luz bajada de las alturas.

El sol no ha despertado aún,

María vuelve sobre sus pasos al portal,

restriega sus pies en el musgo

antes de adentrarse

y entrega sus desvelos al recién nacido.

24 diciembre 2024

LA ESPERA CONFIADA

 



Sé que viniste y sé que vendrás en el tiempo

y por eso espero, porque confío plenamente

y porque siendo la nada, como soy, también sé

que para ti no hay últimos y no hay primeros.



Sé que tú eres de todos, que para todos te das, 

que así te lo manda el Padre, y que así lo cumplirás,

que eres esencia divina, y carne humana también,

que naces para donarte, para amar sin limitarte.



Sé que vendrás al final, cuando ya el tiempo se acabe,

y con el bieldo y la espada haz de juzgar por doquier,

sé también de tu misericordia infinita, también sé

que amas y que perdonas, las dos cosas a la vez.


Sé que vienes cada día a quien te busca y te llama,

que lo he vivido en mi mismo cuando a gritos te imploraba,

y sé que eres consuelo y descanso para el alma,

que no importunas a nadie y que esperas la llamada.

23 diciembre 2024

EN TRÁNSITO

 



He llegado a esta estación

en la que me encuentro

en vagón de segunda,

con cierta comodidad

y con escasos caprichos.


Por el camino se quedaron los afanes

y también las energías,

pero he logrado llegar a este confort

y eso también entra en el relato.


En los cuentos de la abuela

y más tarde en la literatura,

se me prometieron pompa y boato

que no llegaron a materializarse.


El reloj camina a su paso,

sin ninguna prisa, a ritmo;

y se me hizo lento el recorrido,

aunque a este lado del puente,

desde aquí, todo ha sido fugaz,

un visto y no visto.


Voy. Vamos todos en tránsito,

conocemos el destino,

pero no así la hora de llegada

y el reloj siempre a su ritmo.

22 diciembre 2024

AUSENCIA

 



Hay un deshielo en mi voz,

un ácido desgarro,

cuando te pienso,

cuando me ovillo a tu nombre

y me desmadejo en arrebato

si no alcanzo tu mirada.


Se hace espesa e impenetrable

la nostalgia cuando

miro sin ver sino tus afueras,

cuando te pienso, cuando te idealizo

y también articulando tus sílabas

sin acento ni musicalidad,

plena ausencia,

derrota inmisericorde.


Entorno los ojos

y me saben tus labios a estrías,

a árida sémola en los míos.

Resecos, azotados de abandono

pobres de solemnidad,

anhelantes, impacientes, ausentes.

21 diciembre 2024

VOLVER

 




Volver atrás la mirada

y ver el camino expedito,

limpio de socavones y tropiezos.

Buscar las huellas del ayer

y creer apreciarlas

al borde de la calzada,

donde se perpetúa lo frágil

y dormita el olvido.

En este presente achacoso,

es posible volver a emprender la marcha

con el combustible de hoy

y la ilusión de lo extraordinario,

pisar con firmeza, sin titubeos,

y recorrer cada palmo

de aquella juventud radiante

que nos trajo a este hoy,

donde la lontananza sombría de los años,

con sus historias difusas

y su perdurable banda sonora.

20 diciembre 2024

CARTA A LOS REYES MAGOS

 



Queridos Reyes Magos:

no puedo reprimir mis ampulosos deseos,

por tanto, para ser menos gravoso

a cada una de sus Majestades,

me inclino por repartir mis peticiones.


A su Majestad Melchor:

me atrevo a pedirle un áureo rayo de luz,

y también de mesura,

para poder evaluar el costo de las cosas,

en especial cuando las obras son ajenas

y mi reconocimiento más esquivo

que cuando me miro a mí mismo

o a mis intrascendente obras.


A su Majestad Gaspar:

una perfumada “fumata” de incienso,

aunque contenido en márgenes permisibles,

de forma que no desvirtúe el aroma

de quienes se me aproximan

y pudieran pasarme desapercibidos.


A su Majestad Baltasar:

quiero pedirle mirra abundante,

que sea generoso a manos llenas,

no tanto para embalsamar

a quienes pasaron por el tránsito,

sino para evitar

que mueran tantas criaturas

de entre los descartados de los arrabales,

como esos que están siendo expulsados,

también de la periferia,

porque la propiedad inmobiliaria

tiene hambre endémica de bienes

y se ha instalado en la escalada

de alquileres infinitos

e incomprensibles candados externos.

Le quiero pedir también un poco de calor

con el que tapar los harapos

y pan de la multiplicación que nunca se agote,

para mitigar el sonido de órgano

a tripas vacías.

Y un mucho fecundo de solidaridad y comprensión,

y unas manos abiertas en recepción de acogida

y que reparta ampulosamente la esperanza.


En sus majestades pongo mi fe,

en el milagro en el que creo desde la infancia,

la materialización de lo imposible.


19 diciembre 2024

SIN HABER VIVIDO

 



La lluvia destila la opacidad

de días remotos,

en esa frontera entre lo insulso

y lo tal vez soñado,

la insatisfacción de lo no recomendado.


También los deseos tienen

una entidad

que linda con la fantasía,

o con lo irrealizable

de ensoñaciones recientes,

o con la prudencia de lo lícito

y fuera del alcance

de lo social o lo prudente.


Atrévete a pasear bajo la lluvia,

ahora que es menuda, tamizada

como el polen del azahar,

ahora que no arrecia, que acaricia,

y antes de que sea demasiado tarde;

la prudencia te ha traído hasta aquí,

es cierto,

no quieras retirarte para siempre

sin haber vivido.

18 diciembre 2024

MARISMAS

 



Amarillea la tarde,

se apoca y se evade por la colada

derramándose.


En el esquivo sol poniente

una señal de esperanza

y la promesa de un nuevo amanecer.


Por los meandros del río,

los encuentros, La Puebla, el ayer

y las promesas que se renuevan

como se actualiza la flora

y la fauna rosácea y alada

en la Dehesa, en los bancales de agua

y en los arrozales.


Marismas abajo el titubeo de la mar

que a veces va y otras viene,

un balanceo, un avance y retirada

que merece la espera

y trastoca la monotonía

de la mar durmiente y anticipada

en vastas marismas luminosas.

17 diciembre 2024

ARTÍCULOS DETERMINADOS

 



La noche boca de lobo. El frío.

Las terrazas. Las aglomeraciones.

Los calentadores quemando gas

y los cuerpos trasegando alcohol

como remate de una jornada dislocada

que no conoció el recogimiento interior,

tampoco la estima física y prudente.


Las guirnaldas de led evocando la Navidad.

Los diseños geométricos que no comprometen

ni a la fe, ni a la incredulidad. Para todos.

Para todos los gustos y todos los bolsillos.


La estrella naciendo de entre los vatios.

La luna, algo más de un cuarto y macilenta,

tan lejana y glacial que su cerco da escalofrío.

Humo. Mucho humo. Las cachimbas. La shisha.

A pleno rendimiento, a todo humo aromático.

Los otros humos no legalizados. La noche.

La larga lista de artículos determinados

no siempre homologados. La mercadería.

16 diciembre 2024

EL CALENDARIO

 



El calendario es un grifo con fuga,

un gota a gota incesante

que nunca pierde ritmo ni se acelera.

Pasan los días, se acerca la Navidad

y por fin el clima se ha acompasado

y vuelven los escalofríos

anudados en las bufandas.


Unos niegan y otros insisten,

pero algo es diferente a como era,

llámese como se llame,

tenga o no nombre científico.


Las castañeras, con sus fumatas blancas,

ponen un toque de sabor en las calles,

y los animosos coros de campanilleros

anuncian el parto que ya es inminente.


Los invisibles acumulan frío y necesidad,

pero en el colorido derroche lumínico

se hacen menos perceptibles

y hasta más molestos.

Los pobres siempre tienen hambre,

siempre tienen frío y no tienen techo.


José y María tampoco encontraron posada:

la vivienda es la asignatura pendiente

que suspenden todos los gobiernos,

de todos los signos, de todas las tendencias.

15 diciembre 2024

EN LA MISMA PIEDRA

 



A un día insulso

le sigue otro día igualmente desabrido.

No. No se trata de algo fortuito,

sino de la secuencia habitual

del calendario.


Así día a día,

semana a semana,

mes a mes y año a año.

Lo que nos espera,

con alguna leve mutación,

son variaciones sobre el mismo tema.


El hombre es el único animal

que tropieza una y otra vez

en la misma piedra;

por tanto, si no es estúpido,

vive desencantado a puerta cerrada.

14 diciembre 2024

TRAS LOS CRISTALES

 




A muy temprana edad,

ya experimenta la adversidad

como imponderable adverso.

Hasta la merienda le ha parecido

un trámite evitable y sin recompensa.

Llueve. La calle, desde la ventana,

es un deseo insatisfecho

y hasta se ve emborronada

y también inalcanzable.

El rigor que puso su madre

en cada palabra le sonó a sentencia

y no admite brecha posible

que permita bajar la escalera:

“¡Hoy no se sale!”

Cae la tarde, la lluvia no es torrencial,

pero tampoco da tregua a un cambio

permisible y divertido.

A tan temprana edad,

ya conoce el sabor amargo de la contrariedad

y aún desconoce que este será

moneda de cambio en el devenir de sus días.

13 diciembre 2024

NUBES DE ALCOHOL

 



Dormita en el fondo del vaso,

donde el hielo es ya irreconocible

y menos aún lo que fue fuego

y ahora es débil memoria seca

que invita a seguir, dado el momento.


Solo hay que dejarse llevar y asentir

para volver al consumo social que

inhibe, justifica, repliega y aplaza,

al tiempo que entona y envalentona.


En el tránsito visceral algún que otro

estremecimiento y el acuse de recibo

por el que apostará el riñón y el hígado

-tal vez también el páncreas-

en discusión interna que no trasciende

entre los amigotes y foráneos.


El deshielo de las entrañas es amenaza

que asecha expectante cada día, cada hora,

pero no hay marcha atrás. No es fácil.

En los sinuosos vapores etílicos

también se ha volatizado la débil voluntad.


¡Camarero, otra ronda, va por mi cuenta!




12 diciembre 2024

ERAS

 





Eras más, muchísimo más

que un lucido cuerpo en desarrollo,

eras… el continente soñado.


Eras mucho más que una boca prudente

en pavoroso incendio

del que resbalaba una sonrisa de jade

del tamaño de una estocada inocente

encarnada en mujer.


En ti estaba todo el balance

en condiciones óptimas de cotejo.

Y así fue. Y así sigue siendo

más de medio siglo después.


Ahora, agotados los bríos,

cuando ni tu cuerpo ni el mío

se ajustan a patrones y estereotipos

con los que alardear sino de mermas,

sigue incorrupta esa imagen primera,

y con el broche de oro de esta pertenencia

que ni la perpetuidad eterna podrá con ella.


11 diciembre 2024

ANSIADA DEPENDENCIA

 




Una palabra, tan solo una,

pero con el delicado acento de un motete

que se haga coca en mi oído

y convierta las sombras en luz

y lo angosto en abrazo íntimo.


El poder de esa palabra

será el desencadenante del apoteosis,

como esas primera notas del concertino

ponen en movimiento a toda la orquesta.


Tu boca sellada es volcán inactivo;

te repito, una palabra que ponga en acción

-como estallido-

la resurrección de la que espero despertar

para perderme en silencio

en la prisión abierta de tus brazos,

y vivir incondicionalmente

de tu ansiada dependencia.