Cierto día,
no puedo precisarlo en
este momento,
mas el lugar tenía color de
otoño,
esa tonalidad indecisa
cuando las hojas titubean
sus matices,
la tarde se precipita como
haciendo mutis
y la rebeca es
insuficiente sobre los hombros
para estar confortable.
Yo te había imaginado
con una serie de años de anticipación;
pero era como esa llave
sin cerradura
que nunca supe qué puerta
abriría.
Era una tarde vestida de
gris y desasosiego,
como esta donde la niebla
es el difumino que todo lo
emborrona.
Todavía no te había visto,
pero te atesoraba
abocetada en mi alma,
te había idealizado con
tanta certeza
que seguro que ya estabas
empadronada
como yo te había inscrito
en mi ser.
Cierto día, no sabría
precisarlo ahora,
pero eres desde entonces
en mí
todas mis certezas.
Buena inspiración has tenido en ese bello poema.
ResponderEliminarQue tengas un buen día . Besos.
Antes de conocerla ya la tenías muy dentro de tí...precioso Francisco.Saludos
ResponderEliminarInspiração, criatividade poética. O meu elogio
ResponderEliminar.
Saudações poéticas
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Preciosos versos y la foto maravillosa. Todo encaja a la perfección junto a tu intuición. Saludos
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