Fotografía de Carlos Espada García
Allá donde amanece,
donde a las primeras luces
se anticipa un
desconcertante
concierto de pájaros
y los primeros
estiramientos
de corolas y sépalos,
de setas de entre las
hierbas.
Allá donde la niebla del
amanecer
se enmaraña y se alisa
entre las ramas
y entre las hojas bicolor
de los álamos;
donde el frío de la
madrugada
acentúa su carraspeo
gutural
y hasta creo escuchar mi
nombre.
Allá donde la naturaleza
se adentra en mi ser
y me urge a incorporarme,
a revivir el ayer,
a descartar los errores,
a abrazar el destino que
se me ofrece…
Allá donde tú vayas, donde
tu existas,
ese será mi inequívoco
destino.
Hay que abrazar siempre ese destino que a cada cual se le ofrece, es lo mejor para seguir viviendo.Saludos
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