13 enero 2023

SALÓN DE BAILE

 


 

Una falda de rumbosos vuelos,

larga, desmayada hasta los tobillos,

una ola viva enroscada a la cintura,

un vals espera en un salón de antaño

y música de violines

desencadenando compases

de sobria tonalidad imperial.

 

Se saben damas, quieren serlo

y respetan el orden jerárquico de apertura,

cuando se sientan solicitadas con la mirada

y algún gesto cortés.

Entre todas las poses,

una sonrisa singular, apenas una mueca,

el punto de encuentro de todas las miradas

y de las apetencias en competencia.

 

Rigor en el vestir exuberante,

rigor en los ademanes

estrictamente estudiados. Nada se improvisa.

La música impone silencio,

tan solo leves cuchicheos

imposibles de adivinar y transcribir.

 

Tejidos generosos para generosos escotes,

como osados balcones

anunciando el despertar de la apetencia

y escaparate de joyeros. Comienza el vals,

una bandada de aves con faltas

se hace a la pista:

se ha abierto la veda.

3 comentarios:

  1. He sentido ese vals a medida que iba leyendo tu poema y esque me encanta escucharlo y bailarlo aunque ya hace mucho que no bailo.Saludos

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