Era un camino serpenteante y
escarpado;
primero una bajada muy
pronunciada
hasta entre ríos, luego un
caracoleo
de peñas y trancos por el
suelo achocolatado.
Aquí y allá, a cada lado de
la corriente,
terrazas y bancales
arrancados al monte
y laboreados por ásperas
manos artesanas.
Después del Aguamala,
una vez superada la cota y
el recodo
un gran aumento de
frondosidad
y el camino que llanea dando
un respiro
como queriéndose eternizar.
Poco más abajo canta el
cauce
su música de agua y
esperanza
y le hace coro la brisa en
los álamos,
los fresnos, y una escolta
de lanceros
que sacan sus penachos hasta
el camino.
Al fondo, atravesando el
camino de orilla a orilla,
un rotundo puente de piedras
donde las caballerías y
otros ungulados
pronuncian severa
marcialidad de pasos.
Abajo, en el cauce, un niño
sueña
y entre juncos, musgos y adelfas
da rienda a su inventiva
y construye presas y
persigue ranas hasta agotarse.
Lo más parecido al plano del tesoro, grabado en la memoria para siempre desde la infancia.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Gracias, Cayetano, por viajar conmigo en el tiempo.
EliminarUn abrazo.
Me he recorrido un bonito sendero pero no he terminado agotado como otras veces.
ResponderEliminarUn abrazo.
Efectivamente se hace más suave cuando se lee que cuando se sube y bajo, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Tres ríos disfruté en mi infancia: Vero,Cinca y Ebro.Siempre los recuerdo con gran cariño y aunque ahora tengo El Ebro cerca ya no es lo mismo, imposible bañarse en él.Saludos
ResponderEliminarDicen que la verdadera patria es la infancia. No puedo afirmarlo, pero sin dudas son nuestros cimientos para siempre.
EliminarUn abrazo.
Lo has descrito también que me gustaría ahora esta ahí, disfrutando del aire libre y de la vista de ese hermoso río...pero como la imaginación es poderosa, cierro los ojos en el interior de mi casa y me parece estar ahora en él.
ResponderEliminarHoy he estado abriendo mi otro blog y en vez de comentarte como lo hago normalmente en VENTANA DE FOTO, ahora lo hago desde este.
Besos
Hace muchísimos años que no he vuelto por ese lugar, Antonia, pero vive en mi memoria para siempre.
EliminarBesos.
Qué bonito Francisco. Se ve que fuiste muy feliz en ese lugar a plena naturaleza.
ResponderEliminarPreciosas las metáfora.
Abrazos
No estás equivocada, Isa, y sigo, como tú, amando a la naturaleza.
EliminarUn abrazo.
Paisajes y sonidos que eterniza la mente y de cuando en cuando salen. Renuevan a ese niño, que los necesita para crear y recrear la vida. Muy bueno, Francisco, la naturaleza nos sigue acunando y alentando desde el pasado, porque permanece por encima del tiempo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo admirado, amigo.
A veces no sabe uno dónde buscar temas y resulta que se agolpan en la infancia y juventud. Gracias, María Jesús por tu palabras.
EliminarUn fuerte abrazo.
Bello recorrido por tus letras amigo, Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.