Me acostumbré a ver amanecer
desde la más tierna infancia
y a degustar el aclarado
progresivo
de las tonalidades oscuras,
en lucha con las armas de la
luz.
En el patio, las plantas
hacen
acordes enmarañados
con la brisa del amanecer,
como si se despeinaran las
sombras.
Poco a poco, el incipiente
claror
se abre paso y se van
dorando las primeras luces;
aparecen los tonos todavía
indefinidos:
los verdes, como siluetas
que emergen,
los subrayados amarillos,
los rosados…
una desescalada que se
derrama
de la paleta natural.
Todos duermen de espalda a
la sinfonía cromática.
Pronto se inundará el patio
de sonidos
y la música del pleno día
habrá descorrido el velo
nocturno de misterio
hasta el próximo amanecer.
A quien madruga... ya sabes.
ResponderEliminarLos dormilones se pierden los amaneceres.
Un abrazo, Paco.
Yo me pierdo las desveladas. Todos ganamos y perdemos, pero el amanecer no es comparable con trasnochar.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
He madrugado durante muchísimos años por obligación y otras veces por devoción por lo que me ha tocado ver unos cuantos amaneceres pero ya no lo hago pues lo de madrugar no me va a no ser que sea necesario.Ahora me toco diana a las 9 y media cuando ya ha amanecido.Saludos
ResponderEliminarLa carta de los gustos está hecha para que elijamos. Lo mío no es ningún mérito, sino la incapacidad para dormir después del alba.
EliminarUn abrazo.
Qué bonito has hecho este poema del amanecer. En las ciudades no se bellos amaneceres porque el ambiente no está limpio, pero en el campo en los pueblos son espectaculares. Que sigas disfrutando de bellos amaneceres.
ResponderEliminarAbrazos
Y cuando en la ciudad no lo vemos, lo podemos imaginar. ¿No es cierto, Isa?
EliminarUn abrazo.
Tanto el amanece como el atardecer son los mejores momentos del día, aunque yo confieso que he visto más atardeceres que amaneceres.
ResponderEliminarBesos
Sí, porque pasa el fogonazo de luz y todo es más tenue y más abundante en matices.
EliminarBesos.
Esto que tú describes tan bien, no lo he experimentado yo hasta hace poquísimo tiempo, y me duele haber tardado tanto en hacerlo.
ResponderEliminarPues ahora que lo has descubierto, gózalo todo lo que puedas.
EliminarUn abrazo.
A mi no me gustan los amaneceres pero tu poema es precioso, yo soy nocturna.... Saludos amigo.
ResponderEliminarHemos sido hechos muy variados, para que podamos gozar de todos los husos horarios. Disfruta la noche.
EliminarUn abrazo.
Me encantó cómo has descrito esa sinfonía cromática del amanecer, Francisco. Lo hiciste con calma, paso a paso y saboreando cada instante.
ResponderEliminarMi felicitación por esta preciosura, amigo.
Mi abrazo admirado y mi ánimo.
¡Maravilloso!
ResponderEliminarDime si esto no es Maestría.
Como dice M. Jesús, y diría nuestra amiga M. Carmen ¡Un preciosura, no tienes techo!!
Tan hermoso como un film que muestra colores y hasta sonidos en ese amanecer. Ojalá todos sean calmos así. Abrazo
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