Hay un niño ya viejo en mi
mirada
que quiere renacer
cuando me sorprende el
pánico,
cuando llueve y añora
meterse en un charco
y chapotear hasta rendirse,
vocablo que entonces no
conjugaba.
Hay un niño que persiste en
confiar
y nunca duda, un niño que
marcha de frente
como si el regreso estuviera
asegurado
por las migas de pan echadas
en el camino.
Hay un niño que confía en
los brazos abiertos,
en el portor que siempre
refugia y libera,
en los besos de la madre en
las heridas;
un niño que no quiere dejar
de serlo
porque quiere que esa sea su
patria para siempre.
Habrá que volver del exilio y recuperar la patria perdida de la infancia. Aunque siempre nos quedará el consuelo de llevar dentro de nosotros un pedacito del niño que fuimos.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Procuro no perderlo de vista, Cayetano, y hasta rescatar algo de esa inocencia perdida.
EliminarUn abrazo.
Francisco, bello poema. Cuando se es niño los problemas no son tal porque la inocencia hace que no se tengan problemas. Lo importante es que nos quede dentro por muy mayores que seamos el niño que fuimos alguna vez. Bonitos versos.
ResponderEliminarAbrazos
No del todo, Isa. Creo que los niños tienen problemas aunque otros que para nosotros son meros caprichos. Gracias por la belleza que aprecias.
EliminarUn abrazo.
Ese niño es mi amigo de verdad, el otro es un conocido..
ResponderEliminarUn abrazo
Me alegro que sea tu amigo, mereces ser muy feliz.
EliminarUn abrazo.
Qué bello poema amigo. Nostalgia de la inocencia que tanto se termina anhelando y que perdura por siempre en el recuerdo.-
ResponderEliminarUna brazo y que pases un bonito día.
Muchísimas gracias, Jorge Donato. En el fondo somos muchos los que añoramos la infancia.
EliminarUn abrazo.
Ese niño que todos llevamos dentro lo tenemos que conservar con gran cariño.Precioso tu poema.Saludos
ResponderEliminarEstamos de acuerdo, Charo. Aunque no podamos echarnos al suelo para jugar sigue habiendo algo de ese niño en nosotros.
EliminarUn abrazo.
Todos tenemos un niño dentro y de vez en cuando se manifiesta en nuestros actos.
ResponderEliminarBesos
Sin la menor duda, Antonia.
EliminarBesos.
Que hermoso poema amigo Francisco. Te veo en el. Saludos.
ResponderEliminar¡Qué alegría, Sandra! Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Desde lo profundo del alma de mi niña, leo y abrazo a tu niño, con toda la emoción como cuando, siéndolo, llegamos a celebrar por algún logro en equipo. Momento en que todo lo demás desaparecía.
ResponderEliminarGracias siempre, queridísimo poeta.