En tu melena jovial
se mecían mis ojos
movidos por el
oleaje de la brisa
y el recorrido sin
fin de mi mirada
en cada una de tus caracolas;
mar abierto, sin
orillas ni descanso,
puro embate,
deliciosa agitación
en la que se
remecían todos mis sentimientos.
Nada ha cambiado,
pero todo se
atempera:
aquella mirada vivaracha
y sedienta
hoy es éxtasis de
contemplación;
el color ha virado
a gris plata
y el ímpetu de
tanta agitación
hoy es dulce mar en
calma,
sosiego, sopor y
ternura
derramada en la
almohada.
Me place jugar a
ser viento,
a meter las púas de
mis dedos
entre tus cabellos
y recordar
aquel oleaje
juvenil
de mis ojos en tu
mirada.
Yo medio calvo, mi pareja con melenón no le gusta mucho que le meta mano en el pelo.
ResponderEliminarUn abrazo.
A veces sueña uno imposibles, Emilio.
EliminarUn abrazo.
Que lindo poema amigo Francisco. Saludos.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Lo que da de sí una melena.
ResponderEliminarBonito poema.
Abrazos
Y ésta unida a los recuerdos.
EliminarUn abrazo.
El pelo -me gusta más el cabello-, como el oleaje, es cambiante, versátil, caprichoso.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
También a mí, pero repetirse es más monótono.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Esa caricia es bella de recibir siempre, aún con el pelo cortísimo.
ResponderEliminarAsí lo pienso, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Que agradable resulta ese paso del tiempo en que todo se vuelve calma y ternura sin que se apague la llama del amor.Saludos
ResponderEliminarEs el tiempo que nos toca vivir, Charo.
EliminarUn abrazo.
El amor verdadero se encarga de ir haciendo las adaptaciones, para mantener siempre atractivo al ser amado y que el tiempo transcurrido agregue encanto en vez de mermarlo.
ResponderEliminarEs un poema con toda el alma. Prwcuoso
Un abrazo.
La suerte es que que los dos vamos descendiendo las escaleras de la vida al mismo tiempo.
EliminarUn abrazo.
Precioso ir al sosiego. Pero a mi juicio se expresa con la vivacidaz de aquel entonces.
ResponderEliminarTernura y amor profundo.
Salud
Muchas gracias, Anna, por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
Pasan los años, pero sigue latiendo el mismo corazón de cuando se era joven...esos largos años le da mas consistencia a esa historia de amor.
ResponderEliminarBesos
Ir de la mono en lo bueno y en lo malo lleva a uno a esta situación del presente, Antonia.
EliminarBesos.
Es necesario e importante renovar la pasión y el sentimiento, Francisco. El tiempo no existe, todos los tiempos se juntan en este presente que tu con tus letras eternizas y nos haces partícipes de ello.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo admirado.
Bello requiebro, no importa el tiempo que pasó sino poder ver lo bello que queda de esa desmelenada mujer que aún sigue siendo la misma. Precioso.
ResponderEliminarViraje de las olas impetuosas a la calma en un espléndido poema.
ResponderEliminarY al final de los finales, quizá seamos todo a la vez...
Un placer solazarme en tus poesías.
Un cordial abrazo