Una tierra única, sin límites,
sin lindes, como agua derramada
que se expande y empapa
la sed de todas sus extremidades.
Agua y tierra en proporciones de tres a uno,
con sus cimas altivas y sus simas profundas,
con su luz abisal y también la radiante,
la hiriente, la que ciega con su resplandor
a quien se afana olvidando su origen celeste.
Un árbol, muchos árboles, un bosque,
la inmensidad forestal impenetrable;
un manantial, una acequia que corre,
un riachuelo, un río, una cuenca fluvial,
un sistema de venas y arterias
que nutren los campos
y pone música en los regatos, en los afluentes
y sinfonía en los mares.
Un desierto, la desolación, la desesperanza
y una vida nocturna adaptada
al pálpito lunar y al termómetro extremo.
Un océano, un continente acuático
y la suma de todos los misterios
al punto sobrepasado de sal.
En la vega, el gemido de la tierra,
el escalofrío del golpe del azadón
devolviendo quintuplicado
cada grano enterrado por el hombre:
hierba, espiga, fruto, hoz
y los pájaros tomando memoria aérea
de cuanto acontece.
Y los insectos haciendo el trabajo callado
para el que el hombre no ha sido facultado,
y las mariposas poniendo acento visual
a cada manifestación de vida.
Y los reptiles caligrafiando arabescos
por los caminos y las arenas,
y las estrellas iluminando una feria perpetua
y millares de formas animales
retroalimentándose de todo lo creado…
Y de la montaña el eco que pronuncia
todo es
mío, todo os lo doy.
Sed fecundos
y multiplicaos.
Bello tu sentir poético amigo Francisco. Y si, de alguna estamos unidos estando lejos, gracias por estar en mi casa en estas fechas tan tristes pero alegres al saber que estas cerca. Gracias amigo. Saludos.
ResponderEliminarMe corre ese mismo sentimiento, Sandra, y te estoy muy agradecido por tu amistad.
EliminarUn abrazo.
Mientras que el hombre trata de destruir la tierra, el resto de seres vivos luchan por rehacer lo que destruimos, ¿hasta cuando?.
ResponderEliminarUn abrazo.
Se supone que deberíamos ser los que más la preservaran, pero somos un desastre total.
EliminarUn abrazo.
Pero como no se aprendieron nunca bien las reglas de multiplicar, la liaron parda. Restaron y dividieron más que multiplicaron o sumaron.
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas.
Así debió ser, que les quedó las Mates para septiembre.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Si hubiera sido así ahora, como tú dices en el poema, todo estaría mejor. Pero la humanidad tiene las entendederas ausentes y menos mal que la tierra tiene sus propias leyes y sigue su destino.
ResponderEliminarAbrazos
A pesar de eso, Isa, o cambiamos nuestro proceder o se acaba todo vestigio de vida.
EliminarUn abrazo.
Qué belleza de poema, que es un canto y sentimiento profundo de un planeta, que cada segundo trata de remendar los graves daños que le produce nuestra presencia. Gaia respira y siente, y el día que se canse de nosotros, hará que que no quede ni el recuerdo de nuestro paso por sus senderos.
ResponderEliminarUn abrazo y felices fiestas.
Muchísimas gracias, Jorge, por tus palabras. Así dan ganas de servir en la brecha.
EliminarFeliz Navidad y un abrazo.
Que generoso fue Dios al concedernos esta maravillosa tierra y que poco hemos apreciado este hermoso regalo pues en vez de cuidarla y tratarla cómo se merece la estamos maltratando a tal grado que la tenemos ya muy "enferma"....que desagradecidos hemos sido con nuestro Dios y Padre.Saludos y FELIZ NAVIDAD
ResponderEliminarNo valoramos lo que tenemos, Charo. Es posible que tantas fechorías nos pasen factura irremediable.
EliminarUn abrazo.
Es un hermoso regalo, por ello debemos de procurar cuidarlo y protegerlo. Somos los responsables ahora, de que llegue en buen estado , a las generaciones que vienen detrás.
ResponderEliminarBesos
Pero no estamos haciendo nada por preservarla, por dejarla en condiciones saludables para la próxima generación. Somos una calamidad.
EliminarBesos.