Llega la hora de
dormir,
apago la luz y se
encienden
las preguntas:
se agolpan, se
amontonan
y se interfieren.
Las hay de escaso
calibre
y otras que no
caben
en las torpes
entendederas
del cansancio.
Para las triviales
encuentro
soluciones rápida,
para las otras…
Trato de olvidar sin
alcanzarlo.
Lo difícil es hallar
respuestas
a las grandes
incógnitas
que inquietan al
hombre desde siempre,
sin ser consciente
de salir a su
encuentro:
¿Cómo de inmenso es el infinito?
¿Somos radicales libres?
¿La justicia es un sentido o un sinsentido?
Mejor vivir al día. Una pequeña alegría debe ocupar el lugar de esas puñeteras dudas que nos asaltan cada vez que nos metemos en la cama.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
A veces se va uno a la cama y se encuentra a un ocupante anónimo con ganas de fastidiar la noche elucubrando con asuntos insolubles.
EliminarUn abrazo.
Mientras nos hagamos preguntas, es señal de que estamos vivos y que algo nos rige ahí arriba, lo que debemos saber, para no volvernos locos, es que hay preguntas para las que no tenemos respuesta.
ResponderEliminarDe todos modos te digo una cosa personal, suelo acostarme con un libro en las manos, cuando lo dejo y pongo la radio caigo como un bendito y si me pongo a pensar, ya la he cagado, duermo fatal.
Un abrazo.
Eso es así, Emilio, todo lo que nos sucede viene a decirnos que estamos vivos. El libro a cualquier hora es una magnífica compañía.
EliminarUn abrazo.
E existem tan tas perguntas sem resposta, não é mesmo?
ResponderEliminar.
Domingo feliz
Cumprimentos
Feliz domingo, Rykardo.
EliminarSaludos.
Cuando no encuentro respuesta a las preguntas que me formulo lo dejo en manos del Todopoderos y le digo que confío en Él plenamente y se lo dejo en sus manos, entonces ocurre que me siento más tranquila y segura.Saludos
ResponderEliminarEse es método más eficaz, Charo. Somos limitados y no podemos llegar a todo, por eso la vida sigue siendo un misterio y no estamos preparados para todas las respuestas.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. A mi no me da tiempo hacerme preguntas. Cuando me voy a la cama voy sopa. Aun no me ha dado por pensar, supongo que me llegará con los años.
ResponderEliminarYo ahora pienso mucho de día,
Abrazos
Por suerte, soy de los que caen en la cama y me duermo al instante. No se trata de insomnio sino de esas preguntas que a veces nos asaltan y no tenemos respuestas para ellas. No importa a la hora del día a la que nos asalta el cuestionario.
EliminarUn abrazo.
Hay muchas preguntas que no encuentras respuestas...es lógico qu se tenga una cierta inquetud.
ResponderEliminarBesos
Esas no respuestas hablan de nuestras limitaciones y así hay que aceptarlo sin más.
EliminarBesos.
Suele pasar, en tiempos de incertidumbres y donde unas Fiestas vienen a romper la burda monotonía, suele pasar.
ResponderEliminarSi, Tracy, es una experiencia muy común a todos.
EliminarUn abrazo.
Al acostarme me hago tales preguntas o cómo salgo de algunos problemas, que pasan muchas horas sin dormir. No soy como Charo que se siente acompañada de Dios. Yo no le pido nada hace años.
ResponderEliminarTu poema tan limpio y sencillo dice todo de la experiencia de dormir, tan humana, tan necesaria y a veces compleja.
Saludos.
Gracias, Vicente, por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Hay preguntas que no tienen respuesta, mejor dormir en brazos de la amada amigo Francisco. Saludos a la distancia.
ResponderEliminarPor supuesto que eso es lo más delicioso, Sandra.
EliminarUn abrazo.
La época que vivimos se presta hacernos preguntas continuamente.
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