Un día bien lejano
me leyeron las manos
y me desvelaron un yo
que todavía no se había
manifestado.
De repente, sin sospecharlo,
un surco genuino en mis
palmas
como jeroglífico hablando
en profundo silencio,
un destino vital que dormía
en oscuro anonimato.
Ninguna pista previa;
tampoco antecedentes
familiares
ni remotas sospechas.
Me sentía alberca sin trapo
ni contenido,
un verdear de incontinencia
que ni en sueños se había
manifestado.
Aquel augurio
─sin subida a Delfos─
fue vela al viento,
un cabotaje de inicio
y luego los siete mares,
como ese navegar por las
rayas
de mis manos.
Al final, siempre hay algo que te vaticinan con acierto por pura coincidencia.
ResponderEliminarUnos leen las rayas de la mano y otros se meten todas las rayas que pueden y se les va la mano.
Un abrazo, Paco.
Ja, ja, ja, ja... Por si las moscas, hoy me he puesto un polo de rayas.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Alrededor de la Catedral tenemos cientos de pitonisas que te leen las manos, pero antes les tienes que comprar una ramita de romero y si no, te echan una maldición, a nosotros nos han lanzado algunas cuando hemos pasado sin hacerles caso.
ResponderEliminarUn abrazo.
De esos especímenes los tenemos también en Sevilla, Emilio, con su ramita de romero y su pesadez inagotable.
EliminarUn abrazo.
Llevamos escritos en las manos hasta los más recónditos secretos, más toda nuestra historia y ni así sabemos el rumbo a tomar.
ResponderEliminarUn abrazo.
No sé hasta qué punto está todo prefijado, más bien pienso que la voluntad es la que mueve montañas y tuerce los caminos. ¿No te parece, Sara?
EliminarUn abrazo.
Gran destreza y recursos literarios en tu poema, Francisco. Vas marcando el ritmo que marca esa "quiromancia" y que nos lleva a reflexionar: si el destino lo llevamos marcado desde el nacimiento, o somos nosotros mismos, con nuestros actos, quienes lo conformamos...Ese misterio lo llevamos siempre en el alma.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo por tu buen poema en forma y fondo.
Creo que hay una mezcla de todo, María Jesús.Algo hay marcado por el sino de cada persona, pero luego cada uno dispone de sus libre albedrío para dejar que así sea o para modificar la ruta. Gracias por tu opinión siempre favorable..
EliminarUn fuerte abrazo
Alguien muy cercano a mí y con un don muy especial me vaticinó algo que no me lo creí y al cabo de casi 18 años se cumplió tal y cual me lo habían vaticinado. Saludos
ResponderEliminarComo dicen los gallegos, haberlas haylas.
EliminarUn abrazo.
Las manos, efectivamente, nos hablan de nuestro pasado, pero no creo que lo hagan de nuestro futuro. Un abrazo, Paco.
ResponderEliminarEs algo que no tengo nada claro, Antorelo.
EliminarUn abrazo.
Es algo que me da terror, por si aciertan, jejejeje
ResponderEliminarSin dudas es mejor no saber, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Las lineas de las manos dicen muchas cosas, me gusta la quiromancia. Hermoso poema. Saludos amigo.
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.