Su cara un campo malva,
una alineación de lavanda
con tornasoles violáceos.
Mes y medio, tan solo mes y
medio
de relación y un fuerte
dolor en las costillas
que le dificultan la
respiración
y el habla.
El ojo izquierdo está fuera
de peligro,
aunque el derramen no se irá
en una semana;
también esa incisión contusa
que va del ojo a la barbilla
izquierda,
como quien señala una linde.
El debe ser diestro, a
juzgar por la contundencia
en su maltrecha mejilla.
No he visto otras partes de
su cuerpo,
por aquello de la profilaxis
del pudor
y que estábamos en la vía
pública.
Veinticinco años. Miedo a
denunciarle.
El prolijo parte médico es
minucioso
como un estudio anatómico
global,
pero ella se muerde la
lengua
y no pronuncia su nombre:
el miedo al futuro es más
contundente
que los golpes recibidos, e
incluso
que el casi ahogamiento
posterior en la bañera.
Vaya una forma de recibir el día , y seguro que es real porla minucisidad y realismo con que lo cuentas.
ResponderEliminarTremendo, tremendo, me sobrecoge.
Un abrazo
Como la vida misma, Chelo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Por desgracia un tema en exceso frecuente.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Es cierto, Cayetano, pero cuando lo tienes frente a frente se convierte en algo extraordinario y no en un caso más.
EliminarUn abrazo.
Madre mía. Desde luego esto es horrible. Sinceramente, da más miedo perder la vida a manos de un monstruo así, que cualquier otra desgracia o pena que se cruce en nuestro camino. Lo malo es que esto desgraciadamente no terminará nunca hasta que la mate. ¿Por qué algunas mujeres tienen temor a la soledad o a la carencia material si la peor soledad es esta? Una paliza tras otra, la humillación, la carencia de autoestima, en temor en cada segundo de la vida, el daño moral y psicológico . ¿Por qué somos dependientes mentalmente de una persona que nos maltrata y deja nuestro cuerpo morado? Hoy día la falta de economía en las mujeres hace que sean dependientes de ogros malvados como este caso.
ResponderEliminarAbrazos Francisco
Y lo más lastimoso de todo es el miedo a la denuncia, porque teme que todo quede en una orden de distanciamiento que no respetará.
EliminarAbrazos, Isa.
No sé si seremos capaces de erradicar la violencia doméstica. Espero que sí.
ResponderEliminarUn saludo
Es muy difícil, Carmen. El factor miedo juega en contra.
EliminarUn abrazo.
Estamos todavía muy lejos para ayudar a la mujer que sufre maltrato, falta formación a jueces y policía, aunque en eso se está avanzando bastante, pero falta dinero para tener más casas tuteladas para sacarlas rápido del maltratador; falta dinero para formar a mujeres en unos nuevos ámbitos laborales; falta dinero para ayudarla económicamente mientras llega ese nuevo trabajo, faltan profesionales que sean capaces de elevar la autoestima de esas mujeres y, sobre todo, falta mucha EDUCACIÓN, eso sí, nuestras señorías se echan a la cara los muertos diversos, cuando no son los de la guerra civil son los del Covid, vivimos en un país de mierda, incapaces de llegar a un sencillo acuerdo en el sentido de evitar que maten a las madres de nuestros nietos o incluso a ellos.
ResponderEliminarUn abrazo.
En este caso, Emilio, la acompañé a la Comisaría y no se atrevió a denunciar. Todo lo que pedía era cómo le aseguraban el día después. Lo he pasado fatal.
EliminarUn abrazo.
Bom dia:- Sempre condenável a violência seja ou não doméstica. O seu poema retrata muito bem o que são muitas vidas, infelizmente.
ResponderEliminar.
Cumprimentos
Muchas gracias, Rykardo.
EliminarCumprimentos.
Que situación más dura la que cuentas y cuantos casos similares hay. Todo tipo de violencia doméstica debería tener un buen escarmiento.Saludos
ResponderEliminarEsta es una lacra social insoportable, Charo, a la que por repetitiva no llega uno a acostumbrarse.
EliminarUn abrazo.
Todo un drama que a todos nos duele, Francisco...Qué importante es la educación desde pequeños, saber respetar al otro y aprender el amor incondicional. Somos seres libres y debemos aceptar la forma de ser de cada cual, no creernos dueños de nada, ni de nadie.
ResponderEliminarImagino lo mal que lo has pasado, nada es casual. Tu estabas ahí para ayudarle, amigo. Has vivido directamente esa pesadilla.
Mi abrazo y mi ánimo, Francisco.
Así es María Jesús, pero la educación es lenta y los asesinatos demasiado frecuentes.
EliminarUn abrazo.
Desgraciadamente hay muchas mujeres que han padecido esta situación y algunas de ellas le ha costado la vida.
ResponderEliminarBesos
A muchísimas les ha costado la vida y la situación no decrece.
EliminarBesos.
Qué difícil debe ser cuando el miedo te domina y paraliza.
ResponderEliminarUn abrazo.
Este es el caso, un miedo tal que no se siente capaz de denunciarle.
EliminarUn abrazo.
Uffffff, lo siento pero sólo ver la imagen me he puesto mal y te soy sincera no he podido leer tu poema. De veras , lo siento.
ResponderEliminarUn abrazo ¿Me perdonas?
Te comprendo, Tracy, pero no por no ver la realidad esta cambia. Es un tema muy espinoso en el que todos debemos aportar algo hasta erradicarlo.
EliminarUn abrazo.
Me ha sucedido en varias ocasiones, que apoyo y acompaño en todo a la mujer víctima para resolver su situación. Luego, pasado un tiempo. Ellas regresan con el individuo.
ResponderEliminarEs un tema muy complejo. La mujer se ciega y a veces así malgastan toda su vida y de paso perjudican a los hijos enormemente. Se necesitan dos para esto. Al maltratador muy pronto se le notan los síntomas, oero la mujer los ignora. O piensa que cob amor va a curar a su psicópata.
Un abrazo.
Creo que se trata de un miedo invalidante, Sara, y no así que la mujer maltratada se convierta en un ser sumiso o algo parecido. Se trata de una víctima a la que hace falta proteger.
EliminarUn abrazo.
Asi es la vida de muchas mujeres por el mundo, unas no se atreven a denunciar o escapar de su verdugo y terminan en un cementerio o hay otras que van en la cárcel... Saludos amigo Francisco.
ResponderEliminarCreo que todos debemos hacer algo por erradicar esta y todas las violencias, Sandra.
EliminarUn abrazo.