Aúlla el viento como un
perro callejero
y en el recodo de una
esquina cualquiera,
un cuerpo sin nombre entre
cartones
dormitando y cuidando su
ajuar,
posiblemente sueña.
Aúlla el viento y el perro
en silencio
olfatea, velando los sueños
de quien entre cartones
duerme
y vela.
No es la estampa del arrabal
de una ciudad cualquiera,
es el centro histórico de la
ciudad
que a pleno día el cicerone
enseñorea.
Aúlla el viento, dormita un
hombre
sobre sus escasa
pertenencias,
mientras el perro muy sigiloso
alerta otea.
En la soledad de la calle, el viento ulula mucho más.
ResponderEliminarUn abrazo.
Nuestras ciudades, Emilio, están plagadas de personas invisibles, que son los sintecho, una situación en la que por avatares de la vida podría caer cualquiera.
EliminarUn abrazo.
La figura del viento como metáfora del lamento por algo tan terrible como cotidiano.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Y junto a ello, Cayetano, mi lamento por tantas criaturas invisibles a nuestra sensibilidad.
EliminarUn abrazo.
Trocadilhos poéticos muito bonitos de ler. Gostei muito
ResponderEliminar.
Desejando uma terça-feira feliz
Cumprimentos
Muito agradecido, Rykardo.
EliminarHola Francisco. Un poema tremendametne triste. Triste pero muy real en estos días que vivimos. Mañana podemos ser nosotros. Nadie tiene cobijo seguro. Mientras tanto el viento sigue aullando y el perro sigiloso cuida al lado de los cartones y el hombre.
ResponderEliminarAbrazos
Es una estampa muy común en todas la ciudades y una población que no es eterna, sino que se renueva con gente que desaparece y otro que caen en desgracia.
EliminarUn abrazo, Isa.
Una estampa la que dibujas con tus letras cada vez más habitual...un lamento sordo, un aullido del viento cuyo eco recorre ciudades y monumentos.
ResponderEliminarComo siempre, leerte es un goce.
Un abrazo.
Muchísimas gracias, Jorge, por tus palabras.
EliminarUn abrazo.
¡Qué triste es vivir en la calle rodeado de gente y en tantísima soledad! Un abrazo.
ResponderEliminarEsa gente lo ha perdido todo y dicen los psicólogos que terminan perdiendo la razón de vivir en tales circunstancias.
Eliminar¡Dios nos libre!
Francisco, le has dado voz al viento, que grita una realidad palpable y se convierte en el relator de la historia, mientras el perro adquiere valores humanos y trata de velar y cuidar al pobre abandonado a su suerte.
ResponderEliminarDuele lo que todos vemos y quiera Dios que no aumente en el futuro.
Te felicito por tu perspectiva humana y poética, Francisco.
Mi abrazo y feliz día.
El futuro inmediato se presenta desolador. Hay personas que han visto reducidos sus ingresos por los cierres temporales o definitivos de tantas empresas, pero hay un submundo del trabajo en negro del que sobrevive muchas criaturas y ese no se restablece tan fácilmente. Gracias, María Jesús, por tu felicitación.
EliminarUn fuerte abrazo.
Qué pena que haya gente sin casa, sin un lugar dónde ir, conviviendo con gente a la que le sobra tanto.
ResponderEliminarSAludos.
Ya lo dijo Plauto en el siglo II A de C, Manuela: "Lobo es el hombre para el hombre".
EliminarUn abrazo.
Nadie tendría que dormir al aire libre...cuanta injusticia y desigualdad estamos permitiendo entre todos, que triste.Saludos
ResponderEliminarGracias, Charo, por manifestar tu opinión.
EliminarUn abrazo.
Tremenda situación. Aúlla el viento y duele horrores.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es, Sara, una situación límite para muchas criaturas.
EliminarUn abrazo.
Es triste ver a esas personas sufrir abandono. Un poema profundo amigo Francisco. Saludos.
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