Podría haber sido maestro
o tal vez un buen artesano,
pero se bajaba del andamio
con la ilusión de emular a
Charlie Parker
y descansaba de su agotadora
jornada
haciendo escalas y melodías
con su viejo y mal dorado
saxo.
Los domingos y festivos
tocaba con una orquestina
por las salas de baile con
gran éxito.
La clientela siempre manda y
los pasodobles
se ensartaban unos a los
siguientes como cerezas;
aunque, de vez en cuando
le sacaba brillo al metal
y parecía improvisar una
música ininteligible
que para el respetable era
de tugurios
o de aquel cine en blanco y
negro
de aquella oscura España.
Junto a los pasodobles,
coplas, boleros
y algún que otro fox lento
para enamorados;
pero él seguía soñando en
jazz
para poder volver el lunes
al andamio.
Habría que preguntarle ¿eres feliz?, parece que sigue teniendo sueños, eso es bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Lo era, Emilio. Había apostado por la música, pero le era insuficiente para comer de ella en tanto llegaba su oportunidad.
EliminarUn abrazo.
Nada comparable al jazz cuando se toca el saxo. Lo demás son estrategias para poder comer.
ResponderEliminarUn abrazo.
Así es Cayetano, una estrategia para comer cad día.
EliminarUn abrazo.
Bom dia:- Nem todos são felizes com o que fazem. A verdade é que sonhar não é proibido...se calhar por enquanto...
ResponderEliminar.
Um domingo feliz
Cumprimentos poéticos
No solo no están prohibidos sino que los sueños son alimentos del alma, Rykardo.
EliminarCumprimentos.
Tenía talento para la música y necesitaba un trabajo para vivir. Recuerdo lo del pluriempleo, sobre todo los hombres, de esa España que viví y de la que guardo gratos recuerdos...bueno y algunos no tan gratos.Saludos
ResponderEliminarDe todo hay en la viña del Señor, Charo.
EliminarUn abrazo.
El saxo, su medio ambiente el jazz, el blues.
ResponderEliminarUn abrazo de música.
Un abrazo musical, Sara.
EliminarNo se puede vivir del arte, eso fue así en todos los tiempos.
ResponderEliminarEs bello poder compensar con un trabajo para seguir la vida mientras se sueña...
Precioso
Un abrazo.
Cierto, Luján. La vida está llena de ejemplos que corroboran lo que afirmas y yo sugiero. El arte es un complemento de la vida y es sustento en muy pocas ocasiones.
EliminarUn abrazo.
Un bonito recuerdo que has versificado con tu gracia particular, trasmitiendo la pasión de un hombre por su música, respiro salvador.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Muchas gracias por tu guiño, Volarela.
EliminarUn abrazo.
Hay muchos talentos ocultos, que no han llegado a poder ser reconocidos.
ResponderEliminarComo la música es mi otra pasión, estoy viendo ahora, " Noche de talentos", en Canal Sur, ahí se puede ver el arte qu llevan dentro y que los van demostrando en sus actuaciones.
Besos
Y de esos muchos talentos, solo unos pocos lograrán comer del mismo.
EliminarBesos.
Esa lucha entre la mente y el corazón...Entre el cuerpo que clama alimento y el alma que clama el arte como sustento...Muy bien contado, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y feliz semana veraniega.
Gracias a ti por el aliento en tus comentarios, María Jesús.
EliminarUn abrazo.
Cada cual sueña con lo que puede para poder volver los lunes a los andamios.
ResponderEliminarSin duda que toda realidad necesita arroparse de sueños, Tracy.
EliminarUn abrazo.
Feliz viviendo el dia dia pero soñando. Lindo poema. Saludos amigo Francisco
ResponderEliminarMuchas gracias, Sandra.
EliminarUn abrazo.
Hola Francisco. Seguro por lo que cuentas era un buena persona. Lo más importante es cumplir los sueños y el con la música los iba cumpliendo. El andamio ayudaba a poder seguir soñando e iba alternando música y otro trabajo.
ResponderEliminarBuen poema Francisco.
Abrazos