Por donde las adelfas blancas
ribetean el arroyo entre los
espinos
de las zarzamoras,
y evitando un remojón de
otoño
que hubiera desentonado con
la tarde
ilusionada en una luz que no
correspondía,
rebuscando entre los grises secretos
de la melancolía,
un vadear cantarín como paraíso
sin dueño
fue la resultante de la más
grande aventura
que todavía no ha sido
descrita ni en los ensueños
de los cortesanos y palaciegos.
Tras el recodo, los álamos
de verdes tiernos
y enveses blancos, como la
cantarina espuma del agua,
temblando de bucólica
armonía;
hacían contrapeso y simetría
a la negrura
que abrochaba la tarde; los
pinos,
borrachos de aroma y de
resina untuosa,
se jactaban de la esbeltez
rolliza de sus figuras
ante la lánguida mirada
violeta de la flor imperial
y modestia de servidora.
Tras el laurel,
un insospechado fauno
haciendo imposibles cabriolas
que más tenían de
figuraciones
que de circenses ejercicios
del más difícil todavía
y una sonrisa templada como
las notas de una lira
persiguiendo las acrobacias
de una intrépida libélula
en ágil y zigzagueante vuelo
interminable.
Por donde las adelfas
blancas,
una panorámica otoñal que
imprime a la tarde
ribetes plásticos cercanos a
un paraíso no profanado.
Es sólo un cuadro, maravilloso pero un cuadro. Nuestro paraíso??? está más que profanado.
ResponderEliminarEl paraíso soñado no lo está, pero nosotros no solemos respetar nada y así nos encontramos.
EliminarBesos.
Una interesante lectura del Jardín de las Delicias.
ResponderEliminarNo obstante, nos alejaremos de la tabla de la derecha, por si las moscas.
Un abrazo, Paco.
Lagarto, lagarto, Cayetano. Soñemos un poco.
EliminarUn abrazo.
Me quedo con tu cuadro, esa resultante de la mayor aventura no descrita ni 'ensoñada', su bosque, sus aguas y su canto, sus aromas, su amorosa flor, su buen fauno.. su paraíso no profanado, exento de acechos y malos presagios..
ResponderEliminar¡Pobre Bosco!, me lo imagino ante el lienzo, mirando a su alrededor, pensando 'pa' sus adentros:¡pos vaya _____ de paraíso que tengo que pintar yo!
Un abrasito
Ja, ja, ja, ja... Ni sé si arrepentirme de haber involucrado al Bosco en este paraíso mío, Merche.
EliminarUn fuerte abrazo.