Ese cauce azulverdoso del
medio día,
como desteñido de la
clorofila que lo circunda,
ese manso caudal, arteria de
la geográfica;
plomizo al atardecer
y áurica lámina al caer la
noche:
travestismo líquido del
Guadalquivir
a su paso por Híspalis.
El color miel de tu mirada
con toques de fruición
exquisita
cuando me apruebas
y el tanino ácido que de
ella se desprende
cuando me censuras y
castigas.
Vislumbre
ResponderEliminarDel vislumbre al hechizo, tan sólo un paso.
EliminarBesos.
Nada tan revelador -y tan inquietante, a veces- como una mirada.
ResponderEliminarYa andamos de vuelta.
Un abrazo, Paco.
Eres tan visual, Cayetano, que cuando falta tu mirada todo parece a oscuras. Feliz regreso.
EliminarUn fuerte abrazo.
Una mirada puede iluminar toda una vida.
ResponderEliminarBesos
Puede y de hecho lo hace.
EliminarBesos.
Unos ojos camaleónicos...
ResponderEliminarLa camaleónica es la percepción, Tracy, según el efecto que causa en quien mira.
EliminarBesos.
Tu mirada, inspiración y genio, logran que Sevilla nos cautive.
ResponderEliminarBesos de anís.
Gracias mil, querida Sara, por lo bien que miras hacia mí.
EliminarBesos anisados.