En los chopos del río
la brisa campanillea
blanquiverde
con cierto rubor de hojas
temblorosas
que se agitan por saludarse
en el reflejo del agua
y guiñando al cielo
como quien acumuló silencios
que quieren convertir en
decires.
Por el cauce,
deshilachando suspiros,
cascabelea juguetona el agua
saciando al barbecho
colindante
su mustia agonía
como quien aspira el perfume
de un parterre cercano.
En los chopos del río,
formación de milicia vegetal,
se refleja la esbeltez
arbórea
y se acicala
el alma blanda de madera
como elevándose al éter celeste.
Así también yo
desde mi escasa estatura
mirándome en tus huellas
y cortejándolas.
Solo un alma de poeta relaciona la verticalidad de los chopos con la elevación del espíritu hacia el azul del cielo.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Provocar la emoción en el lector, esa es la intención del poeta, Cayetano. Muchas gracias hoy y siempre.
EliminarUn abrazo.
Tu poema tiene un aire bucólico y otoñal que penetra en el espíritu y lo reconforta.
ResponderEliminar¡Muy bello!
Un abrazo
Más bello es contar con tu lectura y comentario. Muchas gracias, Julia.
EliminarUn abrazo.
Una imagen otoñal me viene a la cabeza de los chopos mirándose en el río con sus hojas ocres y sobre todo de un amarillo intenso. O quizá desprovisto de ellas, con las ramas desnudas, moviéndose al compás del viento. O quizá verdes y brillantes a la luz del verano.
ResponderEliminarUn saludo
Me alegra que para ti haya sido un paisaje evocador. Muchas gracias, Carmen.
EliminarUn abrazo.
'Divína corriente que las aguas celestiales alimentan, a ti llego, a tus rodillas, ya que me glorio de ser tu suplicante. Agua lustral, mi hermoso bosque a ti consagrado.'
ResponderEliminarPaz y bien contigo, hermana Merche. En la naturaleza todas las expresiones, todos los sentimientos.
EliminarAbrazos.
Un paisaje idílico muy evocador que aviva los sentimientos.
ResponderEliminarBesos
Mil gracias por tus palabras.
EliminarBesos.
Allí donde esté, el agua es bonita en ella misma y en sus contrnosy tú lo expresas muy bien.
ResponderEliminarGracias por regalarme el oído, Tracy.
EliminarBesos.
Tu mágico poema me hizo volver a un tiempo muy hermoso cuando leía a raudales todo lo que encontraba. Un día la lectura limpia, austera de Juan Ramón Jiménez hizo más lento mi paso. Y lo he recordado a causa de tu obra muy bien tejida.
ResponderEliminarAbrazos.
Muchísimas gracias, Vicente, por tus palabras y la evocación a la que te ha llevado.
EliminarUn abrazo.