Herí el árbol con tu nombre
cabalgando una flecha
en el corazón que quería prefigurarte;
en la navaja el tacto tibio
del llanto de savia,
en la corteza las teselas
torneadas de tu nombre
y un ¡ay! de silencio
que me heló la sangre.
Lloró el árbol, lloré yo
al traducir en escalofrío
tu severo desaire;
el árbol siguió herido,
yo nunca pude curarme.
Te echaste en otros brazos
y olvidaste mi nombre y mi tacto;
creció el árbol desmesuradamente
mientras yo empequeñecía
y fue talado por la sajadura
de tu corazón leñoso,
pero tu nombre sigue
tatuado en mi boca
con vocación eterna,
queriendo incesantemente
pronunciarte.
Francisco, cada vez sus poemas son más bellos, Lloró el árbol, lloré yo
ResponderEliminaral traducir en escalofrío
tu severo desaire;
el árbol siguió herido,
yo nunca pude curarme.
Precioso
Con ternura
Sor.Cecilia
Gracias, Sor Cecilia. Con afirmaciones como esta voy a terminar por creerme poeta.
EliminarPrecios Francisco. Me vienen a la memoria esos árboles tatuados con corazones y flechas con iniciales tatuadas en recuerdo de amores pasados y futuros quizás.
ResponderEliminar"Te echaste en otros brazos
y olvidaste mi nombre y mi tacto;"
A veces los sueños se rompen".
Bss y buena semana
A veces dura más el tatuaje en la corteza del árbol que el amor allí declarado. Seguro que la eternidad es otra cosa.
EliminarBesos
Quién no tiene un árbol atravesado por una flecha, testigo de un amor imposible ¿quizá?
ResponderEliminarUn abrazo Fco.
Debe haberlo de todo tipo: amores eternos, amores imposibles y amores frustrados que se truncan antes que la madera sea carcomida o talada.
EliminarBesos
Ya no me sorprendes. ¿Qué le voy a hacer?Me he acostumbrado a la preciosidad de tus poemas. Un fuerte abrazo
ResponderEliminarMe alegro que no te sorprendas, pero que sigas fiel a la lectura de estos decires míos.
EliminarUn abrazo
Hola Francisco, que bellos recuerdos despiertas en mi al leer tan bello poema.......Un placer amigo. Cuidate.
ResponderEliminarSueles despedirte siempre con la recomendación de que me cuide, algo que me resulta absolutamente necesario, y que me sabe a caricia tuya. Gracias por tu constancia.
EliminarBesos
...pero tu nombre sigue
tatuado en mi boca
con vocación eterna,
queriendo incesantemente
pronunciarte.
Precioso poema. Me quedo con este verso.
Un beso querido amigo.
Puedes quedarte con el total, querida amiga. Gracias por tus palabras.
EliminarBesos
Hola Paco, preciosooooooooooooooo, me ha encantado el poema. La foto magistral.
ResponderEliminarSeguro que todas o casi todas las personas en algún momento nos enamoramos y no fuimos correspondidas.
Saludos y besos
Si el amor fuera una vasija también estaría hecha de dos mitades; en el amor hace falta que éste se despierte en ambos para que funciones. Gracias, Isa, por tu mirada siempre favorecedora.
EliminarBesos
Que bonito!! cada día mejor, me encantó
ResponderEliminarBsss
No creo que sea tanto el progreso como la adecuación de tu oído a mi música, pero igualmente recojo y agradezco tu halago.
EliminarBesos
Habrá que preguntarle al árbol. No creo que los sentimientos ajenos le hagan ninguna gracia si ponen en peligro la integridad de su corteza. Jejeje.
ResponderEliminarQue tengas buen día.
Me gusta el enfoque simpático con el que sueles mirar, Cayetano.
ResponderEliminarUn abrazo
Más que tus palabras, que también, me gusta tu presencia, María del Carmen. Deseo todo lo mejor para ti.
ResponderEliminarBesos
Francisco, si tu herida es tan dulce, sigue hiriendo, el árbol necesita de tu palabra que son vida, su nombre, debe ser repetido una y mil veces, hasta que regrese.
ResponderEliminarDe tu poética boca todavía es más sonoro tu comentario. Gracias, Alicia.
EliminarBesos
Magnífico tu poema al árbol herido. Hay mucha hondura en él. Y es posible también que por su savia resbale un sentimiento profundo. Enhorabuena, querido amigo. Verás que he vuelto y aunque no dispongo de mucho tiempo para poder dedicarlo a vosotros, procuraré
ResponderEliminarsiempre responder. Un abrazo.
Lo mejor de todo, Olegario, es tu regreso.
EliminarUn abrazo
Se observa que le has puesto corazón, sentimiento y un puñado de amor.
ResponderEliminarCuando eso ocurre surgen versos preciosos,
como estos que hoy nos regalas.
Un beso Francisco, a tí y a tu árbol herido.
No sé qué responderte, Laura, que no sea taponar esa herida.
EliminarBesos
Unos versos que hacen recordar esas flechas traspasando corazones que se aman.
ResponderEliminarUnos bonitos versos llenos de sentimiento.
Besos
Muchas gracias, Candi. Me estoy repitiendo, pero me lo habéis puesto bastante complicado. En tu presencia me limitaría a bajar la cabeza, pero debo decirte que te agradezco mucho tus palabras.
EliminarBesos
Hola, Francisco:
ResponderEliminarEn la orilla del río que pasa por mi pueblo hay un viejo sauce llorón con un corazón, un flecha y dos letras entrelazadas... Lo tatuamos hace muchos años y todavía permanece en pie.
Un abrazo.
Lo más importante, Rafael, es que perdure vuestro amor por encima de la vida del árbol. Felicidades por esa constancia.
EliminarMenos mal que aquí además del nombre nos dejas unas preciosa letras que perduran tanto o más que el nombre tallado en el árbol.
ResponderEliminarUn abrazo
Le decía a Rafael que es más importante que perdure el amor a la talla en el árbol; ojalá que esta letra tenga también pervivencia. Gracias, Chelo.
EliminarBesos
Magnífico.
ResponderEliminarHombre espada, eres una astilla de mi árbol y tu opinión no cuenta mucho. Te quiero.
EliminarBesos