No hay;
empezando por mí
no hay dignidad sobre la tierra,
no la hay:
yo me limito a dar
de lo que me sobra;
el magnate
calla su conciencia
con generosidad apabullante
y corre un tupido velo
con el que enjuga
el sudor ajeno,
las horas extras no pagadas
y los pufos al fisco.
No hay;
empezando por mí
no hay dignidad sobre la tierra,
no la hay.
Hola Francisco, cierto, no hay dignidad. Un poema lleno de verdad. Cuidate.
ResponderEliminarGracias, Poetiza, siempre atenta a cuanto digo.
EliminarUn abrazo
Totalmente acertado el mensaje del poema.
ResponderEliminar¡Qué fácil es dar lo que nos sobra!
Un beso
Se asunto es que al dar de lo que sobra no hay sacrificio ni acompañamiento, sólo limosna.
EliminarBesos
Si no la hay, tenemos que encontrarla.
ResponderEliminarUn abrazo.
De donde no hay es muy difícil sacar, Emilio.
EliminarUn abrazo
Todos damos de lo que nos sobra porque lo que es compartir solo en ocasiones. Hay muchas formas de dar. No es fácil ser un San Francisco de Asís y menos cuando lo que te rodea necesita de ti. Pero si que hay mucha generosidad porque no solo es compartir la moneda sino dedicar tu tiempo a los demás. Dar una sonrisa. o tu palabra que también la escatimamos. Muy acertado tu poema.
ResponderEliminarBss
Estoy de acuerdo, Katy, de que hay mucha generosidad, mucha mano tendida y silente.
EliminarBesos
Ay! Francisco qué razón llevan tus palabras; hice un cálculo de la donación de 20 millones de Amancio (el de Zara) a Cáritas traducido sobre mil euros, en vez de sobre su patrimonio de 38 mil millones de euros ... a mí me resultan 52 céntimos, si es que no equivoqué tanto cero...
ResponderEliminarLo cual confirma tu mensaje, no sólo "nosotros" damos lo que nos "sobra", sino que también los multimillonarios ¡en el mejor de los casos! donan lo que les resulta totalmente...insignificante. Y claro, nos sentimos orgullosos de que lo hagan, porque no se prodigan tanto como quisiéramos...
En fin, triste, muy triste.
Un abrazo.
Apuntas, Laura, a la motivación de mis palabras. Ante esa noticia surgen en mí estas sensaciones: ¡qué alivio para las muchas personas que van a recoger de las migajas de Amancio! ¡Qué alivio para Cáritas que va a tener recursos con los que no contaba! Pero al tiempo, ¡qué bien si no se hubiera publicitado y lo hubiera dado sin que se enterase su otra mano!
EliminarNo se me ha ocurrido hacer el cálculo, pero no me extraña que para él sea esa insignificancia.
Un fuerte abrazo
He pensado al leer en Amancio Ortega, veo que Laura ha hecho lo mismo, pero yo no voy a criticarle por dar, sea insignificante o no lo que ha dado, podía habérselo quedado. Cáritas se lo agradecerá, y sobre todo las personas que recurren a esta organización humanitaria.
ResponderEliminarAhora bien, lo ideal, lo verdaderamente importante, sería que no tuviéramos que necesitar de la caridad de nadie.
Un abrazo Fco.
Yo pensé en él al escribirlo, Elena. La caridad debe estar sólo en guardia para llegar dónde no llegue a hacerlo las familias y instituciones civiles, pero últimamente son éstas las que están derivando a Cáritas a quienes acuden a Bienestar Social en busca de ayuda.
EliminarUn abrazo fuerte.
Buenos días primo!!!!! La palabra "DIGNIDAD"... hay personas que no la conocen, no entra en su vocabulario... que no se vean en esa situación y entonces... entonces todo lo verán de otra manera.
ResponderEliminarLas donaciones (no importa la cuantía) deben ser silenciosas, anónimas. Si se publicitan... es que hay otros intereses!!!! Besos mil.
No está mal dar aunque sea lo que nos sobra puesto que a otros les falta, aunque no sea un sacrificio sirve. Pocco es lo de Amacio Ortega, pero a Cáritas le ha venido como anillo al dedo. Laura se ha quedado larga ya que según mis cálculos 20 millones sobre 38.000 suponen el 0,0526315%. Cualquiera damos porcentualmente lo mismo o más y no salimos en los papeles. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarMe gusta la palabra dignidad, y la palabra justicia, y la palabra solidaridad. No me gusta la palabra compasión cuando hablamos de pobres, como tampoco me gusta la palabra tolerancia cuando hablamos de las ideas de los demás. No hay que tolerar nada. Es su derecho.
ResponderEliminarUn saludo.
ResponderEliminarDespierta a un mundo de dulces sensaciones
Y construye una nueva semana de felicidad,
Cabalgando entre las emociones que acarician ilusiones
Filmando el horizonte con la pupila enamorada
De quienes aman el rocío que nutre cada espora de vida…
Un abrazo de guirnaldas
Y un beso de esmeraldas.
Atte.
María Del Carmen
(Lo que puntas es cirto y también es cierto que el duño de Zara y sucedaneos, ha entregado un partida de dinero fuerte hace unos días para un banco de alimentos...)
Y hay quien pasa impasible y no da siquiera lo que le sobra.
ResponderEliminarCada vez hay mas pobres ante la falta de trabajo, raro es el domicilio que no esté afectado en alguna manera. Es hora de que la clase política conecte con la realidad y haga los recortes convenientes en sus privilegios y sueldos, ellos mismos son los que aprueban sus salario y por supuesto siempre lo hacen al alza.
Un abrazo
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
No Hay dignidad en la Tierra...¿qué podemos hacer para recuperarla?
ResponderEliminarNos indignamos tanto que a veces, no nos damos cuenta que nosotros mismos escondemos la dignidad en demasiadas ocasiones.
Dar lo que nos sobra a quien lo necesita? Tal vez sería mejor compartir lo que tengo con quien no tiene nada...Este simple gesto, nos colmaría de dignidad.
Un poema muy acertado y a la vez digno.
Besos
Mea culpa. También yo me declaro hundida en la indignidad.
ResponderEliminarUn beso
Hola Paco, Realmente tienes razón que casi la gran mayoria da, damos de lo que nos sobra. Pero también hay una minoría que comparte y no le sobra. Estas personas sí son digna.
ResponderEliminarMuchas veces pasamos por un lugar en donde hay una persona pidiendo y ni siquiera le regalamos una mirada o una sonrisa. Aunque tal vez alguna persona diga que ni con la sonrida ni con la mirada se come. Pero siempre hacen mucho bien y puede dar ánimos.
Muy buen el poema.
Saludos y besos