Cada vez que
muere un amigo, parece como que accedes a ocupar la primera fila del concierto
de la vida, donde se va haciendo la selección y las generaciones van pasando.
Muertos los abuelos y los padres, ya no quedan trincheras en las que refugiarse
y el tiro de gracias de la caducidad parece que nos apunta al pecho, a la
espera de recibir la orden de fuego. Ya sé que no sabemos ni el día ni la hora
y que a veces algunos llegan a la meta saltándose el orden establecido por la
cronología, con lo que Caronte se ve forzado a trastocar la lista y embarcar a algunas
almas antes de lo previsto.
No es el caso
de Paco, pues sin ser demasiado mayor, su estado de salud y el foso ciego en el
que había caído su memoria, ha recibido una justa recompensa a su ejecutoria
como hombre cabal antes de que el deterioro fuera mayor. De él guardo muy
gratos recuerdos y largas y apacibles conversaciones donde los proyectos tenían
siempre una gran vigencia y proyección de futuro. No era anciano, pero si
venerable por su juicio y sabiduría, el cual trascendía en la conversación más trivial.
Compartíamos la fe y éramos hermanos de la misma cofradía. Para siempre en mis
oídos aquella lectura del Siervo de Yahvé al paso de la comitiva por la
catedral, el silencio profundo, su siseo sevillanísimo y el racheo de los pies de la hermandad sobre el mármol del templo. En mi memoria para siempre, aquel encuentro en
Córdoba y el regreso en el AVE, donde la conversación quería ser más extensa
que el trayecto. Ahora Paco es sólo humo y cenizas, pero ha dejado tras de sí
una estela de hombre bueno que se proyectará sin dudas en la eternidad en la
que lo habrá acomodado el Padre.
La sala
número cinco del tanatorio estaba repleta de gente. En la calle llovía con
intensidad y dentro la humanidad aglomerada se traducía en bochorno. Con
antelación a la hora prevista me fui a la capilla, donde en esos instantes se
celebraba el sepelio de una mujer que no contaba con acompañamiento alguno.
Dicen que la muerte es el encuentro con la verdadera soledad, pero Felisa no ha
contado con testigos ni siquiera de su funeral. Nunca he sentido una sensación
de tanto abandono como el que imagino habrá sentido la pobre Felisa, que Dios
acoja en su seno. Para abandono y soledad el que sin dudas sentiría el día
anterior el granadino de La Chana, J.M.D.A., quien una hora antes de ser desahuciado
por el banco (debe ser banco bueno, ya que el banco malo es de momento un
proyecto) se quitó la vida en el número 15 de la calle Arzobispo Guerrero.
El tránsito
de la vida a la muerte es siempre un dolor intenso, pero me temo que en algunos
casos se trata de un alivio: Paco había caído en un deterioro físico y mental del
que le ha sacado la muerte y ha sido acompañado y querido en todo instante;
Felisa lo ha hecho en silencio anónimo con el eco de un sermón en soledad
profunda, en esa misma soledad en la que sin dudas habrá vivido; el suicida
J.M.D.A. se sintió tan solo que no encontró otra salida que acelerar su marcha
y poner su mano sobre el dedo de Dios, aunque luego fue multitudinariamente
acompañado y vitoreado. Quienes creemos que la muerte es sólo un
entreacto, confiamos en vernos en la infinita segunda parte, pero nunca podremos
estar seguros de cómo será el cortejo de esa bajada de telón de la primera.
Las cosas, son tal y como suceden, y así hay
ResponderEliminarque contarlas aunque no sean del agrado
de uno.
buena entrada, que la suerte acompañe a tu
fiel amigo ya desaparecido.
Un saludo y feliz fin de semana
Muchas personas rehuyen el tema de la muerte, siento ésta parte indeslindable de la propia vida.
EliminarUn abrazo
Descansen en paz los tres. Yo en ocasiones he sentido también una sensación extraña al asistir a un funeral y encontrarme como suele decirse "en familia". Resulta triste que nadie se acuerde de uno ni para darle el último adiós. Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarEn este caso, Felipe, ni siquiera de una sola persona. Cuando llegué a la capilla del tanatorio, acompañado de otros tres amigos, y encontramos aquella desolación nos convertimos en sus únicos acompañantes. El nombre lo pronunció el sacerdote. ¡Desolador!
EliminarBuenas reflexiones sobre este hecho vital por el tarde o temprano tendremos que pasar todos afortunadamente.
ResponderEliminar"El tránsito de la vida a la muerte es siempre un dolor intenso, pero me temo que en algunos casos se trata de un alivio"
No me gustan estas despedidas y las prefiero en la intimidad. Q.P.D. tu amigo Paco.
Bss y buen finde
Ya lo creo que sí, Katy. Hay situaciones en las que la muerte, tan temida, vive a ser una liberación.
EliminarBesos
Solo decir que reposa ya con dignidad. Caronte nunca se olvida de cobrar esa moneda de la vida, nunca. Los familiares y amigos lo tendrán en su memoria. Nuestro tocallo común reposa en paz. Salud, Francisco.
ResponderEliminarEs cierto, Paco. El acompañamiento que nosotros cuatro hicimos a la desconocida Felisa vino a restaurar para ella su dignidad de persona.
EliminarUn abrazo
Ante la parafernalia a la que estamos acostumbrados a despedir a nuestros muertos, prefiero en silencio y el recuerdo en la intimidad familiar y después a la incineradora, cuando llegue ese dia, mis genes estarán siguiendo su camino hasta el infinito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sobre mi vida decido, más o menos; para después de mi muerte lo dejo todo en manos ajenas: de los míos lo que quieran hacer con mis restos; de Dios, su misericordia y perdón.
EliminarUn abrazo
Lo siento por la pérdida de tu amigo.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Reyes. Para una información más detallada, eso sucedió en el tanatorio de San Jerónimo.
Eliminarbesos
Es muy doloroso ver cómo se van marchando los seres queridos.
ResponderEliminarA los creyentes como tú al menos os queda el consuelo de un posible reencuentro.
Un saludo.
es doloroso y deja una sensación de vértigo saberse en primera línea.
EliminarUn abrazo
Sobrecoge saber que estamos en primera línea de tiro, nunca nos preocupa de niños ni de adolescentes, es ahora cuando una vez desaparecidos abuelos, padres y tíos cuando vemos la muerte acechando, y lo que tal vez sea peor, la enfermedad como la de tu amigo Paco. Descanse en paz.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
No quiero repetirme, Elena, pero esa sensación parece que te levanta los pies del suelo. Gracias.
EliminarBesos
poco puedo decir a lo dicho por ti, unos son muy acompañados y otros no, pero que más da, ese último paso debemos hacerlo solos, es triste de todas maneras, en fin, que podemos decir? que descanse en paz y que allí los dos se encuentren con los suyos, aquellos que les quisieron, creo que es la mejor meta
ResponderEliminarUn abrazo y feliz fin de semana
A tu amigo Paco,a Felisa y a José Miguel de La Chana, los han acompañado también en Granada los 14 inmigrantes de la patera que naufragó. Descansen en paz todos.
EliminarNo creas que me olvidé de esos pobres emigrantes, pero no era mi intención hacer una crónica necrológica, sino despedir a mi amigo y dar una semblanza de los hechos que le rodeaban.
EliminarUn abrazo
Es verdad que el paso a la muerte lo damos solos, pero también el de la boda (solo la pareja) y nos gusta hacerlo acompañados, ¿verdad, Rita?
EliminarUn abrazo
Hola primo!!!! Cierto que no sabemos nuestro momento, mejor, porque creo que nos volveríamos locos. Fíjate que yo no le temo a la muerte pero sí a la forma de morir. Besos cariñosos.
ResponderEliminarComo tenemos asimilado que morir nos moriremos por mucho que nos resistamos, quisiéramos decidir sobre la forma de hacerlo, pero tampoco está en nuestras manos, salvo con el suicidio. Yo sólo pido fortaleza para soportar aquello que me toque.
EliminarBesos, prima querida.
Siempre sufrimos un gran impacto emocional cuando un amigo se muere. Por lo que nos explicas, en este caso, la muerte ha sido un alivio para él, pues ha dejado de sufrir, y sobre todo para la familia que sufrían dia a dia al verlo como se iba consumiendo y deteriorando como persona.
ResponderEliminarMi prima murió de cancer a los 67 años hace apenas cuatro meses. Me siento en esa primera linea de la que hablas. Esta semana, a otra amiga le han diagnosticado cancer de mama. No puedo evitar ponerme a temblar, no por la muerte en sí, sino por la forma en la que esté destinada a hacerlo.
Un fuerte y calido abrazo
Sé lo mucho que has sentido a tu prima, querida Nerim. Ojalá pronto encuentres consuelo ante su pérdida.
EliminarBesos
Desde que murieron mis padres y mís suegros, hace mas de diez años, me sé en la primera linea y lo único que pido es que llegado el momento, no sea doloroso.
ResponderEliminarDescansen en paz.
Así nos encontramos más de uno, sin otra referencia que nosotros mismos, Chelo querida.
EliminarBesos
Estoy al frente de esa trichera con varios tiros sobre el corazón, que aun desgastado se empeña en sostenerme. Nadie está preparado para la muerte. Tenemos cursos para todo en la vida pero nadie nos enseña sobre la muerte. Así y todo es tan absurda que siempre habrá de sorprendernos.
ResponderEliminarUn placer volver a visitarte viejo amigo Estoy regresando. ya un poco recuperado.
Un abrazo
Ni nos enseñan sobre la muerte, ni nos enseñan a ser padres, y eso sí que es grave.
EliminarUn abrazo.
Hola Pacoentro de nuevo a los blog...
ResponderEliminarEmotivo post.
Descansen en paz sus almas.
De la vida a la muerte solo hay un paso, pero nos coge por sorpresa, sin avisar...
El dolor de perdida es grande y deja huella.
Besos y feliz día.
MA.
El blog de MA.
Un paso que para unos es el fin y para otros la materialización de la esperanza.
EliminarBesos
Nada más cierto que tenemos que morir y nada más incierto que el momento de hacerlo, llegado éste el éxito alcanzado en el mundo podemos medirlo por la magnitud del cortejo, pero eso sólo satisface a los cuerpos, las almas son de otro mundo ya. Descansen en paz todos los que han faltado. Dentro de pocos días habrá ocasión de recordarlos de modo especial. Un saludo.
ResponderEliminarEl éxito es relativo; no obstante, con la muerte te suelen perdonar quienes te envidian y comienzan los reconocimientos y las medallas.
EliminarUn abrazo
No sabemos cuándo llegará nuestra hora de partir... Lo cierto, es que para mí es un tema de psicólogo porque no puedo asumir la muerte, tal vez la enfrento porque no queda otra, pero no puede aceptarla ni que bajara el mismo Dios a querer convencerme. Me niego.No puedo hablar de lo que vendrá después, si bueno si no, porque tampoco tengo certezas. Dichosos de los que tienen tanta fe porque eso los ayuda mucho.
ResponderEliminarUn besito y un recuerdo para tu amigo.
Sé lo que se siente porque a mi se me murió una amiga a los 22 años.
Cariños
Te comprendo. Espero que puedas asumirla antes de que puedas vislumbrarla de cerca, para que tu miedo sea menor.
EliminarUn fuerte abrazo
La pobre Felisa, que Dios tendrá en su Gñloria, me ha recordado lo que dijo el gran Gustavo Adolfo: "que tristes y solos se quedan los muertos". Saludos a todos desde Gran Canaria, Ángel
ResponderEliminarLa muerte es posiblemente el acontecimiento más democrático: todos pasamos por ahí y en la más profunda soledad; el cortejo es de este mundo y la soledad corresponde al tránsito.
ResponderEliminarUn abrazo, Ángel
Hola Paco, un tema peliagudo el de la muerte. Pobre hombre que se suicidó porque el banco le apretó las clavijas. ¡¡Qué pena que una persona tenga que quedarse sin su piso, y sin su vida por la avaricia de quienes gobiernan los bancos. La señora Felisa se encontró con tres personas y el sacerdote que la acompañaron, tal vez no tenía familia. Tal vez tenía y no pudieron acudir. Quién sabe como fue su vida en vida. Tu amigo Paco descanso. Cuando perdemos la cabeza y nada tiene sentido es mejor al menos es lo que yo pienso, que el corazón deje de latir.
ResponderEliminarCreo que si somos buenas personas qeu compartimos lo que podemos mientras estabamos vivos, la muerte aunque no estemos rodeados de familia ni amigos, no nos va a pillar sólos porque las buenas acciones estarán con nosotros siempre.
Siento lo de tu amigo.
Saludos y besos