- Hoy día viene tan cortada, que apenas si hace
efecto.
Movía una y otra vez la
cucharilla tratando de diluir el azúcar que ya había desaparecido hacía rato en la taza de
café mientras éste se enfriaba.
- - ¿Quieres decir que ha dejado de ser una bomba
para el organismo?
- - ¡Ni mucho menos!
En sus palabras había
contundencia, pero no había ira.
- - ¿Entonces?
- - Verás, tanto la coca como el caballo llegaban
antes más puros y los efectos se hacían notar de inmediato.
- - Luego sigue teniendo efecto, aunque más
amortiguados, ¿no es cierto?
- - Así es.
- - ¿Y cómo es que sigues consumiendo si has tenido
tan mala experiencia y ahora así has llegado a comprenderlo?
Hizo una larga pausa y en su
mirada apareció la nostalgia y los barrotes que le habían hecho prisioneros de
cócteles de sustancias.
- - No; ahora sólo tomo mi dosis diaria de metadona.
- - ¿Te la dan o tienes que comprarla?
- - Si te sometes al programa, con sus controles y
su burocracia, te la dan, pero no en la farmacia, sino en el dispensario.
- - ¿Tú la compras?
De nuevo una pausa durante la que
escondió la mirada bajando la cabeza.
- - La he comprado durante algún tiempo, pero ahora
voy al servicio médico. Note imaginas lo que es el mono.
- - ¿Tienes que recogerla cada día?
- - A algunos se la dan cada día y les hacen que se
la tomen allí mismo. A mí me dan cada miércoles siete dosis en un sobrecito para
la semana.
- - ¿Y eso por qué?
Esbozando una leve sonrisa de
satisfacción, dio un sorbo del café y carraspeó:
- - Al principio no era así, pero ellos se fijan en
la trayectoria de cada uno y actúan según cada caso.
- - Eso quiere decir que eres un tío legal.
Ahora la sonrisa llegó a
carcajada sonora y estridente, como quien disfruta de nuevo un triunfo.
- - Pues sí.
- - ¿Y cómo te las arreglabas para comprarla?
- - La venden los mismos colegas.
- - ¿Y ellos dejan de tomarla para venderla?
- - Hay quien no se resiste a dejar la droga y en
vez de tomar la metadona como sustitutivo, la cortan en dos o hasta en cuatro, toman
una pequeña porción cada día, para poder soportar los temblores y mercan con el
resto para comprar la droga.
- - Es difícil escapar de la adición, ¿no es cierto?
- - Muy difícil. Dificilísimo. La droga te va
comiendo la cabeza y acaba con tu voluntad y contigo.
Salimos del café y al pasar por
la plaza me señaló con la mirada a un grupito de jóvenes maduros que miraban
sin ver, que vivían sin vivir, que soñaban con lo inmediato sin esperar nada del
futuro.
- - Esos cuatro mercan con la metadona, con el
documento de identidad y hasta con su madre, si se les pone a tiro. No hace
falta salir a buscarlos, están siempre cerca de uno.
- - Es difícil escapar, ¿verdad?
- - Tanto como de la sustancia.
Y lo triste es que empezaron de adolescentes con un simple porro, que parecía inofensivo y era aceptado socialmente.
ResponderEliminarCuando se traspasa el umbral de lo prohibido, no se encuentra satisfacción sino que en el siguiente escollo. Gracias.
EliminarUn abrazo
Hola Francisco, tu relato está muy bien estructurado y es ameno leerlo. El tema es bastante espinoso porque es la cruda realidad, de miles de miles que quieren escapar de enfrentar la vida con responsabilidad. Es triste, pero nos ha tocado vivir en un mundo decadente que, ha exiliado a Dios de esta tierra. Luego nos preguntamos de dónde vienen tantas desgracias y culpamos al gobierno, culpamos a la crisis, al vecino, al amigo, al compañero, a Raymundo y a todo el mundo. Amigo, es un desconsuelo total, nuestro mundo está agonizando.
ResponderEliminarEs un gusto leerte, recibe un fuerte abrazo.
En esta ocasión he elegido el diálogo, porque no sé hablar de lo que no conozco y por ser fiel a la fuente de la que me he servido para poder escribir este texto. Fue mediante un diálogo y más o menos es literal. Gracias, muchas gracias por tu fidelidad lectora y por ese abrazo al que me uno.
Eliminarcuando llego aqui, y leo en su profile su sestir, cuando recuerdo cómo empecé mi blog, por una inspiración de una señora de 95 años...la abuela bloguera, cuando siento que este ha sido el regalo para mis años futuros, para no estar sola, y estar rodeada de ondas...comprendo una vez más para qué estoy aquí, tratando de aplacar mis ímpetus...un saludo, Jayja
ResponderEliminar¡Bienvenida Jayja! Es bueno preguntarse siempre por los porqués, eso nos lleva a la reflexión y nos ayuda a conocernos más y mejor cada día.
EliminarUn abrazo
Uffffffffff, Dios mío, se me ponen los pelos de punta. ¿Qué cosas tendrá la droga para hacer que montones de personas, de jóvenes estén prisioneros de ella de por vida? Hasta que un día una dosis adulterada los quita de en medio.
ResponderEliminarHay que educar a los jóvenes a que aprendan a decir que NO, que no quieren ser prisioneros de un puñado de polvos que los destroza la vida a ellos y a sus familia.
Muy bueno el dialogo Paco. Ojalá llegara a la juventud para que vieran que la droga les engancha y que no serán capaces de romper las cadenas. Ojalá lo lean y abran los ojos y sepan decir que NO GRACIAS.
Saludos y besos
La educación, Isa, es el salvavidas para casi todos los infiernos del hombre.
EliminarBesos
Conozco una cuantas familias destrozadas a causa de este paraiso que termina convirtiéndose en un verdadero infierno. He estado cerca del Proyecto hombre y algunos pueden salir pero tiene que involucrarse toda la familia. Y todos terminan cansándose a veces por que es muy muy difícil desengancharse.
ResponderEliminarBss y buen finde
Lamentablemente, Katy, es un problema que a todos nos afecta más o menos de cerca.
EliminarUn abrazo
Terrible problema del que sólo se sale con mucha ayuda y una gran fuerza de voluntad.
ResponderEliminarMagnífico relato Francisco.
Un abrazo.
El problema de las adiciones, Elena, es que lo primero que hace es anular la voluntad; así el alcohol, el tabaco, el juego, las drogas...
EliminarBesos
Razón tienen los que dicen que ninguna droga es blanda, todas son duras y despiadadas porque anulan a las personas.
ResponderEliminarAsí es; ninguna es blanda, porque la una lleva a la otra. Es cierto que no todas son igual de dañinas, pero esa interconexión hace que la menos mala sea igualmente muy peligrosa.
EliminarAbrazos
Es difícil escapar de todas las adicciones, incluso de la mayor droga que se consume de forma legal en nuestro país, el alcohol. La crisis también incide en estas personas ¿cuantos dispensarios de metadona han desaparecido, por ejemplo en Madrid?, eso supone que aumente el número de drogadictos y de enfermedades que van emparejadas a ello, pero que podemos esperar de unos políticos que ven en la salud algo para ricos, que se drogan igual o más que aquellos, pero estos tienen hasta sus médicos particulares.
ResponderEliminarUn saludo
Como suele ser común, Emilio, una cosa lleva a la otra.
EliminarUn abrazo
Malos tiempos para los que necesitan atención y tratamiento.
ResponderEliminarUn saludo.
Muy malos. Unas cosas se recortan y otras suben; entre las segundas, el tiempo en lista de espera para especialistas o intervenciones quirúrgicas. Malos tiempos.
EliminarUn abrazo
Tiene que ser terrible pasar por esa situación. Lo ideal sería poner todo tipo de medios para no caer en la adicción dado, lo dificíl, es r salir una vez que se ha caído en ella. Me consta que le proyecto Hombre ejerce una importante labor.
ResponderEliminarQue tengas un buen fin de semana!
Un abrazo
http://ventanadefoto.blogspot.com.es/
Desde luego el remedio está en la formación. Sin dudas que Proyecto Hombre hace una labor magnífica, pero el problema surge cuando el rehabilitado sale y se encuentra con el mismo ambiente que le llevó a su estado calamitoso de adicto.
EliminarUn abrazo
Inmensa tristeza e impotencia siento querido y admirado amigo con los que padecen esta lacra pues en verdad debe ser horrible tanto para el que consume como para la persona que esta al lado de el-lla. Muchos besinos de esta amiga admiradora que te desea con inmenso cariño feliz fin de semana.
ResponderEliminarEl adicto pierde hasta su dignidad de persona, pero la familia se lleva la mayor parte del sufrimiento; por cierto, sin ella, sin su ayuda no podrá salir nunca del pozo.
EliminarBesinos
Toda adicción destruye la voluntad y elimina la libertad. Una vez en el fondo del pozo, sin una cuerda arrojada desde el brocal a la que asirse es casi imposible salir. Un saludo.
ResponderEliminarLo has descrito perfectamente. Se nota que "desde la terraza" tienes una buena panorámica de la vida.
EliminarUn abrazo