Se acerca;
según el calendario llegó
en el minuto preciso;
se acerca
en la fragilidad de mi cuerpo
donde quiere anidar este otoño demorado
que todavía no se desviste
del remolón verano;
pero mi organismo
intuye un cielo ceniciento
que deletrea trazos
con el carboncillo de los días tristes
y caligrafía de borrasca;
ya se voltea en el aire
con sus pisadas ciertas
la inestabilidad que se avecina,
para anidar, con pisadas deformes,
la quietud que me desequilibra.
Sí, ya se acerca Paco, y me temo que el sol se aleja antes de los días llegando más temprano la noche, ya se acerca y el veranillo del membrillo da sus últimos coletazos, para que lleguen antes los días grises y sombríos.
ResponderEliminarQue tengas buen fin de semana largo
Saludos y un abrazo fuerte
No me gusta el tiempo monótono. No me imagino viviendo en esas latitudes donde la temperatura oscila entre los 18 a 25 grados durante todo el año, posiblemente porque estoy acostumbrado a nuestro clima de un extremo a otro, pero 48 horas antes acuso el cambio en la columna y a veces de manera insoportable.
EliminarBesos
Usemos el otoño como reposo y preparación para el invierno, que estará aqui antes de que nos demos cuenta, un poema precioso.
ResponderEliminarSaludos (calentitos) todavia.
Pero todavía nos quedará el verano de San Martín y gozaremos de días soleados y alegres. ¡Bienvenida sea el agua! Un saludo desde mi mejana
ResponderEliminarYa lo creo. Precisamente son los altibajos los que acuso, pero me gusta esa diversidad climática llena de encantos: la lluvia, el frío no muy intenso...
EliminarUn abrazo
Esperemos que las nubes que se avecinan solo traigan lluvia y no haya tormentas que destrocen todo... Ya me entiendes.
ResponderEliminarUn saludo.
De las verdaderas tormentas ya las hemos tenido con resultado catastrófico en Málaga y Murcia, pero el desasosiego y las amenazas que penden sobre nuestras cabezas son más temibles que las naturales.
EliminarUn abrazo
Vuelve el poeta con sus pasos cansados pero con puño dispuesto a retratar su andar.
ResponderEliminarEscribes de una manera que me hace reflexionar sobre mi mismo. si era esa tu intención lo has logrado.
Un abrazo
Es de lo más bonito que me han dicho nunca. Conozco mis limitaciones más que los propios críticos, pero soy humano y me agrada un halago de vez en cuando. Muchas gracias, Daniel.
EliminarUn abrazo
Sí que se hace el remolón este otoño cada vez más corto.
ResponderEliminarPero hay letras, como las tuyas, que nos recuerdan que está ahí, a la vuelta de la esquina.
Un abrazo Fco.
Sabes, Elena, que yo también me pierdo en tu Callejón de letras.
EliminarBesos
ResponderEliminarSe acerca Paco, pero recuerda que el frío que trae se puede combatir con el calor de una mano amiga, la mirada de nuestra pareja, el cariño de nuestros hijos y una buena chimenea en cuyas llamas, ver quemar las cosas que han de morir para renacer con mucha más fuerza con la primavera...
Besos y buen fin de semana festivo!
Es más fácil combatir las perturbaciones climáticas que verse anegado de soledad, por ejemplo. Compartir es de lo mejor que podemos hacer las personas, por eso somos animales sociales.
EliminarBesos
En Granada tenemos claro una cosa, de la manga corta, pasaremos directamente al abrigo y la bufanda.
ResponderEliminarUn saludo
Un día le oí a un sevillano decir a voces por la calle, quejándose resignadamente del calor: "Sevilla, la de las dos estaciones, el verano y Santa Justa (estación de ferrocarril)". Pero ciertamente pasamos de un extremo a otro, pues si bien no hace tan baja temperatura como en Granada, es mucha la humedad y la sensación de frío.
EliminarUn abrazo
Si, el verano se resiste a irse, y para mi que soporto tan mal el calor está siendo demasiado largo,un largo e insoportable verano podría decir, porque lo de "ardiente", bueno quizá tambien.
ResponderEliminarUn beso
Como buena chicarrona del norte huyes del calor; a mí no me afecta tan negativamente como la humedad.
EliminarBesos
El veranillo de San Miguel nos da una tregua y el otoño llegará con todo su encanto.
ResponderEliminarUn beso
Es cierto. Salvo los cambios, el otoño es una estación preciosa en su variedad, en su mayor recogimiento y su temperatura agradable.
EliminarBesos
El enclaustramiento involuntario e involutivo,dejando pasar las horas otoñales...
ResponderEliminarPiensa:
Siempre está el calor de hogar, un buen libro,una charla amena,un programa estupendo que ver,una tarde en el cine...y tantas cosas más que pueden hacerse en el caprichoso e inestable otoño.
Besos.
Gracias, poeta de cabecera. Todas esas cosas son ciertas y la que más añoro es la chimenea que no tengo.
EliminarBesos
La “fragilidad de mi cuerpo” también acusa ya el cambio, con ciertos dolores de los que se suelen achacan a “es que va a cambiar el tiempo”
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo suelo anunciar 48 horas antes, pero no sé qué; si viento, agua, frío... Si al menos supiera interpretar esos signos, le sacaría utilidad.
EliminarUn abrazo
Es cierto Frnciasco, ya la feagilidad de los días se acortan y el cuerpo nota desde cada célula que se acerca el cambio. Aunque este cambio también nos traiga emociones por vivir, o simplemente terminar aquello que no hemos dado por concluído en los días del verano que nos precedieron. Has escrito un bello poema, lleno de titmo y musicalidad, mis felicitaciones por él.
ResponderEliminarUn abrazo con ecos dorsdos del otoño
Gracias, Ángeles. Lo más importante de la vida, a esta edad mía y siempre, es saberle exprimir el zumo de cada instante, vivir cada una de sus emociones,
EliminarBesos
Ay! que no sabía que Granada era un poco como Vitoria ....resulta que nosotros solo vivimos dos estaciones : la de invierno y ...¡la del tren!.
ResponderEliminarBuenos versos Francisco para recordarnos que los días se acoooortannn.
¡Qué pena de luz! ¡qué nostalgia!.
Un besote.
En verdad, Laura, no es Granada la de la estación de tren, ellos tienen invierno y verano y una primavera hermosísima; me refiero a Sevilla, donde el calor es el rey de las estaciones. Gracias por tus palabras.
EliminarBesos
Se ha acercado tanto que hoy están las aceras de las calles llenas de hojas.
ResponderEliminarA esta edad me parece que todos, de una forma u otra, notamos el cambio de estación.
Un abrazo