Aún queda en mis labios
el perfume de la liturgia
vivida, -no ensoñada-
en el pretérito inmediato.
En tus besos nace
el manantial que da sentido a mi vida
y lo desborda en oleadas de ímpetu
delimitadores de mi otro fragmento,
y me vivifico en la unidad
que nos ensambla:
el ímpetu de mi instante
no tiene razón, sino en pos de ti.
La aurora nace jovial, -si bien no definida-
mientras, haciendo por no rozarte,
yaces profundamente extenuada
junto a mí; y yo,
electrizado por tu éxtasis intenso
y, en tanto te reintegras,
quedo vigilante de tu tersa hermosura,
aguardando el momento de tu salutación callada,
-apenas una leve sonrisa-
que luego sellarás en mi boca
con un beso.
Aún queda en mis labios
el regusto de las horas
pasadas, y te sigo esperando.
bonita espera compartes con todos nosotros. un besin de esta asturiana que se complace y deleita leyendo tus versos de amor.
ResponderEliminarPrecioso, te felicito Francisco por esa manera de contar la espera de los ojos de la amada recibiendo la mañana.
ResponderEliminarPrecioso de verdad.
Un abrazo.
No desespere que tan bello sentimiento debe ser correspondido. Te dejo un abrazo
ResponderEliminarLa espera es tan bella que subyace en el fondo la cruel tentación de desear que sea eterna, para que le siga inspirando versos tan hermosos. Pero sin duda los encontrará igual de bellos para celebrar un reencuentro.
ResponderEliminarFeliz fin de semana
Bisous
Ahora lo entiendo, esperas y esperas...¡ y te sale musgo!
ResponderEliminarPerdón por la broma, ya sabes que la poesía y yo somos como el agua y el aceite. Beso.
La espera compartida es menos larga. Gracias por compartir. Buen fin de semana
ResponderEliminarMe quedo sin palabras ante este nuevo poema. Ojala y que no se te haga larga la espera, en caso de que asi sea, que el musgo brote envuelto con tus hermosas letras.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo