Lo que me dices al oído,
una vez que se enrosca
en el laberinto interno,
se multiplica y hasta
fecunda
tratando de ocupar el
absoluto,
como hipérbole
grandilocuente
que se magnifica y empodera
hasta resonar en mis
sentidos.
A veces me basta un gesto
para buscar en el archivo
sonoro
de acontecimientos pasados,
un pie al actor que todo lo
memoriza
para darle vida a los
recuerdos.
Acerca tus labios a mi
pabellón,
musita un par de sílabas;
tres a lo sumo,
y provocará en mi mente una
sinfonía
desde el primer acorde
con las promesas de otras cosechas,
comenzando por aquellos
brotes primaverales
en los que se asientan
los cimiento de mi
esperanza.
Un gesto, mi amor,
un monosílabo que se expanda
hacia el infinito
como la campana del
santuario
llamando a oración.
Palabras mágicas que se unen en ese susurro, una caricia más que un sonido que tiene su entrada por la puerta del oído.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Por debajo de las palabras y de los susurros, el cosquilleo de la pertenencia, Cayetano. ¡Ay, la magia!
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Hola Francisco. Cuando alguien nos habla muy cerca del oído, es una gran caricia, por eso sólo dejamos a las personas que más queremos que se acerquen a nuestros oídos a comunicarnos algo. Como tú muy bien dices, si son susurros llegan hasta el alma :-)
ResponderEliminarAbrazos
Me ha encantado tu comentario, Isa, y es plenamente coincidente con el mío.
EliminarUn abrazo.
Susurrarnos al oído por personas que nos gustan es uno de los más bellos signos de cariño, ternura, amor. No es cualquiera quien le susurra al oído. Cuando eso sucede, se nota algo más; "La sonrisa en los labios del hablante y del oyente
ResponderEliminarsaludos
Es verdad, Rykardo, en estos casos hay mucho de complicidad entre ambos.
EliminarAbraço.
Palabras dichas al oído, susurros, caricias que tú muy bien describes con tus versos. Un abrazo .
ResponderEliminarGracias, Chelo, por tu comentario.
EliminarUn abrazo.
Hermoso poema que seguro tu esposa no se resisitrá a decirte al oído lo que ella sabe que tú esperas oir.Saludos
ResponderEliminarLo que ella no sabe lo intuye, Charo. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
Al oído es donde se hacen las mayores confidencias, para que sea escuchada por la persona más querida.
ResponderEliminarBesos
Así mismo, Antonia, pero no como un cuchicheo, sino con exclusividad, como este abrazo besado que tengo para ti.
Eliminar"Consejitos en reunión, faltas de educación"
ResponderEliminarEso lo decíamos de pequeños ¿o tú no?
Nosotros decíamos un paralelo: "Secretitos en reunión..."
EliminarUn abrazo.
La complicidad de los susurros de esa persona especial que acaricia
ResponderEliminarlos sentidos.
Muy bonito.
Un saludo.
Maravilloso, la voz y la emoción unidas despertando sensaciones imborrables.
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