21 febrero 2021

MIS AÑOS DE ESCUELA


Don José era un hombre de magna talla

para la época, y uno de los escasos

sobresalientes del pueblo, junto al médico

y un escaso número de mediocres.

La vida rural era iletrada y su mirada

no llegaba mucho más allá de las propias lindes.

En cambio mi padre era un campesino

que leía cada noche y disfrutaba

con el teatro radiofónico en su viejo Inter

de válvulas que todavía conservo.

Un aula única para todas las edades:

los neolectores y los zagalones.

Sobre el encerado un crucifijo y como escolta

los retratos de Franco y José Antonio,

el mismo nombre con el que rebautizaron mi calle.

Don José era un maestro severo,

pero así de rigurosa era entonces la vida

y hacia él atesoro esta vieja admiración

por sus conocimientos, por su letra rotunda

y certera corrigiendo en rojo los dictados

o con la destreza caligráfica en la pizarra;

también por su inclinación hacia mí,

aunque en alguna ocasión me llamase tonto.

Un aula, un espacio reconvertido

para todos los niños y muchachos del lugar;

una letrilla para aprender la tabla de multiplicar,

otra letrilla para la conjugación de los verbos

o las preposiciones,

y la regla y el castigo como amenaza.

Don José puso los cimientos; luego la vida

me fue edificando sobre esas primeras piedras

y así he llegado a esta edad donde el peligro

es olvidar tanto los orígenes como el destino.

9 comentarios:

  1. Yo también tuve un don José, también en la escuela de curas ya distinguí las diferencias sociales, con los gratuitos, los hijos de papá y los que teníamos una beca y nuestros padres pagaban 5 duros al mes, solo los primeros recibían de los hermanos escolapios hostias a derecha e izquierda cuando las cosas se torcían, ¡¡ah!! también recuerdo que no nos podíamos meter la mano en los bolsillos, era pecado.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  2. Si el maestro era severo, pero coherente y justo, no es de extrañar que guardes respeto hacia él. Eran otros tiempos, otras mentalidades.
    Lo malo era la incongruencia, la incoherencia, la mentira y el sadismo. Yo tuve uno que sacaba a la palestra cada día a cinco o seis alumnos para recitar la lección. Se quitaba el "Festina" para no dañarlo y lo dejaba encima de la mesa. Eso significaba que se preparaba una ración de tortas. Te preguntaba y, si no te sabías de memoria la lección, te decía "ven aquí, baja las manos que no te voy a pegar". Cuando más descuidado estabas te llovían las tortas.
    Después, ya sabes, me dediqué a esto de la enseñanza; pero para servir y motivar a mis alumnos, no para descargar mis frustraciones sobre ellos.
    Un abrazo, Paco.

    ResponderEliminar
  3. También recuerdo mis días de escuela primaria, sí, soy de la escuela primaria, de los dos maestros que tuve, dos años cada uno, que casualmente tenían el mismo nombre. Dos excelentes profesores. Los recuerdo con nostalgia.
    .
    Saludo poético.
    Domingo feliz
    .
    Pensamientos poéticos y ensueños
    .

    ResponderEliminar
  4. Mi colegio era de monjas aunque teníamos a dos profesores seglares uno de ellos el Sr. Franco que le recuerdo con gran cariño por lo bien que nos enseñaba las matemáticas, su paciencia y saber estar siempre a nuestra altura y luego estaba la Srta. Rosalía que era terrible pues además de no saber enseñar nos trataba muy mal.Algunas monjas también eran profesoras y había de todo, de algunas tengo malos recuerdos por el mal caracter que tenían..También venía un sacerdote que era el profesor de religión y que era un bonachón.En nuestro colegio no estaba el retrato del General Franco ni de Jose Antonio pero si un crucifijo.Todos los días antes de salir teníamos que rezar el rosario en la capilla. Saludos cordiales.

    ResponderEliminar
  5. Hola Frnacisco. Antes sí es verdad que los educaban a golpes de regla o bofetones. Ahora ni le tosas a un estudiante porque los padre de dan leches por todo el cuerpo. Antes eran otros tiempos. La pobreza nos hacía ser más sufribles.
    Muy buena la foto y la entrada.
    Abrazos
    Abrazos

    ResponderEliminar
  6. Mucho han cambiado los colegios desde ese tiempo. Ahora los niños tienen todas las facilidades para estudiar. Nada tiene que ver la disciplina de antes con la de ahora, ni tampoco el prestigio que gozaban los maestros. Ahora muchos padres se molestan con tan sólo que se le regañe a su hijo.

    Besos

    ResponderEliminar
  7. Bonito homenaje a tu maestro que aprovecho para generalizar a todos maestros y maestras que enseñaban en tan precarias condiciones.

    ResponderEliminar
  8. Que bonito es leerte y recordar mis días de escuela. Saludos amigo Francisco.

    ResponderEliminar