Abril; mi madre floreció en primavera
—ya lo había hecho antes en invierno y volvería a hacerlo,—
vine a ser el primer varón.
Eran tiempos de penuria
—como también lo son ahora—
mas no llegué a conocer la cartilla de racionamiento,
aunque sí la escasez edulcorada de estraperlo
y economía de supervivencia;
ayer y hoy, la gente siempre necesita de la inventiva
para saltar la comba de la vida
con cierto desparpajo.
La escuela;
la dulce escuela es el cajón donde guardo mi infancia:
ma, me, mi, conmigo…
mi mamá me mima,
y con ello aprendí a conjugar el verbo amar;
severa, sí, pero me dio la firmeza
de los valores básicos y la felicidad.
El instituto fue un tránsito hacia el trabajo
cuando la pelusilla y los primeros afeitados;
no me dieron a elegir, pero…
fui feliz haciéndome vocacional mientras trabajaba;
ya, ya sé que otros andan el camino inverso.
El amor me visitó temprano y me inoculó
la cepa que ahora me mantiene inmune,
y de la que nunca hice por zafarme.
Del sur al norte; gran estancia capitalina
y vuelta a otro sur vecino,
hasta vacunarme del sentido de pertenencia…
“Ni soy de aquí, ni soy de allá”,
el hombre es de donde pace, y de pacer
vino la paz y los días
de aplomo,
tras los quebrantos del cuerpo lastimado
como vasija de barro con más de una laña.
Y la paz se ha acomodado a mi pecho,
—a pesar de la melodía afónica—,
como el bebé en el regazo materno,
como el agua al cauce del río,
como amante en los brazos de la amada.
Te doy de lo que tengo: que contigo sea la paz.
Muy bonita la autobiografía y muy serena y llena de paz, pareciera que tu vida ha sido apacible y amorosa, mucha suerte has tenido y que sencillez al contarla
ResponderEliminarUn abrazo
De una manera muy franca y apacible nos dejas conocer de tu andar por la vida, se nota que has disfrutado y estás agradecido.
ResponderEliminarUn abrazo.
P.D. Te cuento que mi escritura en octosílabos se debe a la tradición oral de mi pueblo, son muy usados en coplas y canciones populares.
Hola Francisco, hermoso lo que narras, un hombre feliz me sonrie entre tus letras. Cuidate.
ResponderEliminarYo sí conocí la cartilla de racionamiento y el estraperlo que citas. Eran otros tiempos qué duda cabe, que nos dieron la fortaleza, la paz y el arraigo de tantas cosas, que aún perduran. Felicidades y un abrazo.
ResponderEliminarLa escuela;
ResponderEliminarla dulce escuela es el cajón donde guardo mi infancia:
¡Qué tiempos de la niñez tan lejanos pero tan cercanos en la memoria.
Ángel
Una biografía concentrada en tus palabras preciosas.
ResponderEliminarUn abrazo Francisco.
Un autobiografía con la que me identifico totalmente, solo que tu lo has dicho muy bonito.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es el camino de la vida, tu camino, Francisco. Se ha ido creciendo y ahora en Dias de aplomo se van dejando constancia de esas vivencias personales, para que no caigan en el olvido. Buena suerte y un fuerte abrazo.
ResponderEliminarPreciosa tu autobiografía, Paco, me ha emocionado, de verdad!
ResponderEliminarY tanto que tus días de aplomo están resultando productivos y especiales!
La vida nos da muchas oportunidades.
Un besote enorme!
;)
Somos pues el resultado de los avatares de la vida.
ResponderEliminarDe lo bueno y de lo malo.
Todo lo que fuimos viaja con nosotros.
Un saludo.
Buenassssssssss!!!! ¿Sabes que me identifico contigo en muchas cosas???? Ahhhhhhhhhhhh... por algo somos "primos"!!! jajajajaja!!! besos cariñosos.
ResponderEliminarMuy bonito lo que cuentas de tu biografía Paco. Realmente somos las vivencias que hemos tenido.
ResponderEliminarGraciassssssssss por regalar Paz, tan escasa de ella muchas personas hoy día. Y no me refiero a las guerras que también las hay, si no, la Paz del alma que a muchas personas por la crisis se le ha escapado y sienten desasosiego, e incertidumbre por no poder hacer frente al día a día.
Saludos y un abrazo
Toda un vida llena de VIDA.
ResponderEliminarSaludos.
Hoy somos el resultado de los primeros inicios o caminar de nuestra vida.
ResponderEliminarEs una autobiografía serena y con la tranquilidad de la paz que habita en el alma, los pequeños desencantos se quedan prendidos en las curvas del sendero.
Un abrazo soñando
y un beso pensando.
María del Carmen
Qué bonito Francisco,qué bonito deambular por el camino de tu vida ofreciéndonos sin empaque algo tan valioso como tú paz que haces nuestra.
ResponderEliminarMe ha encantado,de verdad que sí.
Besos.
Sigo igual con tus actualizaciones:
A veces sí y otras no.
Y yo doy gracias a DIOS por ponerte en mi camino.
ResponderEliminarTus padres te dan a tus hermanos; a tus amigos los eliges y a alguno especial lo haces tu hermano. Lo somos, Tomás.
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