Éramos… éramos casi niños;
me diste tu inocencia,
la junté con la mía
y descubrimos que existe el infinito.
Nos mirábamos y sonreíamos a la vida;
nuestra preocupación era la urgencia
por volver a encontrarnos.
Nuestro proyecto era ir de la mano
compartiendo la capa y los zapatos;
el tiempo, estando juntos,
destilaba incomprensibles prisas.
Éramos casi niños;
aquel primer beso nos endulzó
los sentidos como napados de ambrosías,
y seguimos libando de aquel néctar
cuando busco saciar la sed en tu boca.
Somos como niños
cuando nuestros besos inauguran,
aún hoy, escalofríos eternos
y nos miramos de frente con ilusión y esperanza.
así deberíamos de ver el mundo, como niños, seguro que este seria diferente.
ResponderEliminarUn saludo
Emilio
La inocencia de la juventud... Qué bonito eso de que nuestra única urgencia era volver a vernos y estar juntos otra vez. Sencillez pero verdad absoluta en tus palabras, Francisco. Recuerdos que nos vienen... Saludos.
ResponderEliminarQué bonito que aquel amor inocente perdure en los años maduros. Precioso de verdad.
ResponderEliminarUn beso Fco.
El éramos pasón se quedó en el recuerdo, lo hermoso de versos es el hoy:
ResponderEliminar"y nos miramos de frente con ilusión y esperanza".
Sin el hoy el pasado no tendría a menor importancia.
Un beso
Estupenda esa perduración del amor, ese amor dulce y sincero, alimentado por dos almas que se encontraron y supieron reavivarlo en todo momento.
ResponderEliminarBesos
Los primeros besos y las primeras experiencias..
ResponderEliminarasí siempre, con cada relación como si fuera la primera.. muy bonita
Un saludo
Éramos... Luego ya no somos. Gramaticalmente hablando, claro.
ResponderEliminarAunque en el caso que traes aquí la llama sigue encendida con parecida luz.
El amor siempre viene con fecha de caducidad. Lo que pasa es que a veces, como en las buenas conservas, puede durar muchos años.
Un saludo.
Estimado profesor Cayetano. Gramaticalmente, hablo en dos tiempos: éramos (dos veces) y somos. Como bien sabe en el segundo caso es presente, es hoy: al menos esa era la intención cuando tallaba palabras, de hablar de la trayectoria y no de un momento congelado o tal vez deteriorado a lo largo del tiempo. Creo que el amor no trae fecha de caducidad, sino que es como una mascota, un ser vivo al que hay que alimentar cada día. ¿No te parece?
ResponderEliminarEl amor en los inicios siempre es propio de niños, sea ésta la edad real de los enamorados. Y cuando una pareja siente que ese primer día lo sigue siendo, eterno ejemplo de día que no acaba, es que es amor en mayúsculas.
ResponderEliminarUn saludo
Querido Francisco:
ResponderEliminarEl amor como, lo describes tú, fué, es y será siempre bello. Hay veces que sí, viene con fecha de vencimiento. Pero hay muchas otras que perdura hasta el final de la vida y prosiguen en la infinitud.
Un beso con gran afecto: Juliana
En ocasiones se rompe el amor y no precisamente de tanto usarlo, más bien por lo contrario. Un saludo
ResponderEliminarA mí me emociona cuando el amor perdura através de los años, y uno se vuelve niño cada vez que se mira alos ojos, cada vez que sus las bocas se juntan, y las manos se anudan...
ResponderEliminarFeliz de mantener ese amor así, Don Paco, guárdelo usted, que todavía queda mucha vida por delante!
Besos para vos y su enamorada!
;)
Y el poema, una delicia!