Tenía el alma húmeda de encierro; me fui a la calle, arreglado pero informal, y me detuve en la Alameda a confundirme con la multitud. Allí estaban los tres: piano electrónico, barítono y soprano haciendo las delicias de la escasa concurrencia y paseándonos por los grandes de la ópera y la zarzuela con arias y romanzas.
Una tonalidad distintas para una mañana de sábado extraordinario, vestido de día corriente.
Eso quisiera que hubiese en mi ciudad, Zaragoza.
ResponderEliminarEspero que hubiese una buena cantidad de personas escuchando.
Sorprende y a la vez calma el espíritu encontrar a la vuelta de una esquina esas manifestaciones que animan a seguir el día rutinario. Beso
ResponderEliminarQue suerte, salir a dar una vuelta y encontrarte con esta maravilla. Aunque esté nublado ya hace el día luminoso.
ResponderEliminarUn abrazo
Me encantan éstas manifestaciones populares, sobretodo en días de primavera como fue el de ayer, ayer amigo, porque hoy vuelve a llover, que cosas, y estamos en Canarias, ¿que te parece?...
ResponderEliminarQué maravilla, seguro que el paseo te supo a gloria.
ResponderEliminarUn beso.
¡Qué hermoso que la música salga a la calle!
ResponderEliminarSaludos
Últimamente parece que la Alameda de Hércules (antiguo barrio de "pilinguis" y de mucha gente que no lo es) está bastante animado con el tema musical. El otro día jazz- rock, hoy ópera y zarzuela. ¡Qué nivel!
ResponderEliminarUn saludo.
Muy bonito encuentro. Quizás no reconocido por muchos paseantes; pero merece la pena para que la gente tome conciencia de la buena cultura.
ResponderEliminarBesos
Monsieur, qué agradable encontrarse sorpresas así cuando uno sale a pasear. Ojala hubiera mas ocasiones.
ResponderEliminarFeliz domingo
Bisous
Y te dirías ...¡qué suerte haber salido!
ResponderEliminarEfectivamente una suerte poder disfrutar de esas sorpresas callejeras. Un abrazo
aqui en baires no ocurren estas cosas, es decir hay recitales en el obelisco muy de tanto en tanto.
ResponderEliminarhace apenitas unos dias estuvo Plácido Domingo cantando para todo el que lo haya querido escuchar y fue algo impresionante, ademas de haber sido una fecha especial aqui en mi país, me refiero al 24 de marzo denominado día de la Memoria por la Verdad y la Justicia, donde se conmemoran las muertes civiles ocurridas en la nefasta época de la Dictadura Militar
pero bueno, se juntaron en la plaza de mayo y en el obelisco los miles y miles de personas y las canciones de don Plácido fueron un inmejorable homenaje también.
claro que esto sucede muy a las perdidas, dificilmente un domingo me levante y en la plaza del barrio haya un espectáculo como el que contás aquí, en fin
Francisco, te debo visitas lo sé, pero es que no puedo seguirte el ritmo de escritura, hombre, a veces paso y leo sin comentar pero estoy con demasiado trabajo y reconozco no poder hacerlo
te dejo beso enorme
Eso es una auténtica gozda!
ResponderEliminarPor Bilbao, en la Gran Vía se suelen poner unos, no sé si rusos o... pero vamos, de la zona, que tocan... y una chica que canta...!
Ayer mismo estaban, y claro, una se queda parada, muerta de la envidia y con el espíritu elevado!
Un abrazote!
;)
Aunque no te haga comentarios en tods tua post, no dejo uno sin leer ¡ son tan interesantes! Pero al igual que Laura te digo que no me dan los tiempos para seguirte en el acelerado ritmo de tu inagotable inspiración.¡Dios te la conserve!, para poder leer día a día tus excelentes escritos.
ResponderEliminarDebes estar rodeado de una infinita cantidad de Musas, en tu Parnaso propio. ¡¡No me cabe a menor duda!!
Te admiro y te FELICITO.
Con mucho cariño
Juliana
A mí me encantan los espectáculos callejeros y hasta esas personas que nos ofrecen su música a cambio de unas monedas, pues hay algunos que lo hacen muy bien, como una chica que tocaba el violonchelo el otro día delante de la catedral y que daba gusto oirla.
ResponderEliminarTambién en Jaca, al lado de la Catedral, suele ponerse un violinista al que no dudo en darle unas monedas a cambio de su libre y espectacular trabajo.
ResponderEliminarNormalmente estoy fuera de Sevilla los sábados, pero debe ser una gozada que te salga una buena mañana primaveral, pasear por la Alemeda y escuchar zarzuela y ópera. Y lueguo una cervecita en cualquier terraza de aquellas. El paraiso siempre queda cerca de Sevilla. Un abrazo Francisco.
ResponderEliminarEs una suerte salir a pasear y poder escuchar un concierto al mismo tiempo. Aquí suelen ponerse artistas callejeros, pero lo hacen en una calle muy pasajera y vamos todos tan deprisa...
ResponderEliminarY es cierto, casi no das tiempo a leerte. ¡Que productividad!
Un abrazo