Ayer fueron lágrimas de tristeza por el fallecimiento de mi antiguo profesor de geografía e historia don Alfonso; hoy son lágrimas de alegría por el ingreso en una institución de Carlos, un sin techo que a base de reveses de fortuna, malos pasos y peores compañías, amén del refugio en el alcohol, se ha visto inmerso en la espiral que conduce a la exclusión social.
Estaba durmiendo en la calle, como tantos otros, uno de esos que no sólo molestan a los ciudadanos, sino que ocupan e invaden el mobiliario urbano de forma incívica. Sucio, maloliente, vestido de abandono y con la pena del rechazo en sus ojos tristes. Había perdido la mayoría de las habilidades sociales, pero le quedaban pericias suficientes para la supervivencia. Como es notorio para muchos de aquellos que me leéis, soy voluntario en Cáritas; no por mis merecimientos, sino por haber recibido la llamada, un bien al que uno no se puede resistir. Hace ahora un año que cierta tarde de abril me hizo Carlos pasar un mal trago del que hubiera querido escapar sin tener que afrontarlo; lo solía ver con una botella de cerveza en la plaza, de la que bebían a morro él y sus colegas. Aquel día estaba solo, no sobrio, pero rotundamente solo; me abordó y renegué del encuentro como luego seguí haciéndolo mucho después. Por fortuna, el mismo que me había llamado a esa misión a él debida, me abrió los ojos, me ablandó el corazón y me empujó a ir a su encuentro.
Estaba resignado; sólo aspiraba a seguir trapaleando y subsistiendo al día a día. Un techo; a todo lo que aspiraba era a una habitación donde dormir. Comía al medio día en el comedor de San Juan de Dios y con el trapicheo solucionaba el resto de las horas. Un techo, una habitación es todo cuanto pedía. Nadie imagina lo que es tener ante sí a una persona que para la inmensa mayoría ha dejado de serlo y se ha convertido en un despojo de la humanidad, en un ser extraño y molesto. Se fió. Se dejó conducir hasta reconocer que necesitaba ayuda más allá de lo que él mismo proponía; ahora era un niño que esperaba ver cumplida la promesa que significa una carta a los reyes magos. Se sometió a exámenes médicos y psicológicos, acudió a cada una de las citas; logró ser inserto en el censo municipal. Esta mañana ingresa en una institución en la que tratarán de devolverle la dignidad perdida, recuperará sus habilidades sociales y aprenderá las que nunca tuvo. Y yo quiero compartir con todos mis emocionadas lágrimas y mi alegría inmensa.
Me alegro por él, por su fuerza y afán de superación, por no resignarse y luchar.
ResponderEliminarUn beso Fco.
Una caso especial. El colectivo al que pertenece es muy reacio a estas prácticas integradoras. me alegro por él.
ResponderEliminarUn saludo.
Hay veces en las que la vida te da una segunda oportunidad. De cada uno depende que las cojamos o no, porque hasta para eso hay que ser valiente.
ResponderEliminarEs que en la vida muchas veces la gente necesita un ángel de la guarda que le guie por el buen camino. Ha tenido mucha suerte en encontrarlo.
ResponderEliminarUn beso.
Le felicito por el paso que acaba de dar y por haberte encontrado en su camino.
ResponderEliminarUn beso
Es una magnifica noticia, monsieur. Una gota en medio de un inmenso oceano, pero al menos una gota rescatada y una gran esperanza.
ResponderEliminarFeliz dia
Bisous
Me consta que es una gran alegría para ti. Ojalá y que esta institución le ayude a integrarse de nuevo a la sociedad que un día, con motivos o sin ellos, se dieron la espalada mutuamente.
ResponderEliminarUn fuerte y calido abrazo
Pues aqui estoy compartiendo tu alegria amigo, me da gusto y espero puedan ayudarlo para que Carlos pueda convivir entre todos, como debe ser, en mi Pais hay muchos sin techos en su mayoria mas me duelen los niños...Pues Francisco en horabuena si señor una alagria mas...un abrazo giganteee
ResponderEliminarMe alegro por ti y por el, porque tu emoción al escribir esas palabras me hace pensar en las veces que me ha pasado lo mismo y no he sido capaz de afrontar el encuentro.
ResponderEliminarComparto tu emoción.
Besos
espero que el tiempo en que se ha abandonado le ayan ayudado a perder el sentido critico que un dia le aparto de una sociedad hinchada y enchida de normas excluyentes !
ResponderEliminarEste personaje ha sido afortunado de encontrar a alguien como tú, que ha sabido echarle un cable.
ResponderEliminarUn abrazo.
Un buen logro Francisco, muy memorable por tu parte.
ResponderEliminarOs paso un enlace de una entrada que hice hace un tiempo, me la habéis recordado, por si estáis interesado en leer algo sobre el tema.
http://maricmasi.blogspot.com/2010/01/el-antes-de-la-vida-de-un-indigente.html
A veces nos asustan las personas que están en estas condiciones, sin pararnos a pensar el porque o como han llegado a la situación en la que se encuentran. Y hay mucho detrás.
Un abrazo y gracias en nombre de la persona que has ayudado, de alguna forma se te recompensara, no lo dudes, aunque tú, estoy segura de que ya lo habrás notado en tu persona, por el hecho de hacer un buen acto.
senzafiss@gmail.com Gente sin techo en Italia, desearia contactar ustedes para valorizar nuestras razones,... saludos =carlos=
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