Sí. Ya sé
que no tiene rango
ni tan siquiera de
planeta,
que su pedigrí es
secundario
pero, ¿de qué otro astro
se cuenta
que tiene un polisón de nardos?
Para la ciencia,
el corazón es un músculo
importante,
pero no dice nada del
álbum
de las heridas de amor,
ni que Cupido ejercite su
puntería
usándolo de diana.
A vista de profano,
la luna es la reina de la
noche,
la confidente de poetas,
enamorados
y de aquellos que a juicio
ajeno
también tienen fases de
acierto
y otros tantos valles de suspiros
infundados o maniáticos.
Mas tú y yo sabemos
que es luz que acaricia y
no ciega,
que vislumbra y enamora;
luz coqueta que se asoma a
la mar
o al espejo del río
y deja una estela de plata
donde no existe el
fingimiento
ni el maleficio
sino el misterio que
borrará la aurora.
Has recordado a Federico y su "Romance de la luna luna", aunque el poema, viniendo de Federico, no es lo que parece.
ResponderEliminarUn abrazo.
Tan solo un guiño, Emilio. La distancia con él es sideral.
EliminarUn abrazo.
Y Paco la mira mira...
ResponderEliminarEn necesario y conveniente ser un poco lunático.
Un abrazo, Paco.
Estoy de acuerdo contigo, Cayetano, no es bueno el movimiento uniformemente acelerado porque sólo está en las clases de física y ya las he olvidado.
EliminarUn abrazo.
Poema intenso, profundo, que me deixou em reflexão.
ResponderEliminar.
Cumprimentos cordiais
.
Pensamentos e Devaneios Poéticos
.
Muchas gracias, Rykardo.
EliminarAbrazos.
Hola Francisco. Tú poema invita a la reflexión. Siempre que miro la luna recuerdo esta canción.
ResponderEliminarLuna lunita cascabelera
dile a mi amorcito
por Dios que me quiera
dile que se apiade de mi corazón...
Ya no recuerdo más estrofas.
Un abrazo con todo cariño.
"Ve y dile a mi amorcito por Dios que me quiera
EliminarDile que me muero que tenga compasión
Dile que se apiade de mi corazón."
Muchísimas gracias, Josefa, por tan tierno comentario.
Un abrazo.
Hermoso poema a esa luna que tantas veces nos encandila.Saludos
ResponderEliminarEs verdad, Charo, en especial cuando está reluciente y llena.
EliminarUn abrazo.
Francisco, la luna nos espera siempre en el mar, en la carretera, en la calle y en la ventana para que le contemos lo que deseamos. Ella nos deja su fortaleza y su misterio, que siempre nos consuela...Bello e inspirador poema, amigo.
ResponderEliminarMi abrazo y mi ánimo.
Recuerdo, muy lejos en el tiempo, a esa misma luna sobre la laguna de Ruidera. En cada lugar es distinta siendo la misma, como no hay dos iguales en poetas distintos.
EliminarUn fuerte abrazo.
¡Ay mi luna...! la cantidad de tinta que se gasta en hablar de ELLA y tú lo haces con palabras llenas de poesía.
ResponderEliminarBesos
Hablas de ella en posesivo y en verdad que te pertenece por la pasión con la que la sigues y la muestras continuamente.
EliminarBesos.
La luna , sobretodo la luna llena, ejerce una gran fascinación. Es muy dificíl no percatarse de su presencia y sobretodo cuando es un poeta el que la está viendo.
ResponderEliminarBesos
Especialmente porque otros astros no son visibles a simple vista y las estrellas son tan pequeñas y distantes... Muchísimas gracias, Antonia.
EliminarBesos.
Hola Francisco, qué bonito el poema. El misterio de la luna y los enamorados. De la noche oscura y la luna alumbrando. Me gusta el juego de palabras que hacer para hacer tus poemas.
ResponderEliminarAbrazos