Si la vida me viniera bien colmada,
expansiva como un día de sol
en el verano
septentrional...
Aprendí en mi propio
organismo
que son dos las edades del
hombre:
la cronológica y la del
reloj adelantado
por causas meramente
fortuitas;
en todo caso, una marcha
inversa
al momento de nuestro
aterrizaje en la vida:
lo que ayer fue un despertar
físico y cognitivo en
progresión,
mañana será merma imparable
como si la vida se
desacelerara
buscando la metamorfosis inverosímil
de ser nuevamente una
criatura.
Es posible que en un breve
plazo
me mueva con un andador
y manteniendo con cierto
decoro el aseo personal
o ni siquiera eso;
luego se mostrarán rebeldes
los esfínteres,
comenzaré a olvidar lo nimio
o tal vez a ponderarlo y soslayar
lo importante,
olvidar cambiarme de camisa
o calzoncillos
y hasta tener que entregar
mi aseo en otras manos.
Miraré sin ver o con el foco extraviado,
focalizado en ninguna parte,
y hasta no distinguir la
prosa del verso;
me llegará el aislamiento
más absoluto
cuando pierda el oído en el
tumulto del silencio
y sin tiempo de aprender a
leer los labios,
por lo que pasaré a ser un
mueble más del mobiliario;
pero la verdadera hecatombe
sería sobrevivir a mi esposa
y perder su tacto entre mis
manos.
No sé, tampoco quiero
saberlo,
cómo será mi final, todo lo
que le pido a Dios
es capacidad para aceptar su
voluntad
e ir resolviendo el día a día
como buenamente pueda ser.
Dos largos meses de ausencia, coincidentes con un verano atípico sin salir fuera de la ciudad. Quiero dar las gracias a todos los testimonios recibidos y muy especialmente a mi muy querida amiga Chelo de la Torre que me ha animado a acelerar el regreso. También yo os he echado de menos a cada uno.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo a todos.
Bienvenido. Yo todavía ando remoloneando. Poco a poco me reincorporaré. Antes iré -despacito-visitando los blogs amigos
ResponderEliminarUn abrazo, Paco. Espero que ya estés recuperado, al menos parcialmente.
Estoy entonado y con buen ánimo, Cayetano.
EliminarMuchas gracias.
Hola Francisco, me alegro de tu regreso y de que te sientas bien. El poema es duro y triste como lo es esa época de la vida si nos toca vivirla. De momento pensaremos en el hoy, en el presente, lo que tenga que llegar ya lo solucionaremos en el momento. Lo dicho, que me alegro que hayas vuelto.
ResponderEliminarAbrazos
Muchísimas gracias, Isa. Espero que Antonio y tu hayáis tenido un buen verano y que tu padre sigas estabilizado y con ganas de ver los toros. Es un verdadero placer estar de nuevo cerca.
EliminarAbrazos.
Hola de nuevo. Me encanta volver a leerte . Muy real lo que nos cuentas, pero mejor no pensarlo y seguir el día a día, lo que haya de venir llegar.
ResponderEliminarYa has vuelto ahora dosifícate, si no puedes contestar a uno por uno no lo hagas, tus amigos lo entenderemos y si no quieres publicar todos los días tampoco lo hagas, ya sabes que muchos de nosotros no pasamos por aquí a diario . Bueno que estoy encantada des saberte activo. Un fuerte abrazo.
Gracias, Chelo, por tu empujón de ayer, por ser mi amiga fiel en lo dulce y en lo amargo, y por todo el tiempo que nos queda de estar juntos por estos parajes.
EliminarUn fuerte abrazo.
Hola, querido poeta, también he estado fuera de las redes dos meses, las causas han sido diversas.
ResponderEliminarMe alegro muchísimo de tu vuelta porque eso quiere decir que te encuentras mejor (casi hemos coincidido en volver)
Tu poema es estremecedor. Me ha calado muy hondo. Tu poesía es tan real, tan auténtica, que te cala los huesos.
Bienvenido Francisco...siempre
Cuídate mucho. Mil besos amigo.
¡Cuánta ternura hay en tus palabras, Puri! Gracias por tu amistad y por esos momentos cómplices cuando nos leemos.
EliminarUn fortísimo abrazo.
Bienvenido, Paco, pero vaya poema que has elegido para la vuelta. Esa rebeldía de los esfínteres... En fin, realidad poética. Un abrazo
ResponderEliminarBuenos días, Felipe. Pasa el tiempo, pero nosotros resistimos hasta donde sea posible. La vida no es siempre de miel o jalea real, querido amigo.
EliminarUn fuerte abrazo.
Aunque cerca de la playa y apartado del móvil, de vez en cuando lo miro, en esta ocasión me congratula el verte de nuevo por estos lares. A malos tiempos tenemos que poner buena cara, al menos la mejor que tengamos.
ResponderEliminarUn abrazo.
No te falta razón, Emilio. Te agradezco que me hayas dedicado este tiempo robándoselo al dulce no hacer nada.
EliminarUn abrazo.
Un poema duro y realista aunque no tendremos que atravesar todo junto. Este párrafo es lo máximo: "buscando la metamorfosis inverosímil de ser nuevamente una criatura" Eres un ser humano y poeta increíble. Contenta de leerte nuevamente y viendo que sigues con el empuje de siempre recibe mi abrazo cariñoso
ResponderEliminar¿Cómo corresponder a tanta bondad, amiga Rosa María? Ojalá te siga gustando los futuros poemas.
EliminarUn cariñoso abrazo.
Me he mantenido silenciosa, hasta que has publicado de nuevo. No hay que forzar la vista, hasta que pase el tiempo aconsejable y que te aconseje el doctor.
ResponderEliminarEsos pensamientos que te has hecho, nos lo hacemos todo, pero vivamos el presente, que es lo que tenemos ahora.
Respecto a los años, no todas las personas son iguales. He conocido una señora que murió a los 99 años y que me admiraba por lo bien que tenía la cabeza. Tan sólo en los últimos años a raíz de una caída, tuvo que usar el andador. Vivía sola, en un piso de planta baja. Una mujer de Servicios Sociales, le echaba unas cuantas horas. Por la tarde se iba al Hogar del pensionista y allí pasaba la tarde de tertulia con personas amigas. La comida se la llevaban a casa y tuvo u a muerte muy dulce, porque se fue una noche a dormir y ya no despertó.
Esos últimos años tenía también una mujer que dormía en otra habitación todas las noches.
Ahora te hablo también de una señora de 84 años que vive en el bloque que hay frente al mío, que hace algunos años que se quedó viuda. Ella aún se pone tacones y está muy ágil.
Un día me llevó un taper con migas que había hecho ella y estaban riquísimas y es por que hablando un día, le dije que me gustaban mucho, pero no las hacía porque tenían mucho trabajo.
No nos pongamos en lo peor y que venga lo que tenga que venir.
Disculpa mi comentaro tan largo y es que me ha dado mucha alegría ver tu publicación...ahora te he escrito desde el móvil. No he encendido todavía el ordenador...seguro que algún fallo he cometido al escribir.
Besos
Antonia muy querida: no te falta razón y esos ejemplos desmentirían lo contrario. A veces nos oímos más de la cuenta en ese silencio reflexivo de cara al futuro, cuando en verdad solo debe preocuparnos el hoy.
EliminarNo tengo nada que disculpar, sino todo que agradecerte.
Besos.
Amigo has descrito una circunstancia de la vida por la que seguro tendremos que pasar muchísima gente pero es mejor no pensarlo y vivir el día a día aceptando todo lo que Dios nos envíe.Puede también que lleguemos a una edad avanzada pudiéndonos atender nosotros mismos de una manera aceptable que también hay muchos casos de estos. Yo pude atender a mi marido en unas circunstancias muy penosas y siendo todavía relativamente joven, a mí no se que me depara el destino pero lo que sea le doy gracias a Dios por todo lo que venga me agrade o me desagrade.Vamos a ponernos en manos del Padre que Él siempre estará a nuestro lado.Saludos y cuídate mucho.
ResponderEliminarLa vida es casi tan diversa como lo somos las personas. Creo que no debemos temer por cómo será el futuro, pero no creo que sea malo afrontar que, entre otras posibilidades, cabe lo que le pasó a tu marido y ojalá a ti no te suceda. Envejecer es ir mermando, haciéndose dependiente, aunque son muchos que se marchan valiéndose por sí mismos. Dios te bendiga, Charo.
EliminarUn abrazo.
Francisco, me alegro de tu vuelta, también yo he estado unos días lejos del blog disfrutando de mi hijo el alemán...Tu visión genuina y realista nos acerca a todos a esa cascada de la vejez, que seguramente será muy distinta a lo que imaginamos, porque la vida nos prepara poco a poco y tendremos capacidad para aceptarla y verla de forma más sufrible y llevadera. Nuestra mente tiende a magnificar y a exagerar lo que aún no ha vivido...De todas formas es muy agradable leerte y volver a sentir tus letras y tu corazón, siempre cercano y entrañable, amigo.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo a Chelo por animarte a volver y a ti por hacerlo. Feliz noche, Francisco.
Hola, Francisco. Me alegra volver a leerte y saber que estás bien.
ResponderEliminar¿El futuro? Nadie lo sabe, nadie puede saberlo... la vida sigue su curso y debemos aceptarla tal y como Dios lo disponga.
Un abrazo.
José Ladrón de Guevara, un gran poeta, decía lo mismo... pero de otra forma.
ResponderEliminarhttp://el-macasar.blogspot.com/2019/03/pepe-guevara.html
No sabemos cómo será nuestra recta final, pero lo que sí sé es que hoy es día de fiesta bloguera por tu regreso y que deseo que estés de maravilla y con nada de esa lista de síntomas que nunca, nunca tendrás. Menos no distinguir entre verso y prosa. Eso no te sucederá. Así que saca el borrador y reescribe esos fatales achaques.
ResponderEliminarUn abrazo con todo cariño.
Un gusto volverte a leer amigo. Saludos.
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