La primavera es también
este visillo que amaneció
descorrido,
esas vaporosas y lentas nubes que se pasean
por el cielo como
distraídas
y que en algún punto
descargan un diluvio
y en otras se conforma con
un guiño
amenazante. Un juego.
También la primavera
es esa ligereza urgente de
ropa,
ese guardar en el altillo
el sobretodo. Es acortar
la falda,
asomar a respirar el
escote
y hacer votos de firmeza
por una dieta tan estricta
como urgente,
antes de seguir el proceso
de “deshabillé”
de cara al verano.
Las flores, las cosechas,
los girasoles,
el rubor de las amapolas,
la alegría y el ensayo
general
para la ligereza de ropa
sin que el cuerpo, ni las
miradas
propias y ajenas se
solivianten.
Veo que te has ido al otro hemisferio y has puesto días de primavera cuando aquí estamos casi en puertas del otoño, pasados también por agua.
ResponderEliminarAl final yo también comencé el curso bloguero. Se ve que me has dado envidia.
Un abrazo.
Hay una explicación para todo, aunque a veces más de una: estaba por ahí desde junio, la inspiración viene cuando llega y a su manera, soñar en el otro hemisferio es lícito. Quédate con la primera.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
Primavera u otoño, dos estaciones transicionales entre las temperaturas extremas que nos gustan por el esplendor d ela naturaleza.
ResponderEliminarUn saludo
Es la estación más exuberante, Carmen, y la más aromática; aunque en colorido no se queda atrás el otoño. Gracias por venir hasta aquí.
EliminarUn abrazo
La primavera es el estímulo de todos nuestros sentidos al apreciar la magia de la naturaleza. Es la mejor estación. Renacemos con ella.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Precisamente es ese renacer la que la distingue del resto del aña, Sara. Gracias por venir.
EliminarUn fuerte abrazo.
Buen poema. Realmente podemos estar en pleno invierno y sentir que estamos en primavera, la mente es inteligente y tiene libertad para pensar en la estación que ella quiera estar porque así se siente mejor en esta estación.
ResponderEliminarAbrazos
También es inteligente leer de ayer y sentirlo hoy, Isa.
EliminarUn abrazo muy fuerte.
Bonita descripción de la primavera aunque ahora ya estemos pensando en bajar del altillo el sobretodo y subir el ligero vestuario del verano.Saludos
ResponderEliminarLo del altillo es un trajín, un no parar, ¿pero como se defiende uno de este cambio climático que algunos niegan?
EliminarUn abrazo, Charo.
Tu poema nos has trasladado de nuevo a la primavera, que nos dejamos ya atrás, dejando paso a un caluroso verano. Ahora estamos ya pensando en el otoño, pero antes de que el otoño llegue, aún tendremos que soportar el calor del membrillo.
ResponderEliminarBesos
Yo me atrasé y tú te has adelantado y con el membrillo me has recordado a mi madre, que los cocía con una rama de canela y estaban riquísimos.
EliminarUn beso para ti, Antonia y otro para mi madre.
Todo eso y mas hacen linda a la primavera. Bellos tus versos amigo. Saludos.
ResponderEliminarFrancisco, en este mundo que vivimos las estaciones van evolucionando y también el otoño tiene tintes primaverales. El alma capta sensaciones, recuerdos y olores que la hacen vibrar y florecen las letras, que esta vez se han convertido en todo un rosal colorido y genuino, Francisco.
ResponderEliminarMi felicitación y mi abrazo entrañable por tus buenos ánimos-letras.