Dame una línea recta, una
simple línea recta
y construiré para nosotros
un hogar
donde nuestro amor encuentre
su acomodo
y nos alumbre la intemperie
del cada día.
Quiero edificar para ti la
casa de nuestros sueños,
de esos sueños comunes que
nos definen:
líneas sencillas, diáfanas
que se asemejen a nuestros
caracteres
y a los rudimentos de las
querencias compartidas;
nada barroco, tampoco plateresco,
líneas rectas y ángulos
rectos, doblar y plegar
como múltiplos de una
sucesión.
Cuatro trazos y tendremos el
esquema
de un paralelepípedo con la suficiente
altura
para las dos plantas que
imagino.
Dame también un triángulo;
no, mejor otra recta
de la que en tres trazos y
ciento ochenta grados
proyecte la cubierta a dos
aguas de nuestro hogar.
Dame una tercera línea
recta, mi amor,
y trenzaré para ti una
quebrada
que de acceso a la planta
superior.
Aunque la geometría del
corazón
sea un complejo trazado de
vasos comunicantes,
nuestro nido de amor se
basta y se sobra
con rudimentos geométricos.
Eres un hombre del Renacimiento, práctico y equilibrado, con predilección por la sobriedad y las líneas puras.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Debe ser para compensar las impurezas de mi corazón, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
La casa de los sueños o mejor la geometria del amor , qué más da si " hasta el propio Dios geometriza" y tú ,como buen poeta, haces / ves poema en la cotidianidad.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Muchísimas gracias, Chelo, por lo mucho que dices en tu economía.
EliminarUn fuerte abrazo.
De las cosas más sencillas se pueden cumplir los sueños deseados, en tu caso es esa línea recta de tu poema.Saludos
ResponderEliminarEn el fondo, Charo, todo se construye de una primera esencia que se repite hasta lo infinito.
EliminarUn abrazo.
Cubismo hecho poema, con gran equilibrio.
ResponderEliminarBesos.
De hecho, Sara, el cubismo es una línea recta que vuelve una y otra vez sobre sus pasos, la manera que tenemos las personas de ubicarnos en lo geográfico. Un millón de gracias.
EliminarBesos de miel.