Interesante vereda.SALUDOS Y FELIZ VERANO
Muchas gracias, Julia. Igualmente para ti, feliz verano.Un abrazo.
Dan más miedo las zarzas que los hoplitas.Un abrazo, Paco.
Los hoplitas actuales son mercenarios y esos no sabemos qué órdenes obedecen.Un abrazo.
Pues a mí me dan miedo tanto las zarzas como los hoplitas tal y como lo dices.Un abrazo.
No tengas miedo, Chelo, aquí está tu Espada-chín para defenderte de cuantas afrentas salgan a tu paso.Un abrazo.
Una vereda muy militarizada.Saludos
El miedo a enzarzarme, como tantas veces me sucedió buscando moras, eso es lo que ha movilizado esta militarización. Gracias, Charo.Un abrazo.
Pues a mi me gustan las zarzas cargadas de moras. Cuando era niño solía recogerlas. Siempre que veo una zarza me acerco a ver si tiene moras.Saludos Francisco.Muy bonito tu poema.
A mí también, Juan, ese recuerdo es precisamente lo que me ha traído a este juego.Un abrazo.
Interesante vereda.
ResponderEliminarSALUDOS Y FELIZ VERANO
Muchas gracias, Julia. Igualmente para ti, feliz verano.
EliminarUn abrazo.
Dan más miedo las zarzas que los hoplitas.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Los hoplitas actuales son mercenarios y esos no sabemos qué órdenes obedecen.
EliminarUn abrazo.
Pues a mí me dan miedo tanto las zarzas como los hoplitas tal y como lo dices.
ResponderEliminarUn abrazo.
No tengas miedo, Chelo, aquí está tu Espada-chín para defenderte de cuantas afrentas salgan a tu paso.
EliminarUn abrazo.
Una vereda muy militarizada.Saludos
ResponderEliminarEl miedo a enzarzarme, como tantas veces me sucedió buscando moras, eso es lo que ha movilizado esta militarización. Gracias, Charo.
EliminarUn abrazo.
Pues a mi me gustan las zarzas cargadas de moras. Cuando era niño solía recogerlas. Siempre que veo una zarza me acerco a ver si tiene moras.
ResponderEliminarSaludos Francisco.Muy bonito tu poema.
A mí también, Juan, ese recuerdo es precisamente lo que me ha traído a este juego.
EliminarUn abrazo.