El viento aúlla en la noche
agitando las sombras,
trasladando esporas
como quien siembra
a voleo.
Es generoso dándose,
moviendo entendimientos
y metiendo miedos
a las conciencias
intranquilas.
Es una alarma,
no es tempestad;
pero sí inconmensurable
su poder de pánico.
Desde la cama,
localizo y verifico
cómo está a salvo
mi sombrero.
Siempre me dio bastante respeto el ulular del viento en la noche.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Mi padre cultivaba naranjas y cuando gemía el viento en la madrugada, decía: "Ya está aquí el naranjero". Al día siguiente evaluaba los daños en kilos de naranjas tiradas al suelo.
EliminarUn abrazo, Cayetano.
A veces es así el viento.
ResponderEliminarBesos.
Cada viento tiene su capricho y su música, Amapola.
EliminarBesos.
Mientras el sombrero esté a salvo el sombrero que siga rugiendo el viento.Saludos
ResponderEliminarAsí es, Charo, no sea que con el sombrero se lleve también mi cabeza.
EliminarAbrazos.