18 junio 2019

LA SIESTA DE LA CRISÁLIDA

Fotografía de Escolástico Martín, "Tico".



Sobre el tierno tallo,
ese que se enciende de virginal lila en la débil fragilidad,
cuyo extremo apunta hacia la incertidumbre del mañana
con más firmeza que dudas
a modo de mástil rendido sin saber a qué honores,
el sopor agazapado de la crisálida
en el rigor de la tarde:
alas plegadas ofreciendo el mínimo rozamiento,
y tres pares de patas como zarpas
o tren de aterrizaje encallado en lo firme;
la cabeza, uncida al letargo,
es una expresión imperceptible que se oculta
en la vellosidad de la especie
sin otro apoyo que la rigidez natural de su organismo
dibujando una línea paralela
con el firme flexible que se agita con la brisa.
Las antenas en celosa imaginaria
y un festín de tornasoles
desplegados a lo largo del fuselaje,
conjugando mímesis y escaso artificio con el entorno.
En el duermevela, las figuraciones
y las quimeras de una calurosa tarde de verano.

4 comentarios:

  1. Anunciando que viene la calor.
    Huye de Sevilla, Paco. Todavía estás a tiempo.
    Un abrazo.

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    1. Ya falta menos, pero todavía tengo una cita hospitalaria el 3 de julio. Es, digamos, una puesta apunto para lucir tipo en la playa.
      Un abrazo.

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  2. Hermoso poema unido a una preciosa imagen.Saludos

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