Hay momentos en los que la
puerta de salida
se prefigura como una muerte
dulce
por la que salir en paz
─sin dejar huellas─
olvidándose de las
ecuaciones irresolubles.
Hay veces que se desdibuja
el color de la esperanza
y toda explicación es una
maraña
que todavía enturbia más y
más
el oscuro callejón por el
que deambulamos.
Hay ocasiones en las que la
ceguera
es una puerta atrancada,
un laberinto sin posible
escape,
un túnel, un foso, un
predominio de la noche
sobre el día,
como si el sol se negara a
volver a caminar.
Hay momentos que todo lo
posible
es una mano tendida
y esperar a que el sol salga
de nuevo.
No es como, es que el sol se niega a salir para algunos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Es cierto, Emilio, el sol sale todos los días, pero calienta para algunos.
EliminarUn abrazo.
Siempre nos quedará la esperanza de que regrese el amanecer. Y que la noche quede atrás, con sus laberintos y sus sombras.
ResponderEliminarUn abrazo, Paco.
Eso es seguro que va a suceder, aunque a veces dudamos que así vaya a pasar. ¿Verdad que sí, Cayetano?
EliminarUn abrazo.
Muchas veces nos enmarañamos nosotros solos pero, no me cabe duda, siempre acaba saliendo el sol, aunque sea por la puerta del descanso.
ResponderEliminarAsí es, Morena Clara, lo que nos sucedes es que somos impacientes y no solemos dejar que las cosas sucedan con sus pausas y sus tiempos. Muchas gracias.
EliminarUn abrazo.
El escribir te sirve de terapia para resolver esos malos momentos
ResponderEliminarSin dudas es así, Carmen. No es terapia buscada, pero sí una nece creativa y de dar como acuse de recibo a todas estas sensaciones positivas que recibo.
EliminarUn abrazo.
El sol acaba saliendo y algunas veces con demasiada fuerza. cuando se entra el un largo y oscuro tunel parece que nunca se va a slir de él pero un día te sorprende como la luz se va haciendo presente conforme vamos avanzando hasta encontrar una excelente luz a la salida...nunca hay que perder el optimismo.
ResponderEliminarBesos
Dices muy bien. Creo que todos llegamos a esa sensación de que el tiempo no corre siempre a la misma velocidad, sino que atrasa cuando pasamos por la oscuridad de lo adverso.
EliminarBesos.
Ahora mismo no es momento para mí de pensar en estos momentos. No me voy a poder dormir.
ResponderEliminarPues lo primero debe ser descansar y recuperar las energías. Ayer, resaca de boda y no por la bebida sino por la mucha falta de sueño, pasé un día eternamente largo y somnoliento. Y es que a mis años no he aprendido a dormir de día.
EliminarBesos.
Da mucho que pensar, Francisco. Hay millones de personas para las que el sol, en sentido metafórico desde luego, no sale nunca. Me cuesta filosofar sobre estos temas cuando vemos lo que pasa en el mundo. Nuestra mirada de poeta
ResponderEliminarpuede ser hermosa, triste, nostálgica, crítica, etc., pero la realidad es muy cruel. Con esto no quiero decir que no eres un gran poeta, siempre te he admirado. Abrazos
Yo necesito pensar cada día en los demás y hasta exteriorizarlo de vez en cuando. Ninguno podemos imaginar un mundo en el que a todas las personas les va como a mí. Creo que la solución de los muchos problemas de la vida se dulcificará el día en el que todos pensemos y actuemos en favor del otro.
EliminarUn fuerte abrazo.
Gracias a Dios, tenemos momentos variopintos.
ResponderEliminarUn abrazo con todo cariño, ¡Paco!
Por eso procuro tener mi mano tendida, por si alguien necesita un agarradero.
EliminarBesos.