No hay dudas de tu mucho
esplendor
ni del marchamo de la gubia
que devastó tu tronco
para concederte genuina
forma.
Tampoco la duda es tu
belleza
ni la estirpe a la que
representas,
sino que el molde, ¡oh
fundición!
que ha servido para segundas
y terceras copias
en esa prodigalidad
misteriosa
del bronce candente
ocupando los espacios
vacíos.
A ti, ¡oh Gala grávida que
hermanada
a esa decena de obras
dalinianas
que ocupan el Olimpo
marbellero
de la Avenida del Mar, ¡oh
tú, tan única
como Dalí te hubo modelado;
a ti, ¡oh marbellera
ilustre!
nadie pluralice tu
singularidad,
pues aunque tengas hermanas
gemelas,
ninguna otra puede presumir
de una ubicación tan señera
ni de ser como tú tan
señora.
¡Si tu lo dices...
ResponderEliminarLo digo, querida amiga. En época de Jesús Gil como alcalde de Marbella, colocó a bombo y platillo diez esculturas de Salvador Dalí en la Avenida del Mar como obras originales, pero no lo son tal sino una serie. Lo cierto es que el paseo está precioso, pero el importa de aquella adquisición no era el que se justificó. Lo dicen las crónicas del momento.
Eliminarhttps://elpais.com/diario/1998/08/22/cultura/903736803_850215.html
Besos.
Hacer una escultura a Gala es como hacérsela a Yoko Ono. Me cuesta entenderlo. Jejeje. Como dicen por allí: "hay gente pa tó".
ResponderEliminarDe momento sigo en la brecha. En unos días marcharé fuera y será más difícil visitar los blogs de los amigos.
Un abrazo, Paco.
Ya comienzan mis celos a Las Pitiusas, Cayetano.
EliminarUn abrazo.
Formentera este año toca en octubre: boda de una sobrina.
EliminarHace mjuchísimo tiempo que pasé un día en Marbella cuando por entonces veraneaba por Fuengirola.
ResponderEliminarBesos
Pues debes volver, Marbella bien merece la pena.
EliminarBesos.
¡Queda dicho!
ResponderEliminarY rubricado, Tracy
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